Economía vs seguridad

Oscar Sánchez

Uno de los fenómenos sociales que preocupan a México y específicamente al estado de Puebla, es la inseguridad en sus diferentes modalidades que afectan a nuestra economía.

En el discurso, los políticos en campaña y como funcionarios reconocen como un tema de suma necesidad de solucionar, y parte de ello, está el aumento de elementos, aumento en sus ingresos, mas patrullas, armamento etc.,para alcanzar el objetivo en disminuir la inseguridad.

Este fenómeno social, desde mi punto de vista, es un problema multifactorial, los tres niveles de gobierno no lo van a solucionar, si bien, son parte esencial del problema, es “obligación” moral de toda una sociedad.

Primero tenemos que responder las siguientes preguntas, ¿el estado está generando los empleos suficientes que demandan sus gobernados? ¿el estado está generando políticas económicas que den certidumbre a la inversión nacional como extranjera? ¿en que medida está afectando al estado de Puebla? ¿tenemos un mercado interno fuerte?.

Para responder a las preguntas, partiremos de que México esta inmerso en una economía globalizada, por lo tanto, estamos sujetos a los vaivenes o caprichos de Trump, para desestabilizar al mundo financiero y especialmente a economías emergentes como la mexicana.

Desde que se firmo el tratado de libre comercio en enero de 1994, en promedio el crecimiento económico de México ha sido en 2 por ciento, insuficiente para generar empleos que se están demandando, por mas de 30 años ha venido creciendo nuestra dependencia del exterior y de la inversión extranjera directa, (insuficiente), por lo tanto, no es de extrañar que las principales fuentes de empleos, más del 90 por ciento, estén en las microempresas y en el comercio informal.

La informalidad es producto del desempleo, es un problema de seguridad nacional, las generaciones que se desarrollan en esta economía, lo ven como formal, lo defienden a ultranzas – enfrentamientos entre organizaciones- y se desvirtúa con el tiempo -Inseguridad-, y si le sumamos la corrupción de las camisas blancas -funcionarios- da como resultado lo que estamos viviendo hoy en día.

El cazo de Puebla, según cifras oficiales de 2024, tiene una taza de informalidad laboral del 69.5, es decir, que la mayor parte de los ingresos de las familias poblanas es, a través de una actividad que las instituciones “desconocen”, -venta de productos de dudosa procedencia-, revertir este número, no solo es con programas de apoyo a las microempresas oh apoyar a emprendedores con recursos a fondo pérdida, si bien, es loable está política, no es suficiente, ya que se depende de otros factores exógenos.

Desde mi punto de vista, parte fundamental es: terminar con la corrupción de quienes visten de camisa blanca, apostar por el mercado interno, regionalizar la economía, claro está, que los resultados son de largo plazo.

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