INEGI: Indicadores de bienestar autorreportado de la población urbana

Rossi A. G. 

La medición del bienestar subjetivo se enmarca en un creciente consenso a nivel internacional respecto de la necesidad de dar seguimiento al progreso social desde la perspectiva de las experiencias de vida de la gente más que desde la disponibilidad de bienes y servicios. Esto implica llevar las mediciones del bienestar “más allá del PIB”, para centrarnos en reportes sobre la calidad de vida que nos ayuden a evaluar la medida en que la población disfruta de su vida, si está satisfecha con ella y con algunos de sus principales aspectos, si tienen sentido de propósito y si reporta experiencias gratas y significativas. Se trata entonces de un esfuerzo por reconocer que los destinatarios finales del progreso son las personas y que por eso es necesario poner la atención menos en los aspectos materiales y más en el bienestar mismo que cada quien experimenta.

Para la medición del bienestar subjetivo, el INEGI ha implementado instrumentos de captación conocidos como módulos de Bienestar Autorreportado (BIARE) por medio de los cuales se solicita, a personas de 18 y más años de edad, que consideren un conjunto de aspectos relacionados con sus experiencias de vida y les otorguen una calificación. El diseño conceptual de BIARE sigue los lineamientos emitidos por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), de la que México es miembro. En esta ocasión, se presenta información actualizada del módulo “BIARE básico” a enero de 2019, mismo que acompaña, durante el primer mes de cada trimestre, al levantamiento de la Encuesta Nacional sobre Confianza del Consumidor (ENCO), con una muestra de 2 336 viviendas distribuidas en 32 ciudades (una por entidad federativa). BIARE básico brinda, por tanto, seguimiento continuo a información representativa de la población urbana adulta del país.

Los resultados de este proyecto a enero de 2019, muestran que, en una escala de 0 a 10, el promedio de satisfacción con la vida, reportado por la población adulta urbana, se situó en 8.4: un valor no sólo por encima de enero de 2018 (8.2), sino hasta ahora el más alto de toda la serie de observaciones con las que se cuentan.

Los resultados se redondearon a un decimal.

Atendiendo a los ámbitos o dominios específicos de satisfacción, una constante ha sido que, se valoran más los aspectos relacionados con la esfera privada de las personas y menos los que conciernen a ámbitos más amplios o públicos. Es así que, a lo largo de la serie, las relaciones personales son el ámbito mejor valorado, en esta ocasión con una calificación promedio de 8.8. En contraste, aspectos que tienen que ver con la esfera pública, como el país y la seguridad ciudadana, continúan siendo los ámbitos peor valorados, con promedios de 6.9 y 5.4, respectivamente. Es importante señalar, sin embargo, que estos rubros fueron mejor calificados que en enero de 2018, cuando se ubicaron en 6.1 y 4.8, en ese orden, de modo que, si bien son los ámbitos con nivel más bajo de satisfacción, también son los que más incremento presentaron en el último año.

El balance anímico de la población urbana de 18 y más años, en una escala que va desde -10 hasta +10, indica un predominio de los estados anímicos positivos sobre los negativos, dando como resultado un promedio de balance anímico general de 6.4 en enero de 2019.

El INEGI da a conocer los resultados del BIARE Básico dos veces por año. En esta ocasión se presentan los que corresponden a enero de 2019.

• El INEGI da a conocer los resultados del módulo de Bienestar Autorreportado (BIARE) con información al mes de enero de 2019.

• El objetivo de los módulos BIARE consiste en captar aquellos aspectos relacionados con el bienestar subjetivo a los que la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) recomienda dar seguimiento por parte de las oficinas nacionales de estadística. El Módulo BIARE Básico, acompaña a la Encuesta Nacional sobre Confianza del Consumidor (ENCO) y ofrece información representativa de la población adulta concentrada en 32 ciudades del país.

• Durante enero de 2019, en una escala de 0 a 10, el promedio de satisfacción con la vida, reportado por la población adulta urbana, se situó en 8.4, mientras que en el mismo mes de 2018 era de 8.2. Se alcanza así el punto más alto en la serie y a cinco décimas de la calificación más baja (7.9), observada en enero de 2017.

• Entre los hombres, el promedio en enero de 2019 se ubicó en 8.5, mientras que entre las mujeres fue de 8.3.

• Visto por ámbitos de satisfacción, las relaciones personales muestran el mayor promedio (8.8), mientras que dominios de la esfera pública como la satisfacción con el país (6.9) y seguridad ciudadana (5.4) presentan los menores promedios. Pese a lo anterior, estos dos últimos dominios, tradicionalmente de baja valoración, fueron los que registraron más avances respecto a un año atrás: ocho y seis décimas arriba, respectivamente.

• Del total de la población adulta urbana, 1.3% califica entre 0 y 4 su satisfacción con la vida, y 6.8% la califica con 5 o 6; 43.8% otorga una calificación de 7 u 8, en tanto que 48% señaló un nivel de satisfacción con valores de 9 o 10.

• En una escala de -10 a +10, el balance de estados de ánimo positivos y negativos de la población en enero de 2019 se mantuvo igual, en 6.4, que en el mismo mes de 2018.

El bienestar subjetivo se observa a partir del reporte que hacen las personas respecto de su propio bienestar en relación con tres aspectos: 1) satisfacción con la vida en general y ámbitos específicos de la misma, denominados dominios de satisfacción; 2) fortaleza de ánimo y sentido de vida (Eudemonía), con base en el grado de acuerdo mostrado con ciertos enunciados; y 3) balance anímico, que explora la prevalencia de estados anímicos positivos o negativos en un momento de referencia. Para ello, el INEGI ha implementado instrumentos de captación conocidos como módulos de Bienestar Autorreportado (BIARE), donde se solicita a personas de 18 y más años, que consideren distintos reactivos relacionados con los tres aspectos anteriores y les otorguen una calificación.

El propósito del BIARE básico, o módulo BIARE incorporado a la ENCO, es complementar la información económica de coyuntura, con información generada desde otra perspectiva sobre el desarrollo y el progreso de las sociedades y que considera relevante las valoraciones de los individuos acerca de su propia situación en relación con elementos inmateriales o intangibles que también inciden en su calidad de vida. Ejemplo de ello son los bienes relacionales (familia y afectos), los logros personales, la percepción sobre el entorno y otros bienes no proporcionados por el mercado. Además de ser un tema de interés en disciplinas como la economía, la psicología o la sociología, es información relevante para formadores de opinión y, en general, para quienes requieren dar seguimiento a los aspectos relacionados con la calidad de vida de la sociedad mexicana del siglo XXI, a partir de valoraciones otorgadas por la población, y recolectadas con base en estándares que promueven organismos internacionales, así como un creciente contingente de investigadores y analistas alrededor del mundo.

1. Satisfacción con la vida

El primer aspecto a valorar del bienestar subjetivo es la satisfacción con la vida en general. Se solicita a la persona entrevistada que establezca una calificación en una escala de 0 a 10, donde 0 sería total insatisfacción y 10 total satisfacción.

Para enero de 2019, el promedio de satisfacción con la vida en general reporta su máximo nivel con relación a los resultados obtenidos a lo largo de la serie del módulo BIARE básico, ubicándolo en 8.4, lo que significa un aumento de dos décimas respecto a enero de 2018 y de cinco con relación al mismo mes de 2017 (gráfica 1). En cuanto a las diferencias según el sexo de los informantes, en promedio, los hombres alcanzan un nivel de satisfacción

En enero del presente año, los jóvenes de 18 a 29 años son quienes declararon mayor satisfacción con la vida, al promediar 8.6; el promedio disminuye conforme se considera a población de mayor edad, registrando 8.4 para el grupo de 30 a 44 años de edad, 8.3 de 45 a 59, y 8.2 en el grupo de 60 y más años. Cabe señalar que, en la mayoría de los grupos de edades, la satisfacción con la vida es menor para las mujeres que para los hombres; y sucede lo contrario para el grupo de 45 a 59 años, donde el promedio es inferior para los Dominios de satisfacción

En referencia a los aspectos específicos o dominios de satisfacción, los tres ámbitos con valoración más baja en enero de este año son la satisfacción con la seguridad ciudadana, el país y la ciudad, orden que persiste si se observan los resultados del año anterior, es decir, enero de 2018.

La seguridad ciudadana muestra el menor nivel de valoración por parte de la población, con un promedio de 5.4 en enero de 2019; mientras que, en el mismo mes del año anterior, registró una calificación de 4.8. Por su parte, la satisfacción con el país se ubica en 6.9, dominio que reportó el mayor incremento con relación a enero de 2018, cuando se obtuvo un promedio de 6.1. En lo que se refiere a la satisfacción con la ciudad, el promedio fue de 7.3 en enero pasado, aumentando cuatro décimas respecto al año anterior.

La valoración de satisfacción con todos y cada uno de los dominios creció entre los meses de enero de 2018 y 2019, siendo los que más aumentaron: país, seguridad ciudadana y ciudad, presentando diferencias de 0.8, 0.6 y 0.4, respectivamente .

Al observar la diferencia en el promedio reportado en enero de 2019 menos el promedio en enero de 2018, pero ahora en hombres y mujeres por separado, la mejora más importante en la valoración se da en el país (0.9 y 0.8, respectivamente); en general entre los hombres la calificación otorgada a los distintos dominios es más alta en enero de 2019, salvo tres de ellos que se mantienen con el mismo nivel de enero de 2018: relaciones personales, estado de salud y actividad u ocupación. En el caso de las mujeres, ninguno reduce su calificación, pues todos observan una diferencia positiva entre 2019 y 2018.

Comparando los cambios de enero de 2018 a enero de 2019 entre los distintos grupos de edad, la mayor diferencia, en este caso positiva, se da en país para los grupos de 18 a 29 años y de 60 y más años. Únicamente el rubro de estado de salud para el grupo más joven (18 a 29 años) fue menos valorado en 2019 respecto a 2018 (-0.2).
a. Distribución de la población por rangos de satisfacción

La distribución de la población según el nivel de satisfacción en una escala de 0 a 10 se agrupa en cuatro rangos: cuando califica su satisfacción con algún valor de 0 a 4, la población se considera como “insatisfecha”; con 5 o 6 se considera “poco satisfecha”; con 7 u 8 “moderadamente satisfecha”, y con 9 o 10 “satisfecha”.

Los datos para enero de 2019 señalan que, entre la población adulta urbana, 1.3% se coloca en el extremo más bajo de satisfacción con la vida en general; en el siguiente rango, poco satisfecha, se sitúa 6.8%; la mayoría, 48%, se reporta satisfecha con su vida en general; en tanto que 43.8% queda ubicada en el rango de moderadamente satisfecha con su vida.

De acuerdo con los dominios de satisfacción, el que concentra el mayor porcentaje de población satisfecha es relaciones personales (64.1%); mientras que 30.7% se encuentran moderadamente satisfechos con este dominio, acumulando 94.8 por ciento.

La satisfacción con los logros en la vida es otro dominio en el que se ubica un importante porcentaje de población (93.8%), tanto moderadamente satisfecha (40.7%), como satisfecha (53.1%).

En contraste, el dominio que concentra el mayor porcentaje de población insatisfecha es la seguridad ciudadana (26.5%); además, 34.8% reporta estar poco satisfecha con este dominio, lo que acumula 61.3 por ciento de población cuya satisfacción con la seguridad no es mayor a 6 en una escala de 0 a 10. Respecto a la satisfacción con el país, 33.8% de la población se encuentra insatisfecha o poco satisfecha.

Tomando como referencia enero de 2018, el porcentaje de población que declara estar insatisfecha con su país disminuye de 15.6% a 8.3% y poco satisfecha de 34.2% a 25.5%. Como contraparte, se observó un aumento en el porcentaje de población que declara estar moderadamente satisfecha respecto al país (de 37% a 46.9%), así como la que declara estar satisfecha (de 13.2% a 19.3%).

La satisfacción con el tiempo libre es el ámbito de la esfera privada que concentra el mayor porcentaje de población poco satisfecha (13.7%) e insatisfecha (4.7%); cabe destacar que la población insatisfecha con su tiempo libre alcanzaba 7.5% en enero de 2018 (cuadro 3).

2. Eudemonía

El segundo aspecto del bienestar subjetivo es la fortaleza de ánimo y sentido de vida o eudemonía. Para medir dicho aspecto, se pregunta a la persona entrevistada qué tanto se identifica con ciertos enunciados. Para ello, se solicita que califique el grado de identificación en una escala de 0 a 10, donde 0 significa que está en total desacuerdo y 10 en total acuerdo. Los primeros nueve enunciados del cuadro 4 son de valencia positiva, es decir, mientras más considera la persona que aplican en su vida, se desprende una señal de mayor fortaleza de ánimo; por su parte, el último enunciado es de valencia negativa, de modo que entre más de acuerdo se esté en que el enunciado aplica en su vida, se infiere menor fortaleza.

Este conjunto de resultados muestra que, entre enero de 2018 y enero de 2019, los nueve enunciados de valencia positiva, presentaron un incremento. El aumento de identificación con estos enunciados sugiere cierto fortalecimiento de las reservas anímicas de la población adulta durante el período .

Entre enero de 2018 y enero de 2019, las mujeres presentaron una mejora en los nueve enunciados de valencia positiva, y el enunciado de valencia negativa, registró una disminución (lo que también implica una mejora). Por su parte, los hombres reportaron un aumento en siete enunciados de valencia positiva, y una disminución del único enunciado de valencia negativa; mientras que los dos restantes (soy una persona afortunada y tengo un propósito o misión en la vida) continuaron con la misma calificación Balance anímico

El tercer aspecto relacionado con el bienestar subjetivo es el balance afectivo o anímico. Para aproximarse a él, se pide al entrevistado determine, en una escala de 0 a 10, qué tanto predominaron, el día anterior a la entrevista, estados anímicos positivos y negativos. El balance es el resultado de restar a los puntajes en los estados anímicos positivos, los puntajes en los estados anímicos negativos; de modo que los valores finales del balance pueden situarse en una escala con un recorrido que va desde -10 hasta +10 (ver la sección de aspectos metodológicos).

Una vez establecido lo anterior, en el cuadro 5 se muestra que el promedio del balance anímico general es positivo, tanto en enero de 2019 (ligeramente por arriba de 6.4) como en el año anterior (2018, ligeramente por debajo de 6.4)2.

En enero de 2019 el balance específico más alto se alcanza en la dicotomía concentrado o enfocado vs. aburrido o sin interés en lo que hacía (7), manteniendo el mismo nivel de un año atrás. Los promedios más bajos se presentan en la oposición con vitalidad vs. sin vitalidad (5.7), que fue el único en presentar un decremento (-0.1); el resto de los contrastes muestran un incremento con relación al año anterior.

Más allá de los balances y considerando, por separado, en escala de 0 a 10, los distintos estados anímicos positivos por una parte y los negativos por la otra, en enero de este año el conjunto de estados positivos promedió 7.8, con un alza de una décima conforme a lo reportado en enero de 2018; frente a un promedio de 1.4 de los estados negativos, manteniéndose así sin cambio respecto de enero de 2018.

Con relación a la diferencia entre enero de 2019 y enero de 2018, por grupos de edad, se observa que el balance anímico general del primer grupo, que abarca la población de 18 a 29 años, retrocede cuatro décimas, mientras que el grupo de 30 a 44 años presenta el mismo valor de hace un año; por su parte, los grupos mayores (de 45 a 59 y 60 y más años) muestran un aumento, siendo más elevado en los adultos mayores (60 y más años).

Esta tendencia es avalada por el comportamiento agregado de los estados anímicos positivos y el de los negativos, pues la población de menor edad (18 a 29 años) muestra una disminución en los estados anímicos positivos, al tiempo que incrementó el promedio de los negativos; por su parte, el segundo grupo (30 a 44 años) no presenta cambios en ambos conjuntos de estados anímicos; al tiempo que en los grupos restantes se observa que los estados anímicos positivos aumentan mientras los negativos descienden.

a. Distribución de la población por rangos de balance anímico

Para apreciar la distribución de la población se establecen tres rangos. En el primero se ubican todos los individuos que mostraron un balance negativo, es decir, aquellos que declararon que los estados negativos predominan en su estado anímico la mayor parte del día anterior a la entrevista; en el segundo rango se ubican quienes tuvieron un balance entre 0 y 5; y, en el tercer y último rango, los que presentaron los balances más altos con una clara predominancia de los estados anímicos positivos. Lo primero que destaca el cuadro 7 es que, en enero de 2019, 2.6% de la población adulta urbana se situó con un balance negativo, 22.9% en un balance ligeramente positivo y 74.5% en un balance inequívocamente positivo.

En cuanto a balances específicos, en enero de este año, el contraste concentrado o enfocado vs. aburrido o sin interés en lo que se estaba haciendo es el que registra menor porcentaje de población con balance negativo (2.5%) y, a su vez, la mayor concentración poblacional en los niveles más altos de balance positivo (75.7%). En cuanto al mayor porcentaje de individuos en el lado negativo del balance, corresponde a la dicotomía con energía o vitalidad vs. cansado o sin vitalidad (4.6%).

El Bienestar subjetivo y la confianza del consumidor

Como ya se ha apuntado, el módulo BIARE Básico acompaña a la Encuesta Nacional sobre Confianza del Consumidor (ENCO), que llevan a cabo de manera conjunta el INEGI y el Banco de México en 32 ciudades del país (una por entidad federativa), lo que permite generar indicadores de coyuntura relacionando ambas fuentes de información.

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