Las competencias digitales, clave para extender el uso educativo de la red

UOC

México, Cuba, Colombia, Perú y Brasil encabezan la lista de los países de América Latina y el Caribe con habilidades digitales avanzadas.

Como cada año, el 17 de mayo se celebra el Día de Internet, una jornada que servirá nuevamente para hacer balance de la situación sobre los diferentes impactos que tiene la red en la vida de las personas. En este sentido, hay que tener en cuenta el grado de conectividad de la sociedad para poder evaluar el impacto que puede tener Internet, pero también para saber qué dicen las encuestas sobre los usos a los que se destinan las tecnologías de la información y la comunicación en los hogares.

De acuerdo con el informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe “Un camino digital para  el desarrollo sostenible de América Latina y el Caribe”, en 2020, cerca del 30% de la población adulta de más de 15 años de Latinoamérica contaba con habilidades digitales básicas, porcentaje muy inferior al observado en los países desarrollados, donde se alcanzaban valores en torno al 80%. Con respecto a las habilidades digitales intermedias, es decir, el trabajo con hojas de cálculo, la creación de presentaciones electrónicas o la instalación y configuración de software y aplicaciones, se encuentra que, menos del 20% de la población adulta hace uso de estas herramientas, mientras que en las economías avanzadas el porcentaje alcanza a más del 60%. Dicha situación, limita las posibilidades de continuar los procesos de formación y capacitación de las personas durante su vida. Los cursos gratuitos en línea, disponibles para que cualquiera pueda inscribirse, y las plataformas de educación abierta ofrecen la posibilidad de recibir formación a lo largo de las diferentes etapas de la vida, así como de adaptar los contenidos a las necesidades específicas personales u ocupacionales. Sin embargo, para que ello sea factible es fundamental contar con habilidades digitales básicas o intermedias.

El uso de Internet con objetivos educativos obliga a la educación a integrar esta realidad, apunta Nati Cabrera, profesora de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la UOC, experta en aprendizaje en línea. Una manera de integrar esta realidad es hacer que Internet sea “objeto de aprendizaje”; para logarlo es esencial, destaca, promover “el desarrollo de la competencia digital de las personas“. El aumento de estas competencias podría significar un incremento del volumen de personas que utilizan las tecnologías de la información con propósitos educativos.

Las competencias digitales, un aspecto clave para extender el uso educativo de Internet

“Que el uso de Internet aumente es natural, es lo que se puede esperar como consecuencia de la evolución social, tecnológica e incluso cultural”. Sin embargo, para esta experta en aprendizaje en línea, el dato más interesante sería “la competencia digital” que tienen los usuarios de Internet. “Es aquí donde tenemos una gran oportunidad o una gran fuente de problemáticas si no lo abordamos adecuadamente”, alerta. En cuanto al aumento progresivo de Internet para cursar estudios o aprender en general, en opinión de Cabrera, también es “una consecuencia natural de la transformación digital de la sociedad y de nuestras formas de vida”.

La experta considera que esta tendencia irá en aumento “de forma progresiva”, pero alerta que para extender este uso hacen falta “políticas sólidas que promuevan la transformación digital de las organizaciones educativas, acompañadas de los recursos adecuados para materializar esta transformación”. Según Cabrera, los escenarios de aprendizaje futuros consistirán en “ecologías de aprendizaje complejas y variadas que integrarán todo tipo de formatos, recursos, espacios de comunicación -virtuales y presenciales- en función de las necesidades y objetivos de cada momento o sujeto”.

“La información es información, no conocimiento”

Jornadas como el Día de Internet también ofrecen una oportunidad para plantear preguntas sobre la herramienta. ¿Compite Internet con las propuestas educativas por la cantidad de información que pone al alcance de las personas? Nati Cabrera cree que “la información es información, no conocimiento” y recuerda que los procesos para aprender “tienen lugar sobre todo a partir de la interacción entre sujetos, de la reflexión, de relacionar conceptos, de intentar aplicarlos, entre otras muchas estrategias”. Por lo tanto, la experta opina que aquí es “donde una propuesta formativa en línea de calidad marca la diferencia: no se trata de acceder a contenidos, sino de lograr conocimientos y desarrollar competencias“. “Los contenidos son un recurso que se utiliza, pero, per se, no provocan necesariamente un aprendizaje”, subraya.

La brecha de género se mantiene en cuanto a los usos de Internet

Los datos sobre el uso de Internet como recurso educativo también muestran una brecha de género. “Dado que el uso de Internet y el teletrabajo se ha hecho extensivo durante la pandemia, el hecho de que las tareas de cuidados hayan recaído más en las mujeres que en los hombres ha podido contribuir a que las mujeres hayan tenido menos posibilidades de encontrar tiempo para poder mejorar su formación con cursos o programas de formación en línea“, comenta la directora del grupo de investigación GENTIC de la UOC, Milagros Sainz.

Ahora bien, los datos no dejan de sorprender a la experta, porque recuerda que tradicionalmente las mujeres utilizaban Internet para acceder a formación y educación con más frecuencia que los hombres”. Según Sainz, habría que analizar “qué tipología de formación y cursos en línea hacen las mujeres y los hombres, según su edad y otras características personales“. Asimismo, también cree que “sería importante conocer qué motivaciones tienen hombres y mujeres según diferentes características para seguir esta formación”. Además, añade, “también habría que comprobar las condiciones en que hombres y mujeres realizan esta formación”.

Milagros Sainz comparte la opinión de Nati Cabrera y también apuesta por profundizar en las competencias digitales de las personas: “Es crucial que las mujeres, las jóvenes y de colectivos vulnerables, adquieran competencias digitales, pero también que desarrollen competencias personales de otra índole (no compartir datos o información personales con personas desconocidas, adoptar una mirada crítica respecto al gran volumen de información que encontramos en Internet y las redes sociales) para dar respuesta a estos retos”. La experta también alerta de que “muchas desigualdades tradicionales de la vida entre hombres y mujeres se han trasladado al ámbito digital; por eso, es importante fomentar la corresponsabilidad entre hombres y mujeres para aprovechar todas las posibilidades que la vida ofrece en línea y fuera de línea”.

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