Rosi A. G.

· En el proyecto, llamado SUS-TER, participan universidades de Latinoamérica y Europa

· Buscan desarrollar el perfil interdisciplinario de un(a) ‘dinamizador(a) territorial’

La Universidad Iberoamericana Ciudad de México, a través de la Cátedra Dinámicas Territoriales y Bienestar, forma parte del proyecto internacional ‘Redes de conocimientos, habilidades y competencias para una valorización territorial inclusiva y sostenible del patrimonio cultural, los productos de origen y la biodiversidad’ (SUS-TER), que es cofinanciado por el Programa Erasmus+ de la Unión Europea y coordinado por la Universidad de Florencia (Italia).

Además de la IBERO y de la Universidad de Florencia, en el SUS-TER participan: la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la Universidad de Costa Rica (Costa Rica), la Universidad Nacional (Costa Rica), la Universidad del Quindio (Colombia), la Universidad de Caldas (Colombia), Diversités & Développement (organización no gubernamental de Francia) y la Universidad de Barcelona (España).

La doctora Gabriela Lee Alardín, académica e investigadora del Departamento de Arquitectura, Urbanismo e Ingeniería Civil de la IBERO, y quien participa en el SUS-TER, explicó que este proyecto reconoce que en los territorios rurales de Latinoamérica y de Europa hay un amplio y rico patrimonio biocultural (que es la suma de la diversidad biológica y la diversidad cultural, conectadas con las poblaciones que habitan en el territorio donde está ese patrimonio), que podría ser objeto de un desarrollo a largo plazo, inclusivo y sostenible.

Por tal motivo, el SUS-TER, que durará tres años, se propone desarrollar un programa que pueda ayudar a generar los conocimientos, habilidades y competencias necesarias para gestionar procesos de valorización de territorios que tienen un gran patrimonio biocultural.

En lo específico, lo que busca desarrollar el consorcio integrado por las ocho universidades y la ong mencionadas, es desarrollar el perfil interdisciplinario de un(a) ‘dinamizador(a) territorial’, con el fin de poder formar personas que sean capaces de llevar a cabo, en sus propios territorios, la valorización del patrimonio biocultural existente. Al final lo que se busca es tener un programa de formación que se pueda ofrecer en cualquiera de los países donde están las universidades socias.