Alfredo Morales Desachy
Bienvenidos sean a mi espacio en el que vamos a analizar algunos de los mitos más frecuentemente oídos sobre el espacio. Hoy vamos a hablar un poco sobre la órbita.
Como sabrá el lector, cuando un objeto orbita otro es cuando el objeto de menor masa gira alrededor de uno más grande de manera indefinida. Para explicar este fenómeno hay gente que explica que de hecho estos objetos están cayendo hacia el objeto orbitado. Pero ¿Qué tan cierto es esto?
Para contestar esta pregunta, debemos primero ver cómo funciona realmente el movimiento de órbita. Afortunadamente para nosotros, ya varias personas se dedicaron a realizar leyes sobre esto, sus nombres son Johannes Kepler, quien formuló 3 leyes del movimiento planetario (que se aplican a todos los objetos que tengan masa) y también Isaac Newton, quién hizo la reformulación de las anteriores leyes y además creó sus famosas 3 leyes de la dinámica y la ley de gravitación Universal.
No voy a meterme en hacer fórmulas matemáticas ni cálculos obscenos para la comodidad del lector, pero voy a mostrar unos ejemplos.
Supongamos que tienes una pelota en tus manos. Si la sueltas, naturalmente caerá en línea recta al suelo, en dirección al centro de la Tierra. Ahora lanza la pelota de forma débil, sin duda caerá también, pero la diferencia está en que la pelota habrá caído no desde donde se lanzó, es decir, recorrió una distancia horizontal. Ahora lanza la pelota con todas tus fuerzas, la pelota también caerá irremediablemente, pero habrá caído aún más lejos. ¿Qué quiere decir esto?
Esto quiere decir que, a mayor velocidad, mayor será la distancia recorrida, teniendo en cuenta la misma altura.
Ahora supongamos que estamos en una azotea. Si lanzas la pelota con la misma fuerza que antes, te darás cuenta de que la pelota habrá llegado más lejos antes de caer. Lo único que cambiamos fue la altura, y obtuvimos resultados diferentes. Ahora sube la Torre Pemex y desde ahí lanza la pelota, como supondrás, la pelota llegará aún más lejos. ¿Ya notas a lo que voy?
Ok, entonces necesitamos velocidad y altura para que la pelota llegue lejos. Pero hay otro factor que hay que considerar, la fricción del aire. Pero por ahora vamos a suponer que no existe, aguanten la respiración, ya mero termino.
Entonces es posible que puedas lanzar una pelota (en este caso hacia al Este) para que llegue al centro del Golfo de México, ahora aplica más fuerza y podrás llegar, en teoría a Europa, ahora si quieres llegar a Asia, necesitaras más fuerza y más altura para que tu pelota llegue hasta allá.
Ahora lanza la pelota con tanta altura y fuerza que hasta pueda llegar hasta donde estás. Felicidades, ahora ya le diste la vuelta a la Tierra, pero todavía te falta bastante para llegar a órbita.
Cómo te darás cuenta, eventualmente llegará un punto en el que lances la pelota tan rápido y tan alto que la pelota recorrerá más distancia horizontal que lo que está cayendo hacia la Tierra, recuerda que el planeta es redondo y sorteará esta pelota la Tierra, siendo atraída todavía a esta.
En resumen, hay caída, pero no es una caída libre, es una suma de fuerzas que mantienen un balance para mantener la altitud y la velocidad suficiente para sortear el astro orbitado.
El veredicto es en parte verdadero, pero es más parecido a un tiro parabólico.