Los maestros deben ser evaluados

Mundo Rural

Hipólito Contreras

Los maestros integrantes de organizaciones la CNTE, Movimiento Magisterial Democrático, entre otras siempre se opusieron a las reformas educativas de los gobierno priistas y panistas, siempre hablaron de corrupción en el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, denunciaron represión, violación a sus derechos, persecución. despidos injustificados, etc.

Es cierto muchos maestros, sobre todo líderes opositores a la política educativa institucional, hayan enfrentado problemas por el solo hecho de ser opositores, la historia está llena de episodios represivos.

Así como hay maestros de lucha, también hay obreros y campesinos que han enfrentado los mismos problemas, los mismos efectos de un sistema político y económico, persecución, encarcelamientos, despidos, etc.

En los tres anteriores gobiernos, dos del PAN y uno del PRI, los maestros de la CNTE se mantuvieron en lucha mediante machas, manifestaciones, tomas de carreteras y autopistas, etc., sus demandas han sido diversas.

También es verdad que en manifestaciones los maestros en muchas ocasiones llegaron a la violencia con el saqueo y destrucción de comercios, quema de carros, cierre de calles, de carreteras, autopistas, etc. La gente se preguntaba ¿ esos son maestros? ¿su lucha tiene que ser violenta, dañando a terceros? ¿ qué dirán sus alumnos cuando vean a sus maestros haciendo eso?

Los maestros opositores afirmaron que la última reforma educativa del PRI con Peña Nieto como presidente era realmente una reforma administrativa pues tenía como meta adelgazar la nómina de la SEP mediante el despido de miles de maestros que no aprobaran los tres exámenes a los que la reforma hacía alusión.

No hay reforma educativa, decían los maestros opositores, lo que hay es una reforma administrativa.

Los maestros se oponían ser evaluados como condición para mantener sus plazas, ellos pedían sus plazas se quedaran como un patrimonio, o un derecho de cada uno de ellos y que pudieran heredarlas a sus familiares cuando ellos se jubilaran.

Lo que pasa es que se trata de maestros que tienen por función enseñar y formar alumnos, por lo tanto, deben ser buenos maestros sujetos a actualizaciones y evaluaciones.

Un buen maestro como un buen doctor o abogado, y cualquier profesionista, es aquel que se actualiza, que se prepara constantemente para competir y servir mejor a quienes presta sus servicios.

En México no sólo se necesita una educación de vanguardia, humanista, que forme buenos y capaces profesionistas, buenos ciudadanos al servicio del país y sus recursos, sino buenos maestros, hábiles maestros que saben transmitir conocimientos y saben brindar buenas herramientas a sus alumnos, maestros que como buenos escultores saben formar buenos alumnos y ciudadanos.

Para que sean buenos maestros deben de actualizarse constantemente y someterse a evaluaciones periódicas, esto no son derechos, son obligaciones de los maestros, así es como deben conservar sus plazas, con capacidad.

Lo mismo debe ser para cualquier servidor público, deben ser evaluados constantemente y que sus plazas o cargos la defiendan con conocimientos, habilidades y experiencia.

Las plazas no se deben heredar a familiares, las plazas se ganan con conocimientos y habilidades, quien quiera una plaza de maestro o de funcionario debe concursar por ella. Esto debe de estar en la nueva reforma educativa del gobierno de Morena.

Si en los gobiernos panistas y priistas bastaban los compadrazgos y amigos para entregar plazas a los maestros, en la nueva etapa, en la etapa de la cuarta transformación, las plazas deben concursarse y que se les otorguen a los mejores maestros.

En la nueva reforma educativa debe haber un artículo que más o menos diga así: “para conservar una plaza de maestro, éste debe sujetarse a capacitaciones y actualizaciones constantes y a tres evaluaciones por año, mismas que deben ser aprobatorias, de no aprobarse uno o los tres exámenes, se aplicarán evaluaciones extraordinarias, si persiste la calificación reprobatoria, se pierde la plaza”.

Lo mismo debería de aplicarse para servidores públicos de los tres niveles de gobierno. Los puestos son para los que saben de la materia.

En esta nueva era en México no sólo necesitamos una educación de vanguardia, transformadora, sino buenos y grandes maestros.

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