Staff/RG
‘El Bolero’ es una canción de despecho, perfecta para pasar el mal de amor con sabrosura, gracias a su pregón pegajoso y su ritmo guapachoso.
Los artistas colombianos Iván Casilimas y Nicolás Ayala se unen para presentar ‘El Bolero’, una canción que representa una fascinante convergencia entre la rica tradición musical latinoamericana y un estilo contemporáneo. Una exploración de la naturaleza efímera del amor.
Este par de músicos forjan su complicidad artística en 2019 compartiendo las aulas del Palacio La Merced, sede de la Facultad de Artes de la Universidad Distrital en Bogotá, donde encontraron entre los ritmos de Nicolás y las melodías de Iván, una sinergia musical que dio origen a este proyecto. La personalidad de este dúo es un elemento que no se puede pasar por alto. Casilimas y Ayala son dos jóvenes talentosos que transmiten su carisma y alegría en cada presentación, creando una cercanía íntima con los oyentes yendo más allá de la música y creando comunidad.
“Con nuestra propuesta, buscamos ser muy honestos en nuestro crear musical. Asumiendo todas nuestras influencias, no estamos descubriendo nuevos ritmos, pero recogemos un collage cultural en nuestra identidad como latinoamericanos del siglo XXI, tomando prestada mucha de la herencia musical latina, fusionándola de forma innovadora con ritmos contemporáneos que le han dado la vuelta al mundo”, comentan Iván Casilimas y Nicolás Ayala influenciados por el son cubano, bolero, funk, rap, pop y cumbia en artistas como La Fania All Stars, La Sonora Ponceña, Orishas, Edson Velandia, Alcolirykoz y Manuel Medrano.
La música de Iván y Nicolás está pensada desde y para el latino de a pie. Ellos, como bogotanos y personas del común, sienten como cualquier otro trabajador alegría, tristeza, enojo, indignación y amor. El mensaje en sus canciones es una invitación a reconocerse en el otro, asumir una voz en donde muchos se sientan identificados.
Iván Casilimas y Nicolás Ayala presentan ‘El Bolero’, una canción cuya letra teje una historia de desamor, utilizando el licor como el hilo conductor que ilustra el carácter bohemio de la trama. Aunque no se basa en experiencias personales, las letras revelan la destreza creativa de los compositores al ponerse en la piel de alguien que ha sufrido por desamor.
La canción invita a la reflexión sobre la fugacidad del amor y sus efectos en la vida de las personas, plantea la realidad del amor como algo efímero: el amor se acaba. Utilizan simbolismos ingeniosos para personificar el dolor y encarnarlo en el ser amado.
“Queremos enviar el mensaje de que estamos aquí. Que las personas y la industria conozcan nuestra propuesta. Ser exponentes de nuestra cultura y de la escena colombiana. Aquí estamos. Aquí nos quedamos”, enfatizan los artistas.
La amplia gama de colores, los tonos elegidos y texturas utilizadas en la canción crean un ambiente colorido, lo que sumerge a los oyentes en un viaje emocional único. La meticulosa atención puesta en la mezcla se traduce en una experiencia auditiva inmersiva, que se fusiona de manera perfecta con la narrativa visual presentada en el videoclip.
Si bien se respeta la estructura e instrumentación tradicional del bolero, el dúo logra incorporar efectos y transiciones contemporáneas, gracias al uso de herramientas digitales. Esta dinámica crea un contraste único que atrapa la esencia nostálgica del género, al tiempo que lo eleva a una dimensión actual.
El video de ‘El Bolero’, rodado en una casa tradicional de la Candelaria, ha sido nominado este año en la categoría de Mejor Videoclip Musical en dos festivales: el SWIFF – StudentWorld Impact Film Festival, con sede en Nueva York, y en el Festival de Cortos Psicoactivos organizado por el colectivo Échele Cabeza, con sede en Bogotá. Este es un logro importante para este trabajo audiovisual de Iván Casilimas y Nicolás Ayala que introduce un contraste estético entre la elegancia y la decadencia, en perfecta sintonía con las emociones del protagonista. Mediante una estética inspirada en los años 50, el clip evoca una sensación de melancolía sin restringirse a una época específica.
Las imágenes cargadas de simbolismo añaden profundidad a la narrativa, incorporando referencias cinematográficas y artísticas que amplifican la experiencia visual. La historia no sigue una línea recta, así que cada quien puede interpretar y conectar con la historia de maneras diversas y personales.
Para este 2024, Iván Casilimas y Nicolás Ayala tienen en el radar el lanzamiento de su primer EP de tres canciones ‘Agua’, ‘Maracuyá’ y ‘Parchaita’, temas que muestran otra etapa del proyecto conservando la columna vertebral latina de la mano de sonidos digitales muy potentes.
“Buscamos satisfacer la necesidad transversal en nuestra vida como artistas, de hacer música como prioridad y motivación de nuestro primer motor rítmico, el corazón. Nuestra propuesta es una muestra del talento y la calidad que se encuentra en la escena bogotana actualmente, destacando por su originalidad. Somos una cara alternativa y creativa de ritmos de antaño. Música sabrosa con temáticas y lenguaje coloquial que seguro por algún lado se van a identificar. Queremos llegar lejos con nuestra música, ponernos en el radar de la industria y aportar al desarrollo de nuestra identidad artística sumando una pieza más a nuestro catálogo”, concluyen los músicos bogotanos.
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