La heroica clase media

 Ricardo Homs

Aprovechando la conmemoración de un aniversario más del inicio de la lucha por la independencia es bueno reflexionar sobre el perfil de los iniciadores de esta gesta heroica que nos dio patria. ¿Cuáles fueron sus orígenes?

Don Miguel Hidalgo y Costilla no era un simple cura de pueblo que vivía de las limosnas de los feligreses. Más bien era un criollo con una excelente educación académica y gran cultura, además de solvencia económica. Doña Josefa Ortiz de Domínguez era la esposa de un alto funcionario gubernamental al servicio de la corona española y seguramente un alto nivel de vida. Doña Leona Vicario tenía buena posición económica y su fortuna le fue confiscada por apoyar a los rebeldes insurgentes. Su esposo, Andrés Quintana Roo un destacado abogado. Hermenegildo Galeana, era criollo e hijo de hacendados españoles,

A su vez, los insurgentes Allende, Abasolo y otros más, habían sido oficiales del regimiento de dragones de la reina de España.
Quien consolidó la guerra de independencia, Agustín de Iturbide, firmó “Los tratados de Córdoba” negociados con Juan O´Donojú, quien era el representante militar de la corona española, era un militar formado en España.

De Iturbide, quien concluyó la guerra de independencia, fue un militar de carrera, formado en el ejército realista, quien terminó pasándose al lado insurgente.

Simón Bolívar, nacido en Caracas, fue quien independizó varios países de Sudamérica. Él también pertenecía a una familia venezolana de abolengo, con los medios económicos para apoyarlo en su carrera política. Así es que pudo encabezar la insurrección militar para buscar la independencia, primero de su país y luego apoyar la de otros.

Si nos remitimos a los iniciadores de la revolución mexicana, don Francisco I. Madero era un hacendado coahuilense y los hermanos Serdán eran poblanos de buena posición económica. Aquiles Serdán fue de los primeros mártires de la revolución. Su hogar, en el centro de la ciudad de Puebla, aún conserva en la fachada el testimonio de las balas recibidas durante el ataque policiaco que le costó la vida.

Si hablamos de la historia universal, vemos que uno de los más importantes apoyos de Karl Marx, creador del comunismo, fue Federico Engels, filósofo y periodista alemán, también empresario de la industria textil.

Fidel Castro fue hijo de un emigrado español que logró construir una sólida posición económica, lo cual le permitió educar a sus hijos Fidel y Raúl en colegios privados, de jesuitas y además llegar a la universidad.

Por su parte, Ernesto “Che” Guevara provenía, de parte de padre y madre de dos familias argentinas de clase media alta, lo cual le dio al Che la oportunidad de estudiar medicina y tener solvencia económica para encauzar sus aspiraciones ideológicas y políticas.

Lo anterior nos indica que definitivamente son las clases medias, con sólida educación escolar, las que han propiciado los cambios significativos que constan en la historia universal. Aunque debemos reconocer que también hay muchos otros movimientos sociopolíticos surgidos de las clases populares, como el de Emiliano Zapata, por citar uno que fue muy significativo en la historia de México.

La educación escolar y la libertad de moverse socialmente con actitud segura estimula la toma de conciencia y el compromiso social, necesarios para realizar transformaciones reales en un país. Esas que significan evolución y no simples cambios sin rumbo y sin proyecto.

Hoy un importante segmento de la sociedad mexicana, ubicado principalmente entre la clase media, está en desacuerdo con muchas de las acciones del gobierno de la 4T y por ello, con todo derecho, como corresponde a una democracia como la nuestra, discrepa de la forma en que se conduce este gobierno.

Desgraciadamente la conformación de la estructura poblacional de México le ha restado fuerza para ejercer la presión necesaria para frenar acciones que significan un retroceso.

Es paradójico que México, que por el momento aún es una de las 20 economías más importantes del mundo, tenga una estructura socioeconómica muy diferente a la de los países europeos, a la de los asiáticos que están en pleno desarrollo y a la de Estados Unidos.
En los países altamente desarrollados económicamente, la clase media ha sido determinante para encauzar la vida democrática y por ello su voto cuenta para las grandes decisiones. Por ello en esos países la sociedad es demandante y exigente, capaz de enfrentar a los gobiernos que no cumplen con sus responsabilidades.

Generalmente la conformación demográfica de esos países tiene gráficamente la forma de una “campana de Gauss”. Esto quiere decir que quizá la población en pobreza corresponda en promedio a sólo un 10% del total de la población. Sin embargo, los ricos también son una minoría.

La clase media, esa que tiene la sobrevivencia resuelta, con buenas oportunidades laborales y servicios sociales de primera, en esos países representan ser la mayoría numéricamente, equivalente quizá a un 70 u 80% del total de la población.

En México, según estadísticas de la AMAI representativas del 2018, los niveles socioeconómicos se distribuyen del siguiente modo.

La población de menores ingresos de todo México, las denominadas “D+”, “D” y “E”, en esas fechas sumaban 52.1% del total.

La clase media, con sus tres subsegmentos que son “C-“, “C” y “C+”, en conjunto alcanzan el 41.3% del total de la población y las clases más privilegiadas, que son la “A/B”, suman únicamente el 6.6% del total.

Con la pérdida de empleos ocasionada por esta pandemia y el raquítico esfuerzo del gobierno federal por apoyar a las Micro y PYMES, podemos estar seguros de que la población en niveles de pobreza se incrementó drásticamente y la clase media se redujo.

Es significativo que desde que terminó la revolución mexicana ningún gobierno ha hecho esfuerzos efectivos para acabar con la pobreza y brindar oportunidades reales para que todas las familias mexicanas tengan una calidad de vida aceptable y la gente salga de la pobreza y se integre a la clase media, con acceso a educación de calidad, mejores oportunidades laborales y salud.

Con ayudas gubernamentales en dinero, la gente en condición de pobreza nunca va a dejar de ser pobre, pues solo sobrevive con lo básico.

Más bien esta población mayoritaria se convierte en rehén de los gobiernos en el poder pues representan una gran reserva electoral. Es un grupo social susceptible de ser presionado para obtener su voto en las elecciones. Los programas de seguridad social en México representan la “administración de la pobreza” y no una solución real y definitiva.

El reto de México es brindar oportunidades para que los segmentos que viven en condiciones de pobreza, se integren a la clase media y con ello tengan acceso a educación de calidad y a un nivel de calidad de vida digno.
¿Usted cómo lo ve?

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