La ONU brindará ayuda humanitaria a más de trece millones de personas en América Latina en 2022

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América Latina y el Caribe es la región más desigual del mundo y la segunda más propensa a los desastres, factores a los que se han aunado los estragos causados por la pandemia de COVID-19 que, además de una crisis socioeconómica que aún no se ha remontado, ha dejado en la región el 30,3% de las muertes provocadas por el coronavirus en el mundo, pese a que sólo el 8,4% de la población mundial vive en ella.

En este contexto, la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas (OCHA) incluyó a seis países (Colombia, El Salvador, Guatemala, Haití, Honduras y Venezuela) en sus planes de asistencia para 2022, asignándoles un total de 1692,5 millones de dólares de su llamamiento global.

El objetivo de esos planes es llevar ayuda de emergencia a un total de 13,38 millones de personas en esos países, una cifra que no alcanza siquiera a la mitad de la población necesitada, calculada en 27,9 millones.

OCHA explicó que la pandemia ha tenido un gran impacto en la pobreza, el desplazamiento, la inseguridad alimentaria y la violencia de la región, por lo que proyectó la continuación de la ayuda humanitaria durante los próximos años, con operaciones de largo plazo comenzadas en 2021.

Precisó que en El Salvador , Guatemala y Honduras la población necesitada creció un 60% este año, un aumento sin precedentes que impulsó el lanzamiento de Planes de Respuesta Humanitaria en estos países, por un total de 588 millones de dólares para el periodo 2021-2022. Hasta el momento, los planes han recibido colectivamente el 11% de los fondos solicitados.

Una sanitaria pone la primera dosis de la vacuna contra el COVID-19 a una paciente en Colombia. OPS/Karen González

Una sanitaria pone la primera dosis de la vacuna contra el COVID-19 a una paciente en Colombia.

Pocas vacunas

En su Panorama Humanitario Global 2022, OCHA señaló que muchos países latinoamericanos y caribeños avanzan, si bien lentamente, hacia la recuperación económica gracias a la implementación de la vacuna COVID-19, que llega a más del 50% de su población. Sin embargo, menos de la mitad de los habitantes de la región tienen esquema completo de inmunización y los países enfrentan numerosos obstáculos para asegurar el suministro de vacunas.

Este acceso escaso e inequitativo a las vacunas afecta en especial a grupos marginados como las comunidades rurales y los pueblos indígenas, que de por sí padecen desventajas de larga data en los servicios de salud que reciben.

Por su parte, la inseguridad alimentaria de moderada a grave se ha incrementado un 9%, afectando a 267 millones de personas en la región, el aumento más pronunciado entre 2019 y 2020 a nivel mundial. Las capacidades de respuesta de los Estados son cada vez más complicadas debido al debilitamiento de las instituciones y a las pérdida de ingresos tributarios, mientras que la violencia crónica está volviendo a niveles prepandémicos en algunos países.

Desplazamientos masivos

Con respecto al desplazamiento de población, llegó a niveles históricos en 2021. Según el Centro de Monitoreo de Desplazamientos Internos, Brasil, Cuba, Guatemala y Honduras se cuentan entre los 25 países del mundo con mayor número de nuevos desplazamientos por desastres o conflictos en 2020. En Honduras, 937.000 personas, casi una décima parte de su población, se desplazaron por desastres.

La frontera entre México y Estados Unidos registró una llegada récord de 1,7 millones de migrantes entre octubre de 2020 y septiembre de 2021, un 20% más que las llegadas en 2020 y 2019 juntas. De esos migrantes, 149.000 son niños y adolescentes, una cifra que sube cada mes. Un número creciente de migrantes en los países de la región proviene de Haití, lo que subraya la necesidad de una respuesta humanitaria coordinada en toda la región.

OCHA advirtió que esta situación, junto a los millones de refugiados y migrantes venezolanos en los países de acogida, puede agravarse aún más en 2022.

Colombia

En Colombia, la combinación del fortalecimiento y expansión de grupos armados no estatales en partes del país, el impacto de los más frecuentes desastres, la agitación social y la integración de 1,8 millones de refugiados y migrantes venezolanos ha elevado las necesidades humanitarias.

Por si fuera poco, la pandemia de COVID-19 ha aumentado las demandas de la población al gobierno y ha afectado a las personas más vulnerables del país, agravando los desafíos humanitarios existentes.

OCHA precisó que los crecientes niveles de inseguridad alimentaria y desnutrición y la disminución de las oportunidades de subsistencia, entre otras afectaciones, han afectado especialmente a 3,8 millones de mujeres y 2,4 millones de niños, y el aumento de las tasas de deserción escolar debido a la falta de acceso a la educación virtual ha expuesto a los niños a altos riesgos de reclutamiento por los grupos armados, así como a embarazos adolescentes.

Estos desafíos aumentaron el número de personas necesitadas, de 6,7 millones de personas en 2020 a 7,7 millones de personas en 2021, cifras que excluyen a los refugiados y migrantes venezolanos en Colombia, incluidos en el Plan de Respuesta a Refugiados y Migrantes 2022.

El objetivo de OCHA es asistir a dos millones de personas en Colombia el año venidero con 200 millones de dólares en fondos.

El Salvador

El país centroamericano encara múltiples desafíos debido a una alta tasa de poblaciones marginadas, infraestructura inadecuada, déficit de vivienda y hacinamiento. Las tasas de pobreza e inseguridad alimentaria están aumentando a medida que el poder adquisitivo y los medios de vida disminuyen principalmente debido a los efectos de la pandemia de COVID-19, lo que exacerba aún más las vulnerabilidades y la necesidad humanitaria. Aproximadamente 656.000 personas viven en la pobreza extrema, lo que representa casi el 10% de la población del país.

Además, El Salvador es proclive a choques climáticos recurrentes como sequías, tormentas tropicales y actividad sísmica y sufre niveles elevados de degradación ambiental que favorecen la erosión y deslizamientos de tierra.

Para 2022, la ONU prevé que se incremente el número de desplazados internos y personas en riesgo de desplazamiento debido a la creciente inseguridad y violencia, y al agravamiento de las condiciones socioeconómicas. En 2020, 33.200 salvadoreños solicitaron asilo, principalmente en México y Estados Unidos, elevando el número total de solicitantes de asilo de El Salvador con solicitudes pendientes a 149.265.

OCHA cifra en 1,7 millones las personas necesitadas y planea asistir a 0,9 millones de ellas con recursos por 114,3 millones de dólares.

Guatemala

En Guatemala, unos 8,5 de personas, la mitad de la población nacional, viven en condiciones de pobreza, lo que debilita su capacidad de mitigar su exposición al riesgo y resistir las crisis recurrentes que asolan al país.

En 2020, el COVID-19 y los huracanes Eta e Iota agudizaron las condiciones humanitarias preexistentes, dejando a 1,8 millones de personas necesitadas de asistencia humanitaria.

Las crisis climáticas recurrentes, el desplazamiento y la migración, y la inseguridad alimentaria y nutricional continúan siendo los principales impulsores de la crisis, a medida que aumenta la escala y la gravedad de las necesidades entre las personas vulnerables expuestas a múltiples emergencias.

Los guatemaltecos que precisan asistencia suman 3,8 millones, el objetivo de OCHA para 2022 es brindar ayuda vital a 1,68 millones, para lo que asignará 153,7 millones de dólares.

Haití

La nación caribeña está expuesta constantemente a los peligros naturales y los efectos del cambio climático, y enfrenta desafíos socioeconómicos y políticos recurrentes anclados en problemas de estructura muy arraigados.

En 2021, el país registró un grave deterioro socioeconómico, político y de seguridad que se agudizó con la pandemia de COVID-19 y un terremoto de 7,2 grados que afectó a más de 800.000 personas en agosto. Las necesidades humanitarias se multiplicaron especialmente en la región sur del país.

Los factores de la vulnerabilidad de la población haitiana en 2021 persistirán en 2022, y se prevé que más de 4,9 millones de personas, el 43% de la población, necesitarán asistencia humanitaria. OCHA entregará socorro esencial a 2,5 millones de ellas, para lo que precisa 373,5 millones de dólares.

Honduras

La pandemia de COVID-19 y los huracanes Eta e Iota empeoraron las condiciones humanitarias de larga data en Honduras y debilitaron la capacidad del Estado y las comunidades para afrontarlas.

La pandemia y los dos grandes huracanes dejaron a 2,8 millones de personas con necesidad de asistencia, creando una situación desesperada en un entorno humanitario de por sí complejo.

Las poblaciones vulnerables como mujeres, niños, trabajadores informales, indígenas y afrodescendientes son afectadas desproporcionadamente por las precarias condiciones humanitarias y requerirán una respuesta focalizada en 2022.

El plan de OCHA es ayudar a 1,8 millones de hondureños el año próximo con fondos por 143 millones de dólares.

Venezuela

De acuerdo con OCHA, las necesidades humanitarias persistirán a largo de 2022 en Venezuela a causa de la prolongada situación económica y sociopolítica, y al impacto del COVID-19.

Entre los problemas críticos, la Oficina de la ONU resaltó la prestación de servicios básicos, la inseguridad alimentaria y la desnutrición, la movilidad humana y las necesidades de protección.

Tras ocho años consecutivos de contracción, se calcula que la economía venezolana crecerá un 1% el año entrante, pero lograr un avance sostenible dependerá de que haya un progreso duradero en el diálogo político y del levantamiento de las sanciones que se le han impuesto.

Los venezolanos necesitados son siete millones en su país, de los cuales la ONU socorrerá a 4,5 millones con recursos por 708 millones de dólares.

El Plan de Respuesta Humanitaria para Venezuela opera actualmente con un déficit del 63%.

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