Gente de corta memoria y malos hábitos a 14 años de la tragedia de Stan.

 

 

• Existen asentamientos humanos a orillas de los ríos que atraviesan
Tapachula.
• Basura, deforestación y falta de conciencia, factores que pueden
impactar ante lluvias.
René R. Coca.
Tapachula, Chis; OCT. 03 (interMEDIOS).- A pesar de la tragedia vivida
hace 14 años provocado por el fenómeno hidrometeorológico Stan que
impacto mayormente en Tapachula, la población en la actualidad ha
olvidado que mucho del desastre material y pérdidas de vida se debieron
a que se permitieron asentamientos a la orilla del río Coatán, y a la
falta de conciencia ecológica que contribuyeron a que los habitantes
tuvieran una de las peores experiencias ocurridas en los últimos años en
el Soconusco.
Aunque actualmente no se ha permitido la construcción de ninguna
vivienda a las orillas del río Coatán, cabe destacar que los ríos
Texcuyuapan, Tiplillo, Coatancito y Cahoacán son cuerpos de agua que
atraviesan extensiones importantes de la mancha urbana, e inclusive
rural baja de Tapachula, por lo que el riesgo es latente año con año,
durante la temporada de lluvias, donde ya han existido encharcamientos
menores sin llegar a las dimensiones de desgracias como el 4 de octubre
del 2005.
A decir por las autoridades de Protección Civil en la región, existen
factores que la gente ha hecho de lado y que puede influir ante la
crecida de los ríos, como tirar basura en los afluentes, extender la
construcción de sus viviendas hacia el río, o la deforestación de
extensiones de terreno que hace que el escurrimiento del vital líquido
sea mayor, lo que en temporada de lluvias extremas pudiera ser
contraproducente para la misma población, demandante de espacios para
vivir.
En este sentido, los damnificados del huracán Stan han exhortado a la
gente que evite caer en los mismos errores que ellos, cuando invadieron
el espacio que le corresponde al río “Le faltamos el respeto a la
naturaleza y nos metimos a su territorio a pesar de que nuestros abuelos
nos contaban que tan grande y extenso era el Coatán en otros tiempos”
narró Don Cosme, que perdió casa, y dos hijos al ser arrastrados por la
corriente acumulada en unos minutos.
Hoy los dolientes, muchos de ellos siguen en calidad de damnificados
debido a que el gobierno federal y estatal, nunca cumplieron al 100 por
ciento con la reconstrucción; hecho lamentable del que se aprovechó
mucha gente no afectada, y quienes vivieron la tragedia nunca fueron
tomados en cuenta; sin embargo, lo peor es que la población tiene
memoria de corto alcance y repite los mismos yerros, e inclusive comete
otros más como carecer de conciencia ecológica.

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