El accidentado camino de las mujeres en la industria del fútbol mundial

Staff/RG

  • Este deporte forma parte de la identidad de muchos países de América Latina, pero los hombres suelen ser únicos protagonistas en estos relatos
  • Pese al discurso de las grandes empresas de medios de comunicación masiva, el futbol femenil sí es rentable, afirma investigadora

¿Sabías que el mejor desempeño de México en un Mundial de fútbol fue cuando nuestra selección llegó a semifinales de la Copa Mundial Femenina en 1971? Lamentablemente, ese campeonato, llevado a cabo precisamente en México, junto con el de Italia 1970, no forma parte de los mundiales oficiales reconocidos por la FIFA. Fue en la década de los 90 cuando la Federación Internacional de Asociaciones de Fútbol (FIFA) instituyó esta vertiente femenina. Ahora, estamos a unas cuantas semanas de la edición Australia-Nueva Zelanda 2023, que comienza el 20 de julio.

Si bien en Estados Unidos el fútbol es considerado un deporte para mujeres, en la mayoría de los países de América Latina ocurre al revés: es un deporte masculino que incluso forma parte de la identidad de nuestros países, México entre ellos. Es por ello que, aunque las féminas lo juegan desde hace mucho, la profesionalización y su inclusión en la lógica de este negocio en la industria comercial ha llegado de manera tardía.

A propósito del encuentro que se aproxima, el Departamento de Ciencias Sociales y Políticas de nuestra IBERO Ciudad de México organizó el panel de miradas mediáticas, económicas y políticas La Previa a la Copa Mundial Femenina Australia-Nueva Zelanda 2023, moderado por el Dr. Roger Magazine y el Maestro Jorge Negroe.

La lucha por el reconocimiento

En Argentina, la tierra de Diego Armando Maradona y Leo Messi, el fútbol es el deporte, con mayúsculas, dijo la Dra. Verónica Moreira, del Instituto de Investigaciones Gino Germani, de la Universidad de Buenos Aires y el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet). El fútbol “ha servido para construir los sentidos de la argentinidad, pero esta construcción ha tenido una condición de género. Los varones han sido los protagonistas de estos relatos de la patria”.

En un breve recorrido histórico por la prensa, la Dra. Moreira mostró cómo a mediados del siglo pasado las mujeres aparecían como las novias, esposas, hijas, madres de los jugadores de fútbol, mientras que las deportistas aparecían sexualizadas y se les dedicaba muy poco de los espacios deportivos en los medios de comunicación.

Cartón sobre el Mundial de México 1971.

Y es que “lo que no se dice no existe”, advirtió, “y lo que no se muestra no puede generar ningún tipo de referencia ni modelo; las niñas no pueden pensarse como futuras jugadoras, árbitras, dirigentes o entrenadoras si esto no se muestra en los medios masivos”.

La situación en Argentina fue cambiando paulatinamente. Las jugadoras hicieron paros en 2017 y 2018, y en marzo de 2019 la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) reconoció la vertiente femenina de esta disciplina. No obstante estos logros, aún falta camino por recorrer. Hace falta regularizar contratos y mejorar sus salarios, los cuales no les permiten dedicarse vivir del futbol (llegan a ganar unos 5 mil pesos mexicanos al mes). Por esto, la investigadora destacó que no se puede hablar de la profesionalización, sino de una semi-profesionalización.

¿Cómo debe ser una “buena futbolista”?

La Dra. Mónica de la Vega, de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, destacó que “la mejor participación de México ha sido con las mujeres, que fueron subcampeonas del 71”, en uno de los dos mundiales femeninos que la FIFA no tiene registrados como tales.

La investigadora ha seguido la evolución en los medios de comunicación de la figura de la “buena futbolista” en México. A mediados del siglo pasado, sin importar su nivel de juego, a las mujeres se les asociaba con el hogar. Así ocurrió con la “Peque” Rubio. En algunas notas periodísticas decían que su juego recordaba al de Pelé, mientras que en otras decían que de todas formas era “mujercita de hogar”.

En las décadas recientes esta visión ha cambiado, y la Dra. De la Vega afirma que actualmente la idea de la buena jugadora va mezclada, “sí con esta idea de seguir un poco con esta cuestión de enseñar esos buenos cuerpos o cierta feminidad, pero las jugadoras han fortalecido muchísimo el tipo de juego que están presentando, muestran sus habilidades y una manera de juego muy específica”, se tiene la convicción de jugar mejor, dijo.

Cuando la FIFA se dio cuenta de que el futbol femenil también puede ser negocio, empezó a obligar a las ligas y a los equipos varoniles a tener sus equipos femeniles, contó la especialista. Y agregó que hay equipos en México a los que les ha interesado muchísimo fortalecer y desarrollar su plantilla femenil, “el claro ejemplo es Tigres, que ha ganado la mayoría de las ligas profesionales en México y juegan bien”.

El fútbol femenino también vende

El costo por la venta de los derechos mediáticos y de transmisión televisiva de los partidos del Mundial femenino ha sido entre 20 y 100 veces inferior a los de su contraparte masculina, explicó la Mtra. Daniela Hinojosa Arago, de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) Azcapotzalco. El discurso de los medios de comunicación masiva ha sido que el fútbol femenino “no vende”.

Tan solo para el Mundial de este año, las ofertas de las cadenas televisivas europeas por los derechos de la transmisión de los partidos fueron tan bajas, que Gianni Infantino, presidente de la FIFA, se quejó: “Es una bofetada para todas las grandes jugadoras del mundo y para todas las mujeres del mundo”. Finalmente, se llegó a un acuerdo y se transmitirán 25 partidos de 64, aunque no se publicó de cuánto fue la inversión.

Pero el fútbol femenino sí es rentable, afirmó la investigadora. En 2022, la final de la Eurocopa entre alemanas e inglesas fue vista por unas 17.9 millones de personas; además, ya se vendieron casi un millón de entradas para el Mundial de este año. Esto, a pesar de que “la industria fue entrenada para pagar mucho dinero por el Mundial masculino y a tratar al equivalente femenino como algo sin valor”, de acuerdo con lo dicho por Moya Dodd, ex miembro del Consejo de la FIFA, a quien mencionó la Mtra. Daniela.

La Copa Mundial Femenina de la FIFA de este 2023 es la novena.

Lo que ocurre, señaló, es una paradoja comercial: “Sin difusión no hay consumo, porque no sabemos qué consumir, no sabemos cuándo pasan los partidos, quiénes participan, cómo se llaman las jugadoras, cómo es la técnica. Sin consumo no hay dinero para invertir en el desarrollo del futbol femenil a nivel mundial como se espera que lo haga la FIFA”.

Mecanismos de dominación sobre animadoras y futbolistas

La Mtra. Joana Saldívar, de la Universidad de Guanajuato, desde su perspectiva de historiadora, mencionó el ejemplo de la incursión en el fútbol de las mujeres de Irapuato, Guanajuato, primero como porristas y luego como jugadoras, inspiradas por el Mundial de México 1970.

En su investigación, la Mtra. identificó dos mecanismos de dominación masculina sobre las animadoras y futbolistas. Por un lado, la construcción arquitectónica del estadio, desde la perspectiva masculina. “En los estadios se distribuyen las actividades y legitiman qué se puede hacer y qué no, dependiendo de si eres hombre o mujer, y en qué lugar te tienes que situar si quieres ser animadora, por ejemplo”.

Además, señaló una cuestión que asocia el sexo-rol y las expectativas sociales que se tenían de ellas, ya que a pesar de que las autoridades deportivas aceptaron su participación, había gente que no, sobre todo sus rivales masculinos, los porristas y jugadores de llano. “Decían que ellas estaban asociadas a la vida doméstica, tenían que cuidar a la familia y reproducirse. Si una jugadora se caía y se rompía la matriz, ya no podía cumplir con su capacidad reproductiva”.

Actualmente el equipo de Irapuato ya no existe, pues su franquicia fue vendida, pero el registro de la inclusión femenina en este entorno es un gran ejemplo de las raíces de donde provienen toda una serie de prejuicios que aún hoy en día continúan. ¿Y tú, ya tienes a tu selección favorita para el Mundial?

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