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El Secretario General de las Naciones Unidas y otros altos funcionarios de la Organización expresaron gran preocupación por las denuncias de tortura y otros tratos crueles e inhumanos a las personas detenidas durante las manifestaciones de protesta que tienen lugar en Bielorrusia luego de las elecciones del pasado 9 de agosto.

Las movilizaciones comenzaron cuando el presidente del país, Aleksandr Lukashenko, quien está en el poder desde 1994, afirmó haber obtenido una victoria sobre su contrincante política, Svetlana Tikhanovskaya, que calificó los resultados como fraudulentos. El actual mandatario ha completado ya cinco periodos al frente del gobierno.

En las manifestaciones se han registrado hechos violentos y las fuerzas públicas han arrestado a miles de personas.

El líder de la ONU, António Guterres, afirmó que la represión no es la respuesta a los reclamos de la gente y subraya la importancia de permitir que todos los bielorrusos ejerzan sus derechos civiles y políticos.

“Y esto incluye expresar sus puntos de vista pacíficamente y de acuerdo con la ley”, dijo, conminando a las autoridades a actuar con mesura frente a las protestas y pidiendo a los manifestantes exponer sus quejas mediante el diálogo.

Investigar las denuncias de abusos

Guterres, al igual que la coordinadora residente de la ONU en Bielorrusia, Joanna Kazana-Wisniowiecki, aseveraron que las denuncias de tortura se deben investigar a fondo y con prontitud, mientras que la Alta Comisionada para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, condenó enérgicamente la respuesta violenta de las autoridades.

“La tortura y otros tratos crueles, inhumanos y degradantes están absolutamente prohibidos y nunca pueden justificarse”, enfatizó Kazana-Wisniowiecki.

La coordinadora residente acogió con beneplácito la liberación de muchos detenidos este martes, pero recalcó que los testimonios de estas personas sobre el trato que se les dio bajo custodia son “muy perturbadores”.

“De confirmarse, estas declaraciones revelarían problemas sistémicos en la gestión y supervisión de los centros de detención en Bielorrusia”, puntualizó Kazana-Wisniowiecki.

Menores de edad

Las detenciones y presuntos malos tratos se extienden a menores de edad. La representante de la ONU para la violencia contra los niños, Najat Maalla M´jid, se refirió al caso de un adolescente de 16 años que fue golpeado mientras estaba arrestado y resultó con lesiones cerebrales. El joven habría sido hospitalizado y puesto en estado de coma inducido, aunque ahora ha recuperado la consciencia.

Maalla M´jid señaló que la detención de menores debe ser un último recurso y lo más breve posible, además de que se les debe brindar apoyo legal siempre.

La coordinadora residente solicitó una reunión con el ministro del Interior bielorruso para discutir las preocupaciones referentes a los derechos humanos y ofrecer la asistencia de la ONU en la búsqueda de una solución pacífica.

Kazana-Wisniowiecki también pidió que se le permita visitar dos centros de detención en Minsk, la capital del país para observar las condiciones de los arrestados.

La representante de la ONU hizo hincapié en la urgencia de que otorguen servicios de salud adecuados tanto a las personas detenidas como a las liberadas, incluyendo respaldo psicológico.