Estado debe justicia a miles de víctimas de desaparición: Araceli Salcedo

Rossi A. G. 

· Fundadora del colectivo ‘Familias de Desaparecidos Orizaba-Córdoba’ participó en conversatorio ‘Seguridad y paz social’ realizado en la IBERO

El Estado mexicano le debe justicia a las miles de víctimas de desaparición, cuyas familias tienen derecho a saber qué pasó realmente con ellas, dijo Araceli Salcedo Jiménez, fundadora de ‘Familias de Desaparecidos Orizaba-Córdoba’.

Al acudir a la Universidad Iberoamericana Ciudad de México-Tijuana para tomar parte en el conversatorio ‘Seguridad y paz social’, Araceli comentó que no está de acuerdo con las peticiones de perdón que recientemente ha hecho el Gobierno de México a familiares de desaparecidos, porque, para empezar, “las personas que están pidiendo perdón a todas esas víctimas o a sus familias, ni siquiera estaban en el poder cuando sucedieron las cosas”. Además, quienes deberían pedir perdón son los perpetradores o coadyuvantes de la desaparición de las personas.

En su caso personal, Araceli no aceptaría un perdón por la desaparición, hace siete años, de su hija Fernanda Rubí; ya que “un perdón no significa nada, porque lejos de que me digan, perdóname por la desaparición de tu hija, yo lo que exijo es que mi hija sea localizada, que sea presentada con vida, porque no; y si así no me lo permitiera Dios, y fuera en otras condiciones, simple y sencillamente quiero saber dónde está y quiero que vuelva a su seno familiar, a su hogar, donde tanto la extrañamos”.

Además de solicitar que las instituciones encargadas de garantizar la seguridad a todos los mexicanos en verdad hagan su trabajo, con personal realmente comprometido y experto en la materia, Salcedo demanda al gobierno contar con “estrategias reales de una búsqueda inmediata” para poder localizar a las personas desaparecidas; no obstante, esa búsqueda se está delegando a los ciudadanos.

Universidades deben acompañar a las víctimas

En cuanto al apoyo que pueden brindar las instituciones educativas a los familiares de desaparecidos, consideró que es fundamental que todas las universidades se sumen a su causa, porque de ahí están egresando jóvenes, preparados en lo teórico y lo práctico, y que están al día en los conocimientos propios de sus carreras.

“No es lo mismo que un psicólogo de años atrás se siente y te diga, sabes qué, pues ya necesitas cerrar ciclos; y yo cómo voy a cerrar un ciclo si ni siquiera lo he culminado. Pero hoy están saliendo jóvenes psicólogos, mejor capacitados, más sensibles, comprometidos con diferentes causas, que te dan apertura a sanar tu corazón de diferente manera; eso es muy diferente”.

A eso hay que sumar que los arqueólogos y antropólogos de la actualidad deben tener como otra rama de su especialidad la arqueología y la antropología forenses, para que sepan hacer como trabajo de campo la búsqueda de desaparecidos en fosas clandestinas.

Por ejemplo, en una ocasión en que buscaban desaparecidos en una fosa, “nosotros hicimos un varilleo en el campo y nos dieron algunas fosas positivas. Posteriormente entraron los binomios (perros buscadores con sus manejadores) a certificar o a dar con otras fosas que no habíamos encontrado nosotros…Y luego las antropólogas hicieron un rastreo, vieron el campo y dijeron, ahí nosotros tenemos duda; y nosotros decíamos, pero ni el binomio, ni nosotros marcamos; y cuando empiezan a delimitar y a hacer su pozo de sondeo, salen positivas las fosas. Y dices, pues ellas quisieron, se aferraron a lo que su experiencia les marcaba, y gracias a ellas se están recuperando tres, cuatro cuerpos más”.

También es fundamental que las universidades abran sus espacios a los familiares de víctimas de desaparición, para que las y los jóvenes estudiantes los escuchen, sientan empatía y se sumen a su causa, porque también son parte “de esta sociedad dolida y lacerada por el terror que nos está sembrando la delincuencia”.

Conversando sobre paz y seguridad

Sobre qué la llevó a aceptar la invitación a participar en el conversatorio ‘Seguridad y paz social’, organizado por la Vicerrectoría Académica de la IBERO, Araceli Salcedo dijo que decidió hacerlo “porque es fundamental que de viva voz salgan las historias de vida de lo que refleja nuestra realidad en México. No tenemos una paz, como quisiéramos; y seguridad, pues realmente ni siquiera vivimos en un país seguro”.

Seguridad y paz que ella propone alcanzar con una reestructuración desde la familia, de volver a sembrar valores, “porque hoy en día ni siquiera hay el valor a la vida, se ha perdido”, en una sociedad deshumanizada en la que unos piensan, sí, se la llevaron, pero a mí no me afecta, no me va a pasar.

“Nos falta sumarnos, nos falta compenetrarnos como familia, como sociedad, nos faltan instituciones que realmente nos garanticen la seguridad a los ciudadanos; y cómo lo vamos a hacer, pues cambiando ese chip de toda la sociedad de a mí no me va a pasar. Cuando claro que sí, el día de hoy, todos, completamente todos, estamos expuestos ante una situación de violencia de cualquier índole”.

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