FORBES MÈXICO
El Marco Mundial para la Biodiversidad de Kunming-Montreal, que refleja el liderazgo conjunto de China y Canadá, es la culminación de cuatro años de trabajo para crear un pacto que guíe los esfuerzos mundiales de conservación hasta 2030.
Una cumbre de las Naciones Unidas aprobó el lunes un acuerdo mundial histórico para proteger la naturaleza y destinar miles de millones de dólares a la conservación, pero las objeciones de países africanos clave, que albergan grandes extensiones de selva tropical, frenaron su aprobación final.
El Marco Mundial para la Biodiversidad de Kunming-Montreal, que refleja el liderazgo conjunto de China y Canadá, es la culminación de cuatro años de trabajo para crear un pacto que guíe los esfuerzos mundiales de conservación hasta 2030.
Los países asistentes a la conferencia sobre biodiversidad COP15, respaldada por la ONU, habían estado negociando un texto propuesto el domingo y las conversaciones sobre los puntos más delicados del acuerdo se prolongaron hasta el lunes por la mañana.
Los delegados lograron alcanzar un consenso en torno al objetivo más ambicioso del acuerdo: proteger el 30% de las tierras y los mares del mundo para finales de la década, un objetivo conocido como “30 por 30”.
Sin embargo, la división sobre cómo financiar los esfuerzos de conservación de la biodiversidad en los países en desarrollo llevó a intensas negociaciones hasta el final.
Con China ocupando la presidencia de la COP15, el ministro de Ecología y Medio Ambiente, Huang Runqiu, pareció hacer caso omiso de las objeciones de la delegación de la República Democrática del Congo, declarando aprobado el acuerdo minutos después de que dijeran que no podían apoyarlo.
Un representante congoleño argumentó que las naciones desarrolladas deberían aportar más recursos a los esfuerzos de conservación de la naturaleza en los países en desarrollo.
La RDC es el segundo país con más bosques tropicales del mundo y alberga la mayor extensión de selva tropical africana, lo que le confiere un papel crucial en el futuro de la biodiversidad del planeta.
Huang agradeció entonces los comentarios de México en apoyo del acuerdo final y declaró poco después de las 3:30 a.m. (0830 GMT) que el acuerdo estaba cerrado, provocando la indignación de otros delegados africanos.
Un representante de Camerún dijo a través de un traductor que el acuerdo se había aprobado por la fuerza.
Un representante ugandés pidió que constara en acta que Uganda no apoyaba el procedimiento.
TENSIONES
A pesar de la polémica, la ONU anunció que el acuerdo se mantenía porque ninguna delegación había planteado una objeción formal.
El representante de la RDC discrepó de esta apreciación, alegando que sus observaciones representaban una objeción formal.
Los delegados de los países latinoamericanos expresaron su decepción por el hecho de que el histórico acuerdo se hubiera visto empañado por el desacuerdo y la brusca actuación de la presidencia.
El comisario de Medio Ambiente de la UE, Virginijus Sinkevicius, declaró a la prensa: “Por supuesto, esperaremos a la explicación oficial, porque la del estrado fue muy débil”.
El ministro canadiense de Medio Ambiente, Steven Guilbeault, afirmó que la forma en que se declaró aprobado el acuerdo “se ajusta a la definición de adopción de la ONU”.
A la pregunta de si confiaba en que se mantuviera, Guilbeault respondió: “Sí, absolutamente. Hubo algunas reservas, constarán en el acta de la reunión. No es la primera vez que ocurre en una reunión de la ONU y es probable que no sea la última”.
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