Se está creando un monstruo de ciudad

Por Hipólito Contreras

De nada han servido tantas instituciones de nivel superior públicas y privadas, tantas políticas de desarrollo urbano, tantas acciones, foros sobre el desarrollo y planeación de ciudades, si no se ha podido regular, controlar y planificar el crecimiento de la Ciudad de Puebla.

La Ciudad de Puebla en los inicios de la década de los 70 tenia aproximadamente 450 mil habitantes, podía recorrerse caminando de norte a sur y de oriente a poniente en dos horas, era una ciudad tranquila, manejable, con bajos índices de inseguridad, con suficiente agua, con muchas reservas de bosque, con bajos niveles contaminantes, menos desempleo, con una sola universidad pública pero suficiente para todos los jóvenes que deseaban estudiar.

Hoy, 48 años después, la Ciudad de Puebla y su zona metropolitana, quizás ande cerca de los 4 millones de habitantes, es decir, en menos de 50 años sus población ha crecido en casi un 800 por ciento, la ciudad se ha extendido en todas direcciones, y se sigue extendiendo, está ya tomando cerros porque el valle lo está agotando.

¿ Por qué creció tanto la ciudad? Por la explosión demográfica también incontrolable, llegaron cientos de miles campesinos que huyeron de sus comunidades para asentarse en la ciudad, con el sismo del 85 y los siguientes que han ocurrido, otros cientos de miles se vinieron a Puebla. Así se formó este monstruo de ciudad.

El problema es que la capital del estado con su zona aledaña sigue expandiéndose por todos lados, está tomando o invadiendo zonas agrícolas, está tomando las pocas zonas verdes que quedan.

Las autoridades estatales y municipales lejos de frenar este desbocado crecimiento, lo incentivan y protegen, se otorgan permisos de construcción todos los días sin mayor problemas, las poderosas empresas compran tierras en donde aún hay y siguen construyendo de todo, sobre todo vivienda y zonas comerciales.

La gente sigue llegando a la capital poblana y zona aledaña el campo se va despoblando, la producción de alimentos de decrece, la población se vuelve más urbana, consumidora y agresiva con el medio ambiente.

La enorme ciudad de Puebla enfrenta problemas diversos, pero el de inseguridad es el mayor, como el desempleo crece la consecuencia es el delito para la adquisición de recursos. El gobierno toma medidas, incrementa los recursos para combatir la delincuencia, pero es superado, no puede con tanto delincuente, los que si bien son detenidos en pocas horas son puestos en libertad porque no hay a dónde llevarlos.

La ciudad monstruosa que tenemos tiene quizás un millón de automotores los que gastan toneladas de gasolina todos los días a pesar de su elevado precio, lo que genera una fuerte agresión al medio ambiente, un aire menos respirable, los autos siguen creciendo todos los días al mismo tiempo que la población.

Los ríos de la ciudad están inservibles, muertos, contaminados, todos los días reciben toneladas de contaminantes por parte de los municipios e industrias.

Puebla es la ciudad con mayor número de universidades después de la Ciudad de México, mucha cultura, mucha ciencia, muchos profesionistas, pero esto de nada ha servido para planificar y ordenar la ciudad, para frenar su acelerado crecimiento.

El gobierno estatal y municipal realizan diversos eventos relativos al manejo de la ciudad, foros nacionales e internacionales sobre municipalismo, pero de nada ha servido para controlar el crecimiento de la ciudad, han sido eventos mediáticos, de reflectores.

¿ Hasta dónde va a seguir creciendo la Ciudad de Puebla y su zona metropolitana? Si sigue así en poco tiempo va a alcanzar a Atlixco, San Martín Texmelucan, Tepeaca, Acajete, y ya no se podrá vivir en ella porque quizás se llegue a lo 10 millones de habitantes.

A pesar de que Pueblas ya es una monstruosa ciudad, estamos a tiempo de frenar su crecimiento, de no permitir que se siga extendiendo por los graves problemas que se generarán, sobre todo la escasez de agua que se ve venir.

El modelo económico es el que genera este crecimiento descomunal de ciudades, mientras siga el mismo modelo nada cambiará. El modelo llama al consumo, al derroche, al daño ambiental, y así, la ciudad seguirá creciendo, como un río turbulento que arrastra todo

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