Debate
Por Roberto Desachy Severino
Luego de que Morena ganará 10 gubernaturas y mantuviera la mayoría –aunque no calificada- en la Cámara de Diputados federales, nadie duda de que el presidente Andrés Manuel López Obrador está en la cúspide de su poder, donde dicta la agenda temática diaria, responde a sus detractores, organiza una consulta popular para enjuiciar a sus antecesores y se ríe de los berrinches y bravatas de Marko Cortés y Alito Moreno.
A la mitad del sexenio amlista, nada lleva a presagiar que la 4T y el propio AMLO puedan padecer un declive, al menos no en el corto tiempo, porque ni siquiera los centenares de miles de fallecidos por Covid19 y la violencia de la delincuencia organizada parecen mermar la aprobación mayoritaria de la gente a favor del presidente… hasta ahora: Marko Cortés, Alito Moreno y los “Chuchos” del PRD…se las volvieron a meter dobladita
Con el 57 por ciento de aceptación ciudadana en el décimo trimestre de su gestión, según Consulta Mitofsky, AMLO parece invencible, sobre todo si se toma en cuenta que PRI y PAN tuvieron que aliarse en la pasada elección concurrente para no terminar desechos, además de que en el país no parece haber una sola figura que eclipse o le haga contrapeso al presidente, como él lo hizo a sus antecesores durante 18 años.
Pero la ciudadanía es como la fama o el amor, veleidosa y cambiante, como lo demuestra el hecho de que los hoy repudiados expresidentes Vicente Fox Quesada, Felipe Calderón Hinojosa y hasta Carlos Salinas de Gortari tuvieron –en la mitad de sus gestiones- una aprobación social mayor a la de AMLO.
DEL MÁXIMO PODER…AL MAYOR REPUDIO
Los números de la empresa demoscópica de Roy Campos precisan que en el décimo trimestre de su administración AMLO cuenta con el 57 por ciento de aceptación ciudadana que, empero, no deja de ser elevada y sorpresiva ante las condiciones de inseguridad y económicas del país: ENCOVID-19: Efectos profundos de la pobreza aumentarán a lo largo del 2021
Sin embargo, el presidente de México deberá tomar en cuenta la necesidad de –ahora sí- comenzar a dar resultados positivos como gobernante, si no quiere verse en los espejos de tres de sus antecesores que contaron con una elevada aprobación de la gente y terminaron rechazados. Como Felipe Calderón, que a la mitad de su fallida administración (mayo 2009) llegó con una popularidad del 65 por ciento, según Consulta Mitofsky.
Algo similar sucedió con el bocón Vicente Fox Quesada, a quien hoy no defienden ni los propios panistas, pero que en mayo del 2003 tenía una aceptación popular del 64%, de acuerdo a los números de Roy Campos.
El caso más dramático es del “innombrable” Carlos Salinas de Gortari, que pocos meses después de finalizar su sexenio se erigió en el presidente más rechazado en la historia del país, pese a que, en junio de 1991, a la mitad de la administración que encabezó, era avalado por el 77 por ciento de la gente y apenas el 13% lo rechazaba (Mitofsky).
Así que, quizás, AMLO debería urgir a sus colaboradores a apretar el paso y dar resultados positivos y tangibles en beneficio de los mexicanos…a menos que esté dispuesto a seguir el mismo camino que sus odiados adversarios políticos.
MIGUEL BARBOSA, CON SU APROBACIÓN MÁS ALTA DESDE MAYO DEL 2020
Manejo prudente y sensato de la pandemia, el mantenerse apartado del pasado proceso electoral concurrente y el no estar enfrentado –al menos de manera pública – a ningún actor político le generan dividendos al gobernador Miguel Barbosa Huerta, como lo demuestra el contar con su mayor aprobación ciudadana desde mayo del año pasado.
De acuerdo a Consulta Mitofsky, en mayo del 2020, cuando apenas iniciaba el parteaguas histórico generado por la crisis sanitaria, el titular del ejecutivo estatal tenía una aceptación social del 31.8 por ciento, que en junio del mismo año bajó a 30.9%, su calificación más baja que coincidió con las secuelas de la primera ola covid19 en el estado.
Sin embargo, a partir de enero de este año, la evaluación popular hacia Miguel Barbosa ha tenido un aumento persistente: Ese mes alcanzó el 35.7 por ciento, en febrero fue del 36.1%, para marzo se elevó a 37.1, en abril era del 37.2 y en mayo pasado ascendió al 39 por ciento, que lo coloca con una aceptación media, de acuerdo a la empresa demoscópica de Roy Campos.
También son especiales las condiciones en que se ha elevado el nivel de aprobación ciudadana hacia Barbosa Huerta, debido a la crisis de salud pública, el abandono en que el gobierno federal tiene a Puebla desde diciembre del 2018 y, también, la existencia de una sociedad poblana exigente y clasista
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