Por la Mtra. Atziri Arroyo Ruiz
Académica de la Universidad Autónoma de Guadalajara (UAG)
- Esta terapia que es una manera de reactivar e incrementar la salud y la calidad de vida de las personas
Antes era muy común escuchar entre la gente que, si alguien se lastimaba, por ejemplo el brazo izquierdo, debería tenerlo en reposo absoluto, pero después aparecieron quienes opinaron que si ese brazo no se usaba no se recuperaría, por lo que la activación sería en buena parte la clave para la recuperación.
En este mismo sentido, va la razón de ser de la terapia ocupacional. Podría decirse que la idea central es el compromiso del paciente con la actividad de la vida diaria o con sus actividades personales en aras de incrementar la salud y la calidad de vida. En otras palabras, es hacer que el paciente se active para que se sienta mejor.
El especialista en terapia ocupacional se encarga de analizar en cada caso el contexto, los recursos, las características propias del paciente, sus valores y capacidades y los requisitos de las actividades para que por medio del entrenamiento en estas actividades y la ejecución de éstas el paciente sea funcional y tenga un mejor nivel de bienestar emocional.
El propósito en gran parte es buscar que las personas sean lo más autosuficientes posible, de esta manera se pretende incrementar su autoestima y sensación de autoeficacia, lo que será muy útil a personas que necesitan sentirse más seguras, recuperar la “energía” o el impulso de hacer con normalidad y fluidez lo que quisieran lograr o salir de alguna especie de estancamiento en la actividad personal, como en ocasiones sucede a las personas con depresión o condiciones relacionadas a la ansiedad.
Se ha observado que a la par es útil en intervenciones que requieran rehabilitación como en el caso de personas que han pasado por un duelo, han salido de un internamiento o sufrido alguna adicción, o en personas cuya rutina requiere reorganizarse, por ejemplo, personas recién jubiladas que no encuentran en que ocupar su tiempo, quienes han perdido un ser querido, sobre todo quienes han sido cuidadores primarios de alguien que falleció y ahora tienen la necesidad de encontrar otras tareas.
El proceso básicamente consta de tres pasos: la evaluación, que es la recogida de información que le permitirá al especialista hacer un análisis del caso en el que perfilará al paciente, al ambiente y planteará los objetivo; la intervención es propiamente incentivar la ejecución de actividades mediante entrenamiento basado en distintas técnicas centradas en el paciente mismo o en la ocupación que se persigue, y cuando el paciente va recuperando su nivel de actividad, se pasa a la fase de seguimiento, en la que el monitoreo clínico va disminuyendo de forma gradual mientras se busca que la autosuficiencia y la funcionalidad conseguidas se mantengan.
A grandes rasgos se puede resumir que la Terapia Ocupacional es un herramienta muy versátil y útil que se ajusta a las necesidades de cada caso y que, además, devuelve a quienes la requieren la capacidad de llevar una vida lo más normal y eficiente que se puede. Cabe mencionar que en algunos casos será necesaria una intervención multidisciplinar en conjunto con psicoterapia, u otros especialistas, sin embargo, el hacer uso la Terapia Ocupacional como tratamiento adicional puede marcar la diferencia en el tratamiento.
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