Conflicto de Nagorno-Karabaj: la población civil es la más afectada por el recrudecimiento de la violencia

PRNewswire

A medida que la escalada reciente del conflicto de Nagorno-Karabaj empeora, la población civil es quien sufre las peores consecuencias del recrudecimiento de la violencia, dijo el viernes el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR).

Se han registrado muertes y lesiones de personas civiles, incluso de niños, a ambos lados de la línea de contacto, y en Armenia.

“Desde que comenzó a escalar la violencia, el CICR ha proporcionado suministros médicos de emergencia a los hospitales y bolsas mortuorias al departamento forense de Nagorno-Karabaj. Actualmente, estamos tratando de evaluar las necesidades en materia de salud y otras necesidades humanitarias, como la situación de las personas que han abandonado sus hogares. Nuestra capacidad para circular en el terreno es limitada debido a la intensidad de los enfrentamientos y a la volatilidad de la situación”, dijo Bertrand Lamon, jefe de la misión del CICR en Nagorno-Karabaj.

“Ya vemos los terribles efectos que esta escalada del conflicto está causando en las personas civiles. El CICR está dispuesto a prestar asistencia donde sea necesario, cuando las condiciones lo permitan, también mediante apoyo a la labor que las filiales locales de la Media Luna Roja de Azerbaiyán realizan en la comunidad”, expresó Gerardo Moloeznik, jefe de la subdelegación del CICR en Barda, Azerbaiyán.

El CICR ha tomado conocimiento de personas que tratan de desplazarse, junto con sus familiares, a un lugar seguro. Muchas otras familias, incluso con bebés y niños pequeños, pasan días y noches refugiándose en los sótanos sin calefacción de sus edificios, en un esfuerzo por huir de la violencia.

También se ha informado de cientos de viviendas e infraestructuras civiles, como escuelas y hospitales, destruidos por artillería pesada. En los lugares donde los edificios han sufrido daños, las personas están expuestas a los peligros de las municiones sin estallar.

Estos nuevos trastornos se producen cuando se avecina el invierno y los niños se encuentran a pocas semanas del inicio del ciclo escolar, en un contexto en que las personas ya están tratando de protegerse, y a sus familiares, de los efectos de la pandemia de la enfermedad por coronavirus.

“Las personas han estado en contacto con el CICR, aterrorizadas por ellas mismas y por sus familiares, sin saber a dónde ir o qué hacer para mantenerse a salvo. Están atrapadas en el fuego cruzado y temen profundamente por su seguridad y su futuro. Nos comprometemos a prestar ayuda a todos quienes sienten los efectos de esta escalada de violencia. Instamos a las partes en el conflicto a que protejan a la población civil y las infraestructuras y servicios esenciales para su supervivencia, y a que cumplan sus obligaciones en virtud del derecho internacional humanitario”, dijo Martin Schüepp, director regional del CICR para Eurasia en Ginebra.

El CICR está sumamente preocupado ante la posibilidad de que los actuales disturbios y desplazamientos puedan provocar un aumento de los casos de COVID-19 debido a que las personas se albergan en refugios durante horas o se alojan en edificios comunales o en lugares con instalaciones sanitarias inadecuadas.

Además, esta escalada de violencia afectará la salud mental de la población, que ya ha vivido con los efectos de este conflicto durante casi treinta años, y que ahora está preocupada por su salud y su futuro debido a la pandemia de COVID-19.

El CICR está presente en la región desde 1992, donde lleva a cabo una labor humanitaria en relación con el conflicto de Nagorno-Karabaj. Por intermedio de las delegaciones en Bakú y Ereván y de la misión en Nagorno-Karabaj, el CICR presta apoyo a las comunidades que viven a lo largo de la línea de contacto y de la frontera internacional entre Armenia y Azerbaiyán.

El CICR también trabaja para esclarecer la suerte de las personas desaparecidas y ayudar a sus familiares, realiza visitas a los detenidos y actúa como intermediario neutral para facilitar el traslado y la repatriación de las personas liberadas o la devolución de los cuerpos de los soldados fallecidos.

Trabajamos en estrecha colaboración con la Cruz Roja Armenia y la Media Luna Roja de Azerbaiyán, coordinando actividades destinadas a prestar asistencia a las personas afectadas por el conflicto de Nagorno-Karabaj en toda la región.

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