Rossi A. G. 

En 1531, la imagen de la Virgen de Guadalupe aparece ante los ojos de un continente, y un país, que se encontraba en aquel momento bajo el poder militar e ideológico de Europa. Después de 10 años, de la caída de Tenochtitlán, la imagen de la Virgen María aparece como remedio para cautivar a propios y extraños, bajo la impresionante iconografía que la caracteriza.

Sin embargo, no para todos fue bien recibida, ni siquiera dentro de la propia iglesia católica pues en 1566 “el provincial franciscano fray Francisco de Bustamante no era partidario del culto a Guadalupe y en un sermón afirmó que la imagen era falsamente milagrosa. También dijo que había sido pintada por un indígena de nombre Marcos, presumiblemente Marcos Cipac de Aquino, formado en la escuela de San José de los Naturales”.

No cabe duda de que la imagen representa a la Mujer Apocalíptica de la visión de san Juan, en la que el evangelista vio a una mujer que triunfa sobre el pecado y la herejía, con una corona de estrellas, y los rayos del sol y la luna bajo sus pies.

En 1666 el pintor Baltasar de Echave Orio pintó la primera copia exacta de la imagen de Guadalupe. Los escritores Miguel Sánchez y Luis Lasso de la Vega, establecieron que la historia del milagro justificaba la conquista española pues, “gracias a ella había aparecido la Madre de Dios en América”.

Algunos religiosos propusieron divulgar la devoción en otras latitudes, como en el caso de fray Diego de Ocaña, quien escribió, inclusive, una obra teatral sobre la aparición. Para el año, 1601, Ocaña llegó a Perú, donde dejó pintadas varias imágenes, una de las cuales se resguarda en la catedral de Sucre, en Bolivia.

En nuestro estado, la imagen también cobró relevancia, por ello una de estas grandes copias llegó al municipio de Mexquitic de Carmona, a la parroquia de San Miguel Arcángel donde permaneció durante muchos años expuesta al público hasta que, finalmente, el deterioro de la imagen, del siglo XVI, la llevó a una restauración importante. La restauración corrió a cargo de Álvaro Rivera González, especialista en restauración de bienes materiales, quien encontró importantes detalles que hacen suponer, que dicha imagen, es la más antigua que resguarda la ciudad, mucho más inclusive que la Virgen de Guadalupe del Santuario del Desierto que, hasta la fecha, se considera las más antigua.

La conferencia para revelar esas investigaciones y el proceso de restauración de esta magnífica imagen, se realizará el próximo jueves 22 de agosto en el auditorio del museo con acceso gratuito a las 19 horas.