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La pandemia de COVID-19 empujó a la pobreza extrema a 32 millones de personas en 2020, un año en el que tanto las economías en desarrollo como las desarrolladas resultaron fuertemente golpeadas, con los grupos marginados y vulnerables sufriendo el peor impacto.
De cara a la recuperación económica global, el sector de los viajes y la hospitalidad tiene un papel clave, afirmó la ONU este lunes durante la conmemoración del Día Mundial del Turismo, que este año aboga por el crecimiento inclusivo.
La reactivación del turismo ayudará a impulsar la recuperación y el crecimiento, pero es esencial que los beneficios que se generen se distribuyan de manera amplia y justa, señaló la Organización Mundial del Turismo (OMT).
“Con la celebración de este día, manifestamos nuestro compromiso de que, a medida que crezca el turismo, se beneficien de este desarrollo todos los niveles de nuestro amplio y diverso sector, desde la aerolínea más grande hasta la empresa familiar más pequeña”, enfatizó su secretario general, Zurab Pololikashvili.
Según los datos de esa agencia especializada de las Naciones Unidas, las mujeres recibieron el embate más duro de la crisis global causada por la pandemia, sobre todo en los países menos desarrollados, puesto que trabajan sobre todo en los sectores más afectados, como el turismo.
Estragos en el turismo
Para ilustrar los estragos de la pandemia en esa industria, la ONU informó que en los primeros cinco meses de este año, las llegadas de turistas internacionales disminuyeron un alarmante 95% en algunas partes del mundo, y se estima que para finales de 2021 se habrá producido una pérdida de más de cuatro billones de dólares en el PIB mundial.
La desigualdad en la vacunación contra el COVID-19 es otro factor de incidencia determinante en el turismo y ha revelado que las pérdidas se reducen en la mayoría de los países desarrollados y se acentúan en los países en desarrollo, donde la carencia de inmunizaciones mantiene alejados a los turistas.
El Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, indicó que la caída del turismo es un golpe feroz para las economías desarrolladas, “pero para los países en desarrollo significa una emergencia”, acotó.
Además de las mujeres que perdieron su empleo por ocuparse en ese rubro, los trabajadores con baja remuneración, la juventud, las personas mayores, las comunidades indígenas y las personas con discapacidad, también tienen menos posibilidades de contar con recursos u oportunidades para superar la adversidad.
No dejar a nadie atrás
La OMT recordó que la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible establece “no dejar a nadie atrás” y aseguró que el turismo puede contribuir al logro de ese objetivo.
“El sector es un pilar reconocido en muchos –si no en todos– los Objetivos de Desarrollo Sostenible, especialmente en los objetivos 1 (fin de la pobreza), 5 (igualdad de género), 8 (trabajo decente y crecimiento económico) y 10 (reducir las desigualdades)”, apuntó el organismo.
António Guterres reforzó esta aseveración al señalar que el sector turístico influye en casi todos los aspectos de nuestras economías y sociedades, “y hace posible que las personas históricamente marginadas y las que corren el riesgo de ser dejadas atrás se beneficien de un desarrollo que sea local y directo”.
Cambio climático
En su mensaje para la jornada, Guterres insistió en el poder y las posibilidades del turismo para fomentar la prosperidad e impulsar el desarrollo inclusivo y sostenible.
El titular la ONU recalcó que además de la pandemia, el cambio climático afecta gravemente a muchos de los principales destinos turísticos, particularmente a los pequeños Estados insulares en desarrollo, cuyas economías dependen en un 30% del turismo.
En este sentido, consideró que ha llegado el momento de repensar y transformar el turismo y de reactivarlo de forma segura.
“Si se aplican las salvaguardias adecuadas, el sector turístico puede proporcionar puestos de trabajo decentes y ayudar a construir economías y sociedades resilientes, sostenibles, con igualdad de género e inclusivas que beneficien a todos”, apuntó.
La OMT identificó tres estrategias para que la reactivación y el crecimiento del turismo sean lo más inclusivos que sea posible: las alianzas entre los actores de ese rubro con las organizaciones internacionales, la sensibilización de los gobiernos para que garanticen que el turismo nacional e internacional sea inclusivo, y el aprovechamiento del potencial de la cadena de valor del turismo mediante la facilidad de inversión y la ampliación de la educación turística.
Pero esas inversiones tendrían que encaminarse hacia un “turismo verde” en el que los sectores que generan más emisiones, como el transporte aéreo y marítimo y la hostelería trabajen para lograr la neutralidad de sus emisiones de carbono.
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