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Universitat Oberta de Catalunya

El aprendizaje de idiomas cuenta ya con herramientas virtuales como los intercambios entre hablantes de diferentes lenguas en plataformas de videoconferencia.

Conocer las necesidades de los hablantes es una tarea esencial para mejorar las actividades en estos encuentros.

Mejorar el aprendizaje de lenguas creando actividades más eficaces para los intercambios lingüísticos entre alumnos es uno de los objetivos del estudio de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) que acaba de publicarse en la revista científica de acceso abierto System, de Elsevier. Los encuentros virtuales entre estudiantes de idiomas distintos para practicar el lenguaje son cada vez más comunes y los colegios están empezando a incorporarlos en proyectos que combinan los recursos de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) con intercambios con otros centros. A raíz de la pandemia, se ha acelerado el uso de esta herramienta, que se ha establecido como un instrumento más en el aprendizaje de lenguas.

Por eso, es fundamental conocer con precisión cuáles son las necesidades de los alumnos de este tipo de aprendizaje. A partir de la observación de encuentros virtuales en tándem entre estudiantes de inglés y español, la investigación pone de relieve que, a pesar de las recomendaciones, los participantes no usan los idiomas del mismo modo. En vez de dividir el tiempo entre las dos lenguas de forma similar, al transcribir las conversaciones se vio que el uso del inglés era mucho más extenso (61%) comparado con el español (39%).

“En estos intercambios se suele recomendar a los alumnos que practiquen los dos idiomas durante un tiempo similar, algo que sí que hacen los estudiantes”, dice la investigadora del estudio, Laia Canals, del grupo TechSLA Lab de los Estudios de Artes y Humanidades de la UOC, “pero parece que la forma en la que los participantes se corrigen o ejemplifican cómo funciona el idioma que conocen mejor es distinta. En este caso, en las partes de la conversación en las que se hablaba en inglés se hacían más correcciones, mientras que cuando se hablaba en español se daban más oportunidades a los estudiantes de español para que ellos mismos corrigieran sus errores o problemas lingüísticos”.

Beneficiar a todas las lenguas

Las implicaciones de este estudio son importantes, ya que, para poder diseñar tareas más equilibradas de las que se beneficien las dos partes (el estudiante de inglés y el estudiante de español), sería necesario tener en cuenta estas diferencias.

“Estos resultados podrían extrapolarse a intercambios entre escuelas que siguen el modelo eTwinning (una iniciativa de la Comisión Europea que fomenta la colaboración escolar entre distintos lugares de Europa) y a otras iniciativas en las que haya intercambios virtuales entre grupos o parejas de estudiantes en países o regiones diferentes”, explica la investigadora, “pero también podrían ser útiles en otros contextos presenciales en los que haya intercambios entre hablantes competentes de dos idiomas distintos que se encuentren para practicarlos”.

Una de las principales diferencias que se observaron entre los momentos en los que se hablaba español y los momentos en los que se hablaba inglés es que en inglés se hacían más correcciones, mientras que en español los estudiantes disponían de más oportunidades para buscar palabras o expresiones distintas en la comunicación.

“Esto puede deberse a los diferentes estilos de aprendizaje de los diferentes países, pero también a que el inglés funcionaba más como la lengua utilizada por defecto a la hora de corregir”, afirma Canals.

Un campo de estudio para ampliar

El estudio se realizó con 32 participantes —16 alumnos de un curso de español de nivel intermedio de la Universidad de Dalhousie, en Canadá, y 16 de un curso de inglés avanzado de la UOC— que participaron a través de Skype en intercambios en parejas que se grabaron para analizarse posteriormente. Los intercambios se hacían en tándem, es decir, entre personas nativas de cada lengua.

Estos resultados pueden servir para mejorar las actividades, pero son solo el inicio en un campo de estudio que se debe seguir ampliando. “Con la pandemia hemos visto que muchas de las formas de aprendizaje de idiomas mediante el uso de la tecnología están aquí para quedarse”, afirma Canals. “Por eso, creo que se debería seguir investigando cómo integrar con eficacia las tareas o actividades de aprendizaje en estos contextos. Necesitamos estudios empíricos basados en evidencias que demuestren que la tecnología o la virtualidad se están usando de manera efectiva con la integración de actividades de aprendizaje o tareas auténticas, significativas y con un objetivo claro”, concluye la investigadora.

Artículo relacionado. Laia Canals, The role of the language of interaction and translanguaging on attention to interactional feedback in virtual exchanges, System, volumen 105, 2022 https://doi.org/10.1016/j.system.2022.102721

Esta investigación de la UOC favorece el objetivo de desarrollo sostenible (ODS) 4, educación de calidad.

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