Detrás de cada gran fortuna, siempre hay un gran delito: Honorato de Balzac

LA FALACIA DE LOMAS

Por Manuel CARMONA

Un desarrollo inmobiliario de la extensión e importancia económica como lo es actualmente el concepto de Lomas de Angelópolis que empezó en el 2003 con la ADQUISICION inicial de 60 hectáreas de tierras ejidales en la junta auxiliar de San Bernardino Tlaxcalancingo y que con el tiempo se fue expandiendo hacia el municipio de Santa Clara Ocoyucan, hasta llegar a ocupar actualmente una superficie de aproximadamente mil 100 hectáreas, no puede estar exento de numerosos señalamientos algunos ciertos, otros falsos, respecto a la licitud de su crecimiento.

Son tantas las operaciones de compra-venta gradual de terrenos de origen ejidal que se han venido realizando desde ese entonces, que con el tiempo fueron regularizados para lotificar y ser destinados a uso habitacional y comercial, que por supuesto es muy fácil alimentar la sospecha que en todo ese largo proceso, el grupo Proyecta dueño del desarrollo inmobiliario, con cargo a su expansión pudieran haber incurrido en numerosas prácticas irregulares, pero no a los despojos que se les han pretendido atribuir recientemente.

Por eso esta ocasión hice alusión de manera inicial a una frase que se la atribuye al novelista francés Honorato de Balzac, que si bien es cierto nunca la expresó de manera específica y literal en una fecha o circunstancia determinada, a lo largo de su obra es persistente en su crítica social hacia el poder y la riqueza, sugiriendo que las grandes fortunas a menudo se forjan sobre la base de algunas injusticias.

De ahí que la intención de esta colaboración es hacer algunas precisiones entorno a una polémica que lleva poco más de una semana en la conversación política nacional, luego del anuncio realizado por el Gobernador del Estado Alejandro Armenta Mier, en el cual invita a los socios del mencionado grupo inmobiliario a donar dos hectáreas o en su caso someterse a un procedimiento de expropiación, aduciendo un posible acto de justicia social, la devolución de una mínima parte de la tierra que le quitaron a los campesinos.

Seguramente a lo que el gobernador quiso hacer alusión fue a la expropiación de mil 41 hectáreas de terrenos ejidales realizada el 30 de abril de 1992 que sirvió de base para el surgimiento del Fideicomiso de la Reserva Territorial Atlixcáyotl, sin embargo un dato que hasta el momento no se citado en las mesas de discusión es que fue el entonces Presidente República Carlos Salinas de Gortari, quien firmó el decreto.

De tal manera que como parte del procedimiento, el pago de la superficie ejidal expropiada fue fijado en el propio decreto, por el gobierno federal. Si se pagó muy barato, en centavos o pesos como refiere el gobernador Armenta y si en el fondo fue un acto abusivo y un despojo a los ejidatarios, en todo caso esto fue responsabilidad gubernamental y no de algún particular.

Que infinidad de funcionarios públicos de todos los niveles, municipal, estatal y federal con posterioridad y en el curso de las últimas tres décadas se han beneficiado económicamente, coludiéndose con empresarios de bienes raíces para entregarles las superficies expropiadas a fin de construir fraccionamientos de lujo y desarrollos comerciales, eso ya es otra cosa y no sería mala idea investigarlo y sancionarlo, aunque no veo nada viable que pudiera concretarse en virtud del tiempo transcurrido y la lista interminable de personajes y administraciones inmiscuidas en este negocio que empezó hace décadas, presenta dificultades de carácter técnico-jurídicas, por lo que no veo más allá que la posibilidad de un escándalo mediático como ha ocurrido hasta ahora.

Es muy probable que la familia Posadas haya tejido una extensa red de complicidades con autoridades de todos los niveles para lograr la escrituración de sus terrenos, para obtener la modificación de usos de suelo, permisos de construcción etc. pero en un momento posterior, ya en fase de comercialización, quien hizo la declaratoria de utilidad pública como zona de reordenamiento urbano y por ende le quitó la tierra a sus dueños originales fue el Gobierno Federal, por lo que considero relevante hacer la acotación que corresponde.

Los Posada no son damas de la caridad, ni están al frente de ninguna institución de beneficencia pública, en algún punto del proceso de comercialización lograron ser favorecidos con una porción de los terrenos de la Reserva Territorial Atlixcáyotl, pero el desarrollo convertido hoy en un emporio inmobiliario se encuentra sustentado en su mayor porcentaje en la COMPRA, si ustedes quieren ventajosa, pero paulatina y gradual a ejidatarios de las comunidades que ya han sido mencionadas al inicio de la exposición desde hace 20 años y no en los procesos de expropiación gubernamental.

Esta discusión iniciada el pasado 10 de abril tiene de origen varias inconsistencias que ya han sido mencionadas, por lo que sería conveniente reorientar, ajustar las posturas y hacer las aclaraciones pertinentes para evitarle un desgaste político innecesario al titular del Ejecutivo Local, porque ha medida que vayan pasando los días irán saliendo a la luz pública poco a poco, los datos duros del caso, hasta que quedar en evidencia que el tema de Lomas: se encuentra sustentado en una falacia…

* El autor es abogado, escritor y analista político.

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