¿Influyen las clases extraescolares en el futuro laboral de los niños y niñas?

Universitat Oberta de Catalunya 

  • Las extraescolares pueden ayudar a formar un perfil formativo único para cada estudiante

No se trata de “compensar” aquello que la escuela no pueda ofrecer, sino de permitir al niño o niña que pueda dedicar su tiempo a actividades que le gusten

Según el Laboratorio Latinoamericano de Evaluación de la Calidad de la Educación, Unesco y Oficina Regional de Educación para América Latina y el Caribe (OREALC), lo que más les gusta hacer en su tiempo libre a los niños y niñas de 3° básico de 15 países es jugar los amigos (65%), hacer deportes (57%) y ver televisión (53%). A través de las actividades extraescolares, los menores pueden estar mejorando su futuro laboral. La razón es que estas actividades tienen un papel relevante en el desarrollo de los niños y niñas, porque les ayudan a descubrir intereses y potencialidades mientras favorecen su autonomía, su autoestima y el máximo desarrollo de sus capacidades. “Pueden completar e impulsar la formación y el desarrollo de los niños y niñas, además de contribuir a formar personas únicas y con un perfil formativo diferenciado, lo que favorece su futura inserción social y laboral”, afirma Sylvie Pérez, profesora de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la UOC.

En su opinión, cuando las actividades extraescolares que se cursan son del agrado de los niños y niñas, les generan experiencias positivas y ayudan a la formación de su autoestima. “Ello favorece un buen desarrollo socioafectivo, imprescindible para su futuro social y laboral. Además, son nuevos entornos socializadores y, en este sentido, son imprescindibles para que puedan aprender a identificar y gestionar emociones, formarse con otros referentes adultos, establecer amist0des diferentes de las del colegio y el instituto, etc. Asimismo, les aportan conocimientos y competencias que en el sistema educativo reglado pueden no trabajarse profundamente”, añade Jordi Perales, tutor del máster universitario de Dificultades del Aprendizaje y Trastornos del Lenguaje de la UOC.

Sin embargo, para que las extraescolares puedan aportar toda esa lista de beneficios, los expertos consideran clave tener presente que no se trata de un tiempo obligado. Por lo tanto, deberían ser un espacio donde los niños y niñas puedan desarrollar habilidades que consideren que pueden gustarles o encontrar ambientes en los que se sientan cómodos, aceptados y contentos.

“Deberíamos alejarnos de actividades que sean simples refuerzos escolares. Si a un niño o niña no le gusta una determinada área, ¿qué nos hace pensar que le va a gustar esa misma área en una extraescolar? Los alumnos ya pasan muchas horas en la escuela; las horas de extraescolares deberían ser las que más les gusten. Eso sí, conviene tener claro que una actividad extraescolar no puede convertirse en algo sin criterio ni rigor”, explica Perales. El experto añade que no se trata solo de “compensar” aquello que la escuela no pueda ofrecer, sino de permitir al niño o niña que pueda dedicar su tiempo a actividades que le gusten.

Cuál elegir

De ahí que la elección de la extraescolar deba llevar su tiempo y ser una decisión compartida entre padres e hijos. Por eso, una de las primeras recomendaciones de los expertos es que los padres simplemente observen a su hijo para ver qué intereses tiene. Sin embargo, también hay que tener en cuenta qué puede necesitar, pero no desde la visión de suplir aquello que debe aprender en la escuela o en el instituto.

“Los aprendizajes escolares deben darse en las instituciones educativas, pero podemos detectar cierta ‘torpeza’ motora en nuestros hijos y pensar que un deporte o una actividad física que implique el movimiento corporal les podrá ir bien, o podemos observar que tienen facilidad para la música u otra actividad artística y que esto les provoca satisfacción, por lo que podemos ayudarlos a trabajarlo”, explica Sylvie Pérez.

Entre las posibles opciones, la profesora de la UOC destaca el estudio de inglés, francés o cualquier otra lengua, siempre y cuando al niño o niña le guste esta actividad y no suponga una dificultad añadida a las tareas y aprendizajes que ya hace en la escuela. También son buenas opciones la música, la danza y las actividades artísticas (como la pintura o las manualidades), así como cualquier deporte, de acuerdo con la edad evolutiva.

Una vez elegida la actividad extraescolar junto con los hijos, los expertos aconsejan mantenerla al menos dos trimestres para enseñar el valor del compromiso y dar una oportunidad a los nuevos ambientes. No obstante, también hay que ser flexibles “y permitir que estas actividades sirvan de ensayo para que los niños y niñas puedan probar qué les gusta, qué se les da bien…”, señala Sylvie Pérez.

En cuanto al tiempo que hay que dedicar semanalmente a estas actividades, lo ideal es no sobrecargar la “agenda” de los más pequeños ocupando todas sus tardes con actividades extraescolares. Como explica Jordi Perales, se considera que se está dedicando un tiempo excesivo “si no se permite al niño o niña descansar, jugar e incluso aburrirse de vez en cuando”. “Demasiadas veces hay familias que no tienen más remedio que apuntar a sus hijos a actividades extraescolares para que alguien pueda ocuparse de ellos. Pero en esos casos se pierde parte del carácter educativo de estas actividades y acaban siendo meros ‘canguros’. El niño o niña debe estar con su familia el mayor tiempo posible, si bien es cierto que aparecen problemas de conciliación familiar en relación con el trabajo de los padres”, indica el profesor de la UOC.

Aunque depende de las circunstancias de cada alumno, como orientación, Sylvie Pérez aconseja un máximo de tres tardes semanales ocupadas con extraescolares. Además, hay que evitar acumular diferentes extraescolares en una misma tarde.

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