Rossi A. G.
Para sensibilizar a la población, investigadores de la BUAP conmemoran el “Día Mundial del Suelo”, con la jornada “Detengamos la erosión del suelo, salvemos nuestro futuro”
Las consecuencias de la erosión de la tierra son cada vez más evidentes. De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), una superficie equivalente a un campo de fútbol se degrada cada 5 segundos. De no tomarse medidas, en 2050 el 90 por ciento de los suelos del planeta presentará daño, lo cual mermará la producción de alimentos.
Estimaciones publicadas en 2013 por la Comisión Nacional Forestal (Conafor) y la Universidad Autónoma Chapingo indican que 61.7 por ciento del territorio nacional es afectado por alteraciones hídrica, eólica y química. El estado de Puebla no es la excepción, ya que presenta erosiones, de moderadas a muy fuertes, por el cambio en el uso y prácticas agrícolas sin medidas de conservación.
“En promedio un 45 por ciento de las tierras de uso agrícola y forestal están en un nivel de erosión de moderada a fuerte. La región mixteca y la Sierra Norte presentan un 65 por ciento de daño”, informó José Víctor Tamariz Flores, académico del Departamento de Investigación en Ciencias Agrícolas (DICA), del Instituto de Ciencias de la BUAP (ICUAP).
La zona sur (con climas áridos, baja precipitación y agricultura de temporal) tiene poca cubierta vegetal, lo cual acelera los procesos de desgaste por agua y aire. En cambio, la zona norte es afectada por el cambio en el uso, ya que las áreas montañosas son desmontadas con fines agrícolas. “Por ello, es necesario contar con estudios de erodabilidad de los suelos para cuidarlos con técnicas adecuadas”, comentó el doctor Tamaríz Flores .
Para revalorar este elemento de la naturaleza, investigadores del DICA hacen un llamado este 5 de diciembre, Día Mundial del Suelo, a conservar los suelos a través de la educación, la ciencia y acciones concretas.
“Sin este no podría haber agua, aire, ni vida; además es el segundo reservorio de bióxido de carbono, después del mar. A pesar de su importancia, es el recurso natural más olvidado y pareciera carecer de importancia”, asegura Lisett Santa Cruz Ludwig, coordinadora de la Comisión de Educación y Enseñanza de la Sociedad Mexicana de la Ciencia del Suelo.
Medidas desde la academia
El tipo de clima, deforestación y sobrepastoreo son algunos de los factores involucrados en su degradación. ¿Qué hacer para conservarlo? Ante esta interrogante, el doctor Tamaríz Flores responde: “Una de las primeras acciones es conocer cada tipo de suelo con un atlas, para tener un diagnóstico de sus condiciones y situación de desgaste, información que permitirá un manejo adecuado de medidas y prácticas de conservación. Si conocemos todo esto podemos tener un uso sostenible y de productividad adecuada de alimentos sanos”.
El académico del ICUAP afirmó que el DICA tiene elaborados análisis de erosión y propuestas de manejo y clasificación de aptitud agroecológica para 12 municipios de la Sierra Norte, entre estos Huauchinango, Xicotepec, Pahuatlán y Francisco Z. Mena, y de la zona sur de Puebla, los municipios de Acatlán, Petlalcingo, Tzicatlacoyan, Tecomatlán, Tehuitzingo, Huehuetlán el Grande y Tepanco de López, entre otros.
“Tenemos datos de pérdidas para cada región, de sus factores limitantes y cuáles son las mejores prácticas de conservación para detener su daño y desertificación”, precisó.
Otro proyecto del DICA está encaminado a mejorar y recuperar la superficie terrestre dañada por el mal uso y manejo de suelos que los llevan a años de abandono. Este es el objetivo de la Estación Experimental de Manejo Sustentable de Tierra, en el Ecocampus Universitario Valsequillo, en la cual se prueban diferentes prácticas de preservación, tarea que encabeza el doctor Ruiz Careaga.
La doctora Rosalía Castelán Vega, investigadora del DICA, explicó que desde el punto de vista técnico existen diferentes medidas de conservación, por ejemplo, barreras muertas como piedra acomodada, restos de árboles, construcción de gaviones, acequias, zanjas de infiltración, barreras vivas con magueyes, vetiver, siembras en contornos, la incorporación de rastrojos y mantenimiento de la materia orgánica en los suelos.
Sin embargo, para que haya un buen manejo de este recurso es importante generar una educación y conciencia ambiental que involucre a campesinos, población en general y gobierno, para entender que se trata de un ente dinámico, un bien común del cual nos beneficiamos, y se establezcan programas de conservación de suelos.
Para sensibilizar a la población sobre la importancia de este recurso natural, investigadores del DICA, del Complejo Regional Centro de la BUAP e integrantes de la Sociedad Mexicana de la Ciencia del Suelo, en colaboración con el Ayuntamiento de Tepeaca, conmemoran este 5 de diciembre el Día Mundial del Suelo con una jornada académica cuyo lema es “Detengamos la erosión del suelo, Salvemos nuestro futuro”.
Con sede en la Casa de la Cultura de Tepeaca, Rosalía Castelán Vega presenta la conferencia “La desertificación, una amenaza socioambiental en Puebla”; Lisett Santa Cruz Ludwig aborda la problemática de “La erosión de los suelos en Puebla: el caso de Tepeaca”; y Víctor Tamaríz Flores, “Medidas de conservación de suelos”.
También se lleva a cabo una mesa redonda con académicos del Complejo Regional Centro, del Colegio de Postgraduados y del DICA para analizar “Suelo y Agua: binomio esencial para la soberanía alimentaria”.
Los doctores Víctor Tamaríz y Rosalía Castelán señalaron que con jornadas como esta se generan procesos educativos sobre la importancia de la conservación del suelo, sustento de la vida, por lo que diversas investigaciones que se desarrollan en la BUAP responden a necesidades del campo poblano y a la solución de problemas ambientales.
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