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Adnan Abu Hasna, portavoz de la Agencia de la ONU para los Refugiados de Palestina (UNRWA), habla con Noticias ONU mientras las fuerzas israelíes siguen atacando Gaza, mientras impiden la salida de la mayoría de los palestinos.
“He sido testigo de muchas guerras en Gaza en el pasado, pero ninguna con la magnitud de esta tragedia. Es una nueva Nakba (catástrofe) para los palestinos. No esperaba ni imaginaba ver a cientos de miles de personas desplazadas hacia el sur; lo han dejado todo atrás.
Todo el mundo está en shock
Nunca en mi vida he visto barrios enteros borrados de la existencia en la Ciudad de Gaza. Vi un pueblo, los residentes originales de la Ciudad de Gaza, que no habían salido de Gaza durante miles de años, pero que hoy se han convertido en refugiados y han sido desplazados a una nueva ubicación.
Todo el mundo está en estado de shock. Sienten que es una pesadilla. Algunas personas no creen lo que ha pasado.
Hoy conocí a una persona que vino a nuestra sede para pedir que le inscribieran en un centro de acogida en una escuela de la UNRWA. Empezó a hablar y a decir que había perdido a cinco de sus hijos, a su mujer y a su hermana. Hablaba con normalidad, aún no era consciente de la magnitud de la pérdida, todavía estaba en estado de shock.
Dijo que quería buscar un lugar donde quedarse porque no tenía dinero ni nada. Me dijo que había venido sólo con su ropa puesta. Cuando se presentó, supe que pertenecía a una de las familias acomodadas de Gaza que tenía negocios, y ahora de repente no tenía nada.
Ha perdido a su familia, ha perdido su trabajo, lo ha perdido todo, y ahora busca un lugar donde sentirse seguro, para que podamos proporcionarle algo de agua y comida que no puede conseguir por sí mismo.
Lo han perdido todo
Este es el principal dilema que cientos de miles de palestinos están experimentando, además de la falta de la sensación de seguridad. Si estás en las escuelas de la UNRWA y ondeas la bandera azul, no te sientes seguro, en la calle no te sientes seguro, en los coches no te sientes seguro. No hay ningún lugar seguro y hay poca comida y agua.
Veo a cientos de niños pidiendo agua o comida; la gente tiene hambre y sed. Nunca había visto esta situación en Gaza. Hay tanta gente hacinada, están peleando, gritando, llorando.
Frente a las plantas desalinizadoras, las que aún funcionan, se puede ver a miles de personas esperando por agua potable. En realidad, la gente lo ha perdido todo, no tienen efectivo, sólo han venido con su ropa. No tienen nada. Ni siquiera pudieron prepararse para el invierno. Es un gran dilema.
Es la misma situación si eres un miembro del público o si trabajas para la UNRWA. Todos somos desplazados y vivimos en refugios. Esta es una sensación que otros colegas y yo nunca habíamos sentido antes en Gaza.
A veces me paro a pensar: ¿de qué estoy hablando? ¿Estoy hablando de sufrimiento colectivo? ¿O del sufrimiento de los individuos?
Cada ser humano tiene una historia, la historia de perder familia, dinero, propiedades, tierra o todo.
Una vez más, los palestinos vuelven a cero. La pregunta central que siempre hacen es: ¿Cómo ves las cosas, qué podría pasar? Nadie puede responder con sinceridad”.
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