Universidades deben promover culturas necesarias para la transformación civilizatoria

Staff/RG

La Mtra. Sylvia Schmelkes considera que para el desarrollo equitativo de las humanidades es necesario fomentar DDHH, dignidad humana, paz, interculturalidad, igualdad entre géneros y sostenibilidad, entre otras temáticas

Las universidades deben crear, divulgar y promover las culturas necesarias para el cumplimiento cabal de los derechos humanos y para el desarrollo equitativo de la humanidad, es decir, para la transformación civilizatoria, opinó la Mtra. Sylvia Schmelkes del Valle, académica de la IBERO adscrita al Instituto de Investigaciones para el Desarrollo de la Educación (INIDE).

Esto lo dio a conocer en su disertación ‘El papel de las universidades en la creación cultural, en la promoción de las culturas y en el desarrollo sostenible’, expuesta en ‘Las universidades del mundo: Políticas culturales y desarrollo sostenible de los países’, foro internacional llevado a cabo con motivo de la conferencia mundial ‘Mondiacult 2022’.

Esas culturas necesarias, detalló, son: la cultura de los derechos humanos, que incluye los derechos culturales y el respeto a la dignidad humana; la cultura de la paz, entendida como producto de la justicia; la cultura de la interculturalidad, que rechaza toda discriminación y racismo, y favorece el respeto y el diálogo entre las culturas; la cultura de la igualdad sustantiva entre géneros, que se opone a la violencia de género; y la cultura de la sostenibilidad.

También dijo que, desde su punto de vista, las instituciones de educación superior (IES) tienen la responsabilidad de: diversificar su población estudiantil, docente, administrativa y de servicios, y hacer visible la creciente diversidad; educar a todas/os en el respeto a los otros y otras culturalmente diferentes; transversalizar curricularmente la interculturalidad; y favorecer el fortalecimiento de las identidades culturales.

“Para ello, es necesario impulsar el conocimiento y el aprecio de las culturas como parte de toda formación, a la vez que se genera indignación por las injusticias, por el racismo y por la discriminación; esto debe atravesar todos nuestros programas formativos. También debemos promover la creación y la expresión cultural de las culturas -en plural- al interior de nuestras instituciones”.

En un afán de hacer investigación transdisciplinaria, las universidades deben privilegiar sus vínculos a comunidades culturales diversas de sectores no académicos, especialmente aquellos que sufren las consecuencias de los problemas que se viven hoy en día, para coproducir con ellas conocimientos que les son relevantes y, sobre todo, que contribuyen al cumplimiento de sus derechos culturales.

Como el papel de las universidades es el de representar y promover la expresión múltiple, difundirla, promover el diálogo epistemológico y educar en interculturalidad, tienen que abrirse a otros conocimientos, a otras maneras de conocer y a todas las expresiones culturales, en igualdad de condiciones.

Y si se quieren favorecer los vehículos idóneos para la expresión de la diversidad cultural, las IES tienen la enorme responsabilidad de trabajar para evitar la destrucción de las lenguas minoritarias. Esto implica el estudio de las que hay en México, la promoción de su presencia pública y la promoción de la producción oral y escrita en lenguas maternas.

Como la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible no incluye explícitamente a las culturas, “es hora de que desde las universidades hagamos explícita la forma en que la creación cultural, la promoción de las expresiones y la divulgación de las producciones de todas las culturas de nuestros entornos puede contribuir al desarrollo sostenible”.

Además, hay otras culturas que habrán de promover, las culturas de la sostenibilidad que tiene cada pueblo indígena. En este rubro, es indispensable divulgar a la sociedad las razones por las cuales no se puede seguir produciendo y consumiendo como hasta ahora, porque se está poniendo en peligro la vida en el planeta.

“Reconocernos no dominantes, sino parte de la naturaleza, es indispensable; y eso proviene de otras formas de conocer…Mi llamado entonces es a que esta cultura de la sostenibilidad no la promovamos las universidades solas, o mejor aún, que en nuestro nuevo concepto de universidades quepan todas las culturas y que, en diálogo, promovamos un mundo más justo y más humano”.

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