Arlette Hernández
Para el docente de la Preparatoria a Distancia del Complejo Regional Sur, en Tehuacán, la educación debe ser una duda permanente; lo importante es tener alumnos críticos y autónomos
Sensibilidad y empatía son dos palabras que emite a lo largo de la entrevista sobre su labor como docente en la Preparatoria a Distancia, del Complejo Regional Sur, en Tehuacán, donde además es coordinador de este programa creado en la BUAP hace cuatro años. Sensibilidad para comprender al “otro” y empatía para colocarse en el lugar del “otro”, el binomio para caminar de la mano con sus alumnos en esta noble tarea de enseñar.
“Soy bastante positivo, alegre, me encanta hacer que los alumnos vayan descubriendo el conocimiento, y seguir preparándome para ellos”, expresa el maestro Jonathan Martínez Pacheco, mientras sus ojos se cierran y abren en un movimiento sincronizado con la sonrisa.
Para ampliar las oportunidades de estudio y atender a una población mayor de 20 años, que en se momento no pudo continuar sus estudios, la BUAP creó el programa de la Preparatoria a Distancia. En 2018 ingresó en el Complejo Regional Sur, en Tehuacán, la primera generación integrada por 24 alumnos; hoy, bajo la conducción del profesor Martínez Pacheco la matrícula se ha disparado: 330 alumnos conforman la segunda generación. Y aunque son adultos, 50 años en adelante, casados, abuelos, Jonathan dice sin empacho: “Yo les digo chicos”.
Para él, la educación debe ser una duda permanente, pues no hay verdades absolutas ni procesos cerrados, siempre hay algo nuevo. De aquí que lo importante es tener alumnos críticos, autónomos, capaces de generar propuestas.
-¿Se concibe en un trabajo distinto a la docencia?
-Noooooo -Dice resuelto y ríe.
La sonrisa no le abandona. Habla con soltura y una cascada de palabras que cantan sale de sus labios.
El alumno debe sentirse acompañado a la distancia
Jonathan Martínez Pacheco tiene 37 años y una trayectoria en la docencia de más de una década. En la BUAP, hoy su centro de trabajo, estudió la Licenciatura en Diseño Gráfico; más tarde realizó dos maestrías: en Educación, en 2011, y en Mercadotecnia, en 2016.
Como docente ingresó a la Institución en 2011, para impartir Diseño Gráfico, en licenciatura; actualmente es además de profesor, coordinador de la Preparatoria a Distancia en el Complejo Regional Sur, en Tehuacán, una modalidad educativa que, refiere, le ha permitido ser más flexible, estar actualizado y ser más sensible en la tarea de enseñar: “algo que me apasiona”.
“Con la prepa a distancia nos adelantamos a la pandemia, pues nacimos desde una perspectiva digital, pensando que nuestros estudiantes trabajan y se les dificulta acudir a un aula. Este programa tiene que adaptarse a este tipo de alumnos; nació antes de la pandemia y vino a mostrar su pertinencia. Hoy tenemos estudiantes de Puebla, Oaxaca, Veracruz, incluso del extranjero. Terminará la pandemia y nosotros seguiremos en línea”, comenta.
La entrevista transcurre por Zoom. Aun así, puedo sentir la energía que pone en cada palabra, el acento en lo positivo, el optimismo por delante. Por ello, aunque no conoce a sus alumnos físicamente, la computadora se convierte en la puerta de entrada al hogar: “La pantalla me permite estar en su casa: puedo ver sus contextos y esto nos genera un vínculo: el otro nos permite entrar en su casa”.
-¿Cuáles son los retos de la Preparatoria a Distancia?
-El reto principal para nosotros es la sensibilidad, saber que estamos ante alumnos adultos, maduros, quieren recibir de nosotros la seguridad del conocimiento y la motivación. Tenemos que estar un paso adelante en el conocimiento de las plataformas y transmitirles esa seguridad. Transmitir empatía y tener flexibilidad, que ellos se sientan acompañados a la distancia.
-¿Qué lo motivó a ser docente?
–Fue circunstancial. Una conocida me pide sustituirla por su embarazo. Fue interesante. Yo sentí que era temporal, pero me propuse hacerlo bien, enseñar con el ejemplo de mis maestros de licenciatura. Me fue gustando y ocurrió ese click o momento mágico que se refleja en la mirada de los alumnos, esa empatía que se establece cuando van descubriendo el conocimiento y ese gesto de agradecimiento: ‘gracias porque nos está enseñando, porque estoy aprendiendo’. Cuando descubrí esto, me dije ‘quiero ser docente y apasionar a otros con lo que a mí me apasiona’: ver a mis alumnos, explicarles y que ellos aprendan.
Si bien coordina la Preparatoria a Distancia en el Complejo Regional Sur, en Tehuacán, Martínez Pacheco dedica también su tiempo a la enseñanza en la Licenciatura en Diseño Gráfico, y en la preparatoria donde imparte las asignaturas de Ciencias Sociales. Estar saturado de actividades, lejos de estresarlo, afirma, le permite sentirse vivo: “Es parte de la adrenalina de sentir que estoy viviendo”.
“A mí me gusta tener alumnos activos, desde que entro llevo a la práctica los conocimientos, busco que los deduzcan a través de actividades. Por ejemplo, si vamos a estudiar la teoría del color, pues a todos les pido vestirse de rojo para vivir el rojo, no sólo transmitir una teoría”.
Su definición por la labor docente llevó al maestro Jonathan Martínez a prepararse y estudiar la Maestría en Ciencias de la Educación. Para él la tarea de enseñar es planear, preparar y favorecer condiciones que permitan a los alumnos interpretar su entorno. Así, cuando un estudiante llega a ser autónomo y crítico ha cumplido con su labor de educar.
“Cuando los alumnos me argumentan, sé que se han convertido en agentes de cambio. Entonces digo: ‘wow’, mi labor está concluida”, expresa con la vitalidad que ha desplegado a lo largo de la entrevista.
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