EXCELSIOR
El dibujante británico Raymond Briggs, cuyo libro “El muñeco de nieve” fascinó a generaciones de niños del mundo entero, murió a los 88 años, anunció su familia este miércoles.
Sabemos que los libros de Raymond llegaron a millones de personas en todo el mundo, que estarán tristes al enterarse de esta noticia”, indicaron sus familiares en un comunicado.
“El muñeco de nieve”, un libro de dibujos con lapices de colores y sin texto que apareció en 1978, ha vendido 5,5 millones de ejemplares en el mundo. Tiene como héroe a un niño que construye un muñeco de nieve que cobra vida.
Adaptado como una película de animación en 1982 y presentada con una introducción del cantante David Bowie, sus imágenes e inolvidable música están desde entonces asociados a la Navidad.
A Raymond Briggs no le gustaban las fiestas de Navidad y fin de año y su historia no le parecía tan alegre.
Su final melancólico, cuando el niño descubre que su amigo se derritió dejando solo su sombrero y su bufanda, destaca la fugacidad de las cosas.
“No creo en los finales felices”, declaró Raymond Briggs al diario Daily Telegraph en 2007. “Los niños tienen que afrontar la muerte tarde o temprano… Entonces no sirve de nada evitarla”.
“Papá Noel” (1973) fue el primer libro de Briggs que tuvo gran éxito. En él, Santa Claus es un anciano irascible que detesta el frío y la nieve y encuentra insoportable tener que entregar regalos.
En 2019, Raymond Briggs se había referido a la vejez y la muerte en un libro melancólico (“Time for Lights Out”). Colaboraba también con The Oldie, una revista creada como una “alegre alternativa a una prensa obsesionada por la juventud y la fama”.
– Un gruñón con un gran corazón –
Todos aquellos cercanos a él conocían su humor irreverente, que podía revelarse mordaz cuando se trataba del poder. Le había gustado el editorial del diario (británico) The Guardian que lo describía como un ‘tesoro nacional iconoclasta'”, agregó la misma fuente.
Los libros más célebres de Briggs están inspirados en su vida y son nostálgicos de la Inglaterra de su infancia en los años 1930 y 1940 en Wimbledon, en el sudoeste de Londres.
En ellos puede verse una atmósfera delicada donde los personajes visten piyamas de rayas, batas y pantuflas, y beben innumerables tazas de té junto a una chimenea en sus casas de ladrillos rojos.
Su obra evoca la historia social británica del siglo XX y refleja las clases sociales, la educación y la evolución de la política.
El universo de Briggs nunca fue edulcorado: la pérdida y el lamento son temas recurrentes.
Su esposa, Jean, a quien conoció en la Escuela de Bellas Artes Slade de Londres en la que estudió a finales de los años 1950, era una pintora abstracta que sufría de esquizofrenia y murió de leucemia en 1973, unos meses después del deceso de los padres de Briggs.
So compañera durante 40 años, Liz, murió de la enfermedad de Parkinson en 2015.
Su editora de larga data, Julia MacRae, estimó que, como con la imagen de su Papá Noel, “el carácter gruñón de Briggs disimulaba un gran corazón”.
Amaba los dibujos de sus admiradores, en particular los de los niños, y los colocaba en la pared de su estudio”, contó su familia.
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