Muere el último rinoceronte de Sumatra macho de Malasia

National Geographic

El último rinoceronte de Sumatra macho de Malasia, Tam, ha muerto, lo que supone un duro golpe para la especie en peligro crítico de extinción, que ya está extinta en el país.

Tam, descubierto cuando husmeaba en una plantación de palmas aceiteras en 2008, fue capturado y trasladado a la Tabin Wildlife Reserve en el estado de Saba. Los esfuerzos para que se reprodujera con dos rinocerontes hembra —Puntung, capturada en 2011, e Imán, capturada en 2014— fueron infructuosas.

Con la eutanasia de Puntung en 2017 debido al cáncer, Imán es ahora el único miembro de la especie en Malasia. Por culpa de décadas de pérdida de hábitat y caza furtiva, se calcula que existen menos de 80 rinocerontes de Sumatra en estado salvaje, la mayoría en la cercana isla de Sumatra. El resto están repartidos por la isla de Borneo, en Indonesia.

De hecho, quedan tan pocos rinocerontes de Sumatra que los expertos creen que el aislamiento supone la mayor amenaza para la existencia futura de la especie. Esto se debe a que las hembras de esta especie pueden desarrollar quistes y miomas en sus tractos reproductivos si pasan demasiado tiempo sin aparearse (esa fue la causa de la infertilidad de Puntung e Iman).

Por eso, en 2018, las principales organizaciones de conservación sin ánimo de lucro del mundo, entre ellas la National Geographic Society, anunciaron una colaboración sin precedentes denominada Sumatran Rhino Rescue. Su objetivo consistía en encontrar y capturar de forma segura tantos rinocerontes salvajes como fuera posible para poder reunirlos y criarlos en cautividad.

«La muerte de Tam pone de relieve lo importantes que son los esfuerzos colaborativos que impulsan el proyecto Sumatran Rhino Rescue», declaró por email Margaret Kinnaird, líder de prácticas de fauna silvestre en WWF International.

El rinoceronte de Sumatra es una especie en grave peligro de extinción. Solo quedan unos 80 ejemplares. Las poblaciones salvajes están divididas entre las islas de Sumatra y Borneo. El aislamiento de pequeñas poblaciones, algunas de solo dos ejemplares, es la mayor amenaza para la especie. Para salvar a la especie, se ha fundado una coalición de organizaciones de conservación, entre ellas la National Geographic Society. El proyecto, llamado Sumatran Rhino Rescue, tiene el objetivo de localizar rinocerontes salvajes y trasladarlos a un santuario cercano. Allí, científicos y gestores de animales salvajes contribuirán a la reproducción y la protección de los rinocerontes. Finalmente, cuando exista una población sana, los rinocerontes serán reintroducidos en la naturaleza.

«Debemos capturar a los rinocerontes aislados restantes en la isla de Borneo y Sumatra y hacer todo lo posible para hacer bebés».

Un desplome lento

La salud de Tam había empeorado de forma constante desde finales de abril, cuando su apetito y su agudeza descendieron, según contó Augustine Tuuga, director del Departamento de Fauna Silvestre de Saba, al periódico malayo The Star.

Las autoridades aún no han determinado la causa del rápido deterioro de Tam, pero podría deberse sencillamente a su vejez. Se estimaba que Tam estaba en la treintena y estos animales solo tienen una esperanza de vida de entre 35 y 40 años, según contó Tuuga al periódico de Singapur The Straits Times.

«Depositamos muchas esperanzas en que Pam produjera descendencia en cautividad, pero dichas esperanzas se desvanecieron cuando las dos hembras restantes de Tabin fueron incapaces de portar fetos», cuenta Kinnaird.

Aunque Tam era incapaz de producir crías propias, su presencia en cautividad sí nos ayudó a entender mejor a su especie.

«El trabajo que llevó a cabo la Borneo Rhino Alliance con técnicas reproductivas avanzadas, sobre todo la extracción de óvulos y los intentos de crear embriones, nos ha acercado un paso más a la comprensión de la biología de la especie», afirma Susie Ellis, directora ejecutiva de la International Rhino Foundation.

«El público necesita comprender lo precaria que es la supervivencia de los rinocerontes de Sumatra», afirmó Ellis. «La pérdida de Tam representa a casi el uno por ciento de la población».

Esperanzas renovadas

Aunque la muerte de Tam es trágica, es una llamada de atención para encontrar más animales salvajes, según afirma Kinnaird, que ha coordinado la labor de WWF International con los rinocerontes de Sumatra durante los dos últimos años. (WWF también forma parte de la coalición Sumatran Rhino Rescue.)

La buena noticia es que, a finales del año pasado, la coalición ya había conseguido capturar una nueva hembra llamada Pahu. Su traslado a un centro de cría en Kelian fue tan importante que lo escoltaron tanto la policía como las excavadoras que despejaban los deslizamientos de tierra.

Según los expertos, Pahu parece gozar de buena salud reproductiva; le va bien en su nueva casa y, con suerte, pronto tendrá compañía.

«Nuestros estudios más recientes indican que hay otros rinocerontes por los bosques de la isla de Borneo, lo que me da esperanzas renovadas», afirma Kinnaird.

«Debemos seguir centrándonos en los 80 rinocerontes de Sumatra restantes, emplear una combinación de protección intensiva y cría en cautividad, y trabajar con los lugareños para infundir orgullo por que el rinoceronte forme parte de su patrimonio biológico», afirma Ellis. «No podemos permitirnos perder esta batalla».

 

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