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El Secretario General de las Naciones Unidas afirmó este jueves en El Cairo que el esfuerzo para entregar ayuda humanitaria al pueblo de Gaza debe ser sostenido en el tiempo, lo que implica seguridad y paso irrestricto para los trabajadores de socorro y los bienes básicos que deben distribuir en toda la Franja.
“Estoy en Egipto para ser testigo de los preparativos de la ONU que tienen el objetivo de brindar apoyo masivo al pueblo de Gaza con el fin de salvar vidas. El aeropuerto de El-Arish y el cruce de Rafah no sólo son críticos, sino que son nuestra única esperanza. Son el salvavidas del pueblo de Gaza”, declaró António Guterres en una conferencia de prensa conjunta con el ministro de Relaciones Exteriores egipcio, Sameh Shoukry, con quien celebró una reunión previa.
La operación que hace falta para asistir a los palestinos en Gaza no es pequeña, apuntó, recordando que durante casi dos semanas, esa población no ha recibido envíos de alimentos, agua, medicinas y otros bienes de primera necesidad. “Las enfermedades se están propagando y los suministros están disminuyendo”, dijo.
Guterres expresó horror ante las imágenes de muerte y destrucción causadas por el ataque al hospital Al-Ahli.
Dos llamamientos y un alto el fuego inmediato
De cara a la catástrofe humanitaria en Gaza, Guterres reiteró los dos llamamientos que ha venido haciendo durante varios días: a Hamas, la liberación inmediata e incondicional de los rehenes; y a Israel, acceso inmediato e irrestricto de la ayuda humanitaria para responder a las necesidades más básicas de la pueblo de Gaza.
“Mis dos llamamientos humanitarios son esenciales en sí mismos y, para ayudar a hacerlos realidad, pido un alto el fuego humanitario inmediato”, subrayó.
“Los civiles en Gaza necesitan desesperadamente servicios y suministros básicos, y para ello precisamos un acceso humanitario rápido e irrestricto. (…) Necesitamos llevarles alimentos, agua, medicinas y combustible ahora, a gran escala y de forma sostenida”, recalcó.
Crisis como ninguna otra en décadas
El líder de la ONU explicó que viajó a Medio Oriente en una misión humanitaria en un momento de crisis profunda. “Una crisis como ninguna otra que la región haya visto en décadas”.
Tras repasar la cadena de violencia iniciada con los ataques de Hamas a Israel el 7 de octubre, que mataron, hirieron y secuestraron a un gran número de civiles, y luego el asedio y los bombardeos constantes a Gaza con que respondió el gobierno israelí y cuyas víctimas fatales y heridos civiles van en aumento, Guterres enfatizó que se debe respetar el derecho internacional humanitario.
Detalló que los civiles muertos en Gaza incluyen periodistas y trabajadores humanitarios de la ONU.
“La protección de los civiles es imprescindible y cualquier ataque a un hospital, escuela o instalaciones de las Naciones Unidas está prohibido por el derecho internacional”, recalcó.
“Déjenme ser claro: el pueblo palestino tiene agravios legítimos y profundos después de 56 años de ocupación. Pero por muy graves que sean esos agravios, no pueden justificar ataques terroristas. Y por más deplorables que hayan sido esos ataques, no pueden justificar el castigo colectivo del pueblo palestino”, puntualizó.
Cuanto más dure la violencia, más riesgo de que se desborde
Por otra parte, el Secretario General advirtió nuevamente sobre el riesgo de que el conflicto se extienda a la región.
“Sabemos que cuanto más dure esto, mayor será el riesgo de que la violencia se desborde y debemos trabajar para evitarlo a toda costa. Egipto ha estado a la vanguardia de estos esfuerzos. Un alto el fuego humanitario también es una parte esencial de ese esfuerzo”, machacó.
Para concluir, Guterres argumentó una vez más, que al margen de la coyuntura, se precisa una solución permanente: “Ninguna solución es posible sin la creación de un Estado palestino independiente, al lado de Israel, con una seguridad mutua garantizada y en línea con las resoluciones internacionales y en consonancia con los acuerdos que se establecieron entre ambas partes”.
La ayuda lista y a la espera frente a Rafah
Desde el sábado, unas 3000 toneladas de suministros vitales esperan la entrada a Gaza en el lado egipcio del cruce de Rafah. El miércoles, Estados Unidos vetó una resolución que pedía “pausas humanitarias” para la entrega de ayuda.
El Secretario General está en Egipto para proseguir con sus esfuerzos diplomáticos, luego de haber llamado el martes a un “alto el fuego humanitario inmediato” tras el ataque al hospital Al Ahli en la ciudad de Gaza, que mató a 471 personas según las autoridades de Gaza.
La Oficina para la Coordinación de Ayuda Humanitaria (OCHA) se ha referido a ese embate como el incidente más mortífero en Gaza desde que se intensificaron las hostilidades, recordando que entre las víctimas se encontraban niños, personal de atención médica y desplazados internos.
Hacen falta al menos cien camiones de ayuda al día
Al conocer el acuerdo negociado por Estados Unidos, el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, lo acogió con beneplácito e hizo hincapié en que muchas vidas dependen de la entrada de esa asistencia.
Al informar al Consejo de Seguridad el miércoles, el titular de OCHA, Martin Griffiths, destacó la necesidad de que los actores humanitarios puedan “distribuir ayuda a los civiles necesitados en toda Gaza, sin impedimentos y en lugares seguros”.
Griffiths también aseveró que se necesitan al menos cien camiones con suministros humanitarios por día para satisfacer las necesidades de los más de dos millones de residentes del territorio asediado.
Según despachos de prensa, se ha enviado equipo para reparar los baches en el cruce de Rafah con el fin de permitir la entrada del convoy de ayuda inicial. Más de cien camiones están esperando la luz verde final en el lado egipcio.
Israel declaró que permitiría la entrada de ayuda limitada a Gaza siempre que ésta no beneficie a Hamás.
Una semana en la oscuridad
La población de Gaza se ha enfrentado a una situación cada vez más desastrosa, con un apagón total de electricidad desde el 11 de octubre, una creciente inseguridad alimentaria y un sistema de salud a punto del colapso.
El personal humanitario en la Franja advirtió que las personas consumen agua de fuentes inseguras “corriendo peligro de muerte y poniendo a la población en riesgo de brotes de enfermedades infecciosas”.
Mientras los bombardeos israelíes continúan, alrededor de un millón de personas, cerca de la mitad de la población de Gaza, han debido desplazarse desde el inicio del conflicto, más de medio millón de ellas refugiadas en instalaciones de la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA).
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