Jean Pascal Tricoire, CEO de Schneider Electric
El cambio climático es indiscutible, así como su impacto en los recursos invaluables pero finitos de nuestro planeta. De hecho, esta es una de las paradojas más apremiantes de nuestro tiempo: ¿cómo nos esforzamos por lograr el crecimiento industrial teniendo en cuenta el impacto ambiental tradicional de la productividad?
Debemos de encontrar el equilibrio adecuado. Todo el mundo siente esta urgencia. El mundo está en una vía rápida para consumir los recursos de cuatro Tierras para 2050. Un informe reciente de las Naciones Unidas también advirtió que las emisiones de CO2 tienen que reducirse casi a la mitad para 2030 a fin de proteger al planeta de amenazas adicionales del cambio climático [2]. Hay que tomar nota: son sólo diez breves años.
Sin duda, el momento del cambio es ahora. La manufactura “verde”, una tendencia industrial emergente con un futuro viable y a largo plazo para la sostenibilidad, aborda estos desafíos ambientales a nivel sistémico. Responde a la llamada a la acción.
¿Qué es la manufactura “verde”?
n resumen, la manufactura “verde” consiste principalmente en cambiar las prácticas comerciales y de fabricación, así como la mentalidad de las partes interesadas, para mitigar el impacto industrial del cambio climático y otras preocupaciones ambientales. “Verde” no es una palabra hueca. Hay formas tangibles de impulsar prácticas sostenibles tanto dentro de las instalaciones de fabricación ꟷa través de la cadena de suministroꟷ, cómo a través de la base de clientes.
La Cuarta Revolución Industrial e Internet Industrial de las Cosas (IIOT) presentan nuevas oportunidades para desbloquear innovaciones de procesos y desarrollar materiales sostenibles y amigables con el medio ambiente; descarbonizar energía; aprovechar la innovación digital para hacer más con menos, y extender el ciclo de vida de los bienes dentro de un marco de “desperdicio cero a relleno sanitario”.
¿Cuáles son los resultados?
· Uso reducido de recursos naturales y energía
· Una menor huella de carbono en todo el mundo
· Avances tecnológicos que optimizan la eficiencia, la capacidad de recuperación y la sostenibilidad en todo el ciclo de vida de la fabricación, incluida la cadena de suministro
· La construcción de una base sólida para una economía circular global
Desarrollar nuevos materiales
Existe un potencial significativo para sustituir los materiales con uso intensivo de carbono por unos menos intensivos. En el sector de edificios en general, por ejemplo, es posible utilizar madera o concreto a base de puzolana en lugar de cemento para mitigar la contaminación. También es posible mejorar los sistemas de procesamiento de materiales. Por ejemplo, además de usar materiales electrónicos más ecológicos, como materiales biológicos innovadores, las compañías electrónicas ahora pueden incorporar envases ecológicos. Un ejemplo de ello es el envasado de paja de trigo, que puede llevar a un ahorro de energía del 40 por ciento y a una reducción del 90 por ciento en el agua requerida para la producción.
Las empresas pueden -y deben- adoptar el etiquetado ecológico para que los consumidores y usuarios finales sepan cuál es su posición. En el caso de Schneider Electric, utilizamos una etiqueta y herramienta “verde”, Green Premium Ecolabel, para la transparencia en el cumplimiento de las normativas, los perfiles ambientales del producto y las instrucciones de finalización de la vida útil del producto. Y en los próximos años en los segmentos de fabricación, buscar en los avances en blockchain para mejorar la trazabilidad ecológica.
Descarbonizar energía
La enorme recompensa de una postura de manufactura “verde” es el ahorro de energía. Aquí, los beneficios ambientales y empresariales van de la mano. Vemos un futuro brillante para la energía descarbonizante. El último informe de la Comisión de Transiciones de Energía (ETC, por sus siglas en inglés), “Misión Posible”, declara que alcanzar las emisiones de CO2 netas cero para mediados de siglo, es una visión muy real. Este objetivo se puede lograr en gran medida mediante la descarbonización de la energía y la electrificación de los procesos. El costo de la descarbonización también se puede reducir significativamente al restringir el crecimiento de la demanda de transporte intensivo en carbono (a través de una mayor eficiencia logística y un cambio de modalidad).
Con la innovación de procesos digitalizados, incluso las industrias con mayor demanda de energía ꟷcomo la producción de concretoꟷ, se pueden impulsar prácticas más eficientes y amigables con el clima. El Grupo Nacional de Materiales de Construcción de China es un modelo en este sentido, que reduce el uso de energía en un 10 por ciento.
Entregar innovación digital
Gracias a la tecnología IIoT y al desarrollo de dispositivos conectados inteligentes, los fabricantes son capaces de priorizar los proyectos de eficiencia de recursos junto con los objetivos de productividad. Los activos conectados a lo largo de una instalación pueden proporcionar información sobre el uso de energía en tiempo real e histórico, lo que permite a las empresas industriales optimizar la energía y los recursos desde una perspectiva fundamental. Y cuando la energía se encuentra entre los principales gastos de una empresa, esta visión es crítica.
Conducir una economía circular
El camino hacia la manufactura “verde”, por el contrario, es circular. Se mueve más allá del enfoque 3R de “reducir, reutilizar, reciclar” hacia un enfoque 5R: “reparar, reutilizar, renovar, re-fabricar y reciclar” impulsando un uso optimizado de los recursos y una vida útil más larga de los productos. Lograr “cero residuos en vertederos” es posible.
En Schneider Electric nos hemos comprometido con la recuperación del 100 por ciento de nuestros residuos industriales en nuestros 200 sitios de fabricación para 2030. Además de la recompensa ambiental, nuestros modelos comerciales circulares también han dado como resultado ingresos circulares del 12 por ciento y un crecimiento continuo.
Colaborando por el bien mayor
Cuando se trata de hacer un cambio significativo, todos estamos juntos en ello. Un enfoque de empresa extendida es esencial. Podemos mirar a Shanghai como un modelo aquí. Aparte de las empresas, Shanghai está reuniendo a las partes interesadas gubernamentales y educativas para promover la fabricación ecológica como una prioridad municipal.
Shanghai está buscando una combinación estratégica de inversiones en I+D, asociaciones con universidades, colaboraciones de empresas locales y multinacionales, así como centros de innovación para establecer objetivos de sostenibilidad arduos y, lo que es más importante, tomar medidas de colaboración para lograrlos. Shanghai también ofrece un amplio grupo de talentos, un compromiso municipal con el crecimiento ecológico, infraestructura pública y privada para los ecosistemas de innovación y una base sólida para desarrollar la excelencia de fabricación sostenible en la próxima era. Estas medidas han transformado rápidamente la ciudad en un centro de manufactura “verde” que todos podemos considerar como modelo.
Adaptándonos al futuro
Permítanme ser claro: la manufactura “verde” es simplemente un buen negocio. Ofrece avances revolucionarios en productividad y eficiencia sin los inconvenientes de los residuos o la contaminación. El crecimiento económico puede y debe de ser separado de la degradación ambiental. El verdadero poder de la manufactura “verde” se revelará cuando toda la industria comience a separarse una de la otra, acelerando así el planeta hacia una realidad baja en carbono. Esta misión “verde” es posible.
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