Hoy en día, el calor extremo le cuesta a la ciudad de Monterrey 35.000 millones de pesos mexicanos en pérdidas económicas, lo que ascenderá a 78.600 millones en 2050

  • El sector manufacturero es el más afectado

PRNewswire

Hoy, el Centro de Resiliencia de la Fundación Adrienne Arsht-Rockefeller en el Atlantic Council publicó “Hot Cities, Chilled Economies: Impacts of Extreme Heat on Global Cities” (“Ciudades calientes, economías frías: impactos del calor extremo en las ciudades del mundo”), un nuevo informe que detalla los efectos sociales y económicos del calor extremo generado por el cambio climático a través del prisma de 12 ciudades de seis continentes.

El estudio, realizado en colaboración con Vivid Economics, reveló que las pérdidas de productividad laboral relacionadas con el calor y la humedad en Monterrey ya están causando daños económicos valorados en 35.100 millones de pesos mexicanos, a la par de las pérdidas provocadas por los peores desastres naturales en la región. Sin adaptación ni medidas para reducir las emisiones, el impacto del calor podría duplicarse como parte de la producción para 2050, alcanzando 78.600 millones de pesos mexicanos.

“El calor impulsado por el cambio climático está cambiando la forma en que vivimos y trabajamos, pero la conciencia actual de esta amenaza silenciosa e invisible es peligrosamente insuficiente. El desproporcionado impacto del calor en las ciudades nos llevó a cuantificar y explorar los efectos económicos y sociales en nuestro planeta en combustión”, sostuvo Kathy Baughman McLeod, vicepresidenta sénior y directora del Centro de Resiliencia de la Fundación Adrienne Arsht-Rockefeller en el Atlantic Council. “Nuestra esperanza es que estos hallazgos generen conciencia y estimulen mayores intervenciones, políticas e inversiones de adaptación que enfríen las ciudades y protejan a las personas”.

Otras conclusiones clave son las siguientes:

Las temperaturas en Monterrey son particularmente altas en su centro urbano construido donde los espacios verdes son escasos, cuyo nivel actual es 5 °C más cálido que en las zonas rurales aledañas y que, según se proyecta, será 10 °C mayor en 2050.

En comparación con otras ciudades de este estudio, los impactos en la productividad laboral se concentran en el sector manufacturero, que sufrió dos tercios de las pérdidas generales de la ciudad. El control de estas pérdidas, que por otra parte se prevé que crezcan del 0,9 % al 1,5 % de la producción para 2050, podría implicar la moderación de las temperaturas en interiores a través del enfriamiento activo y pasivo, así como la adopción de tecnologías para reducir el calor de las maquinarias.

La adaptación en Monterrey ha sido impulsada en gran medida por el sector privado y las organizaciones sin fines de lucro que invierten en nuevos diseños para el enfriamiento pasivo. La información que brindan estos proyectos piloto puede servir de base para futuras inversiones esenciales orientadas a la mitigación del calor bajo la dirección de su director general de Calor recién nombrado. Entre las acciones se incluye:

Comunicaciones/divulgación: El reciente nombramiento de un director general de Calor le ofrece a Monterrey la oportunidad de desarrollar iniciativas como campañas de sensibilización y creación de capacidades públicas para la resistencia al calor.

Inversión en el entorno construido y soluciones basadas en la naturaleza: Los estudios piloto de edificios con enfriamiento pasivo han demostrado resultados prometedores en el uso de elementos de diseño de construcción para reducir la temperatura en el interior y a la vez limitar la necesidad de enfriamiento activo. Las características de diseño urbano que reducen el calor también se emplean en el Plan de Regeneración para el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (Tecnológico de Monterrey), que incluyen características como el estacionamiento subterráneo que reemplaza los lotes de islas de calor sobre el suelo, el uso de copas de árboles sobre las plazas expuestas y el mantenimiento de elementos como la orientación este-oeste de las carreteras que permiten que los vientos enfríen el campus. Los esfuerzos realizados en todo México pueden ofrecer valiosas lecciones sobre cómo ampliar las medidas de mitigación del calor en Monterrey. Mérida, en el estado de Yucatán, ha fomentado la participación ciudadana en la reforestación a través de la creación de herramientas digitales para la gestión de árboles en el entorno urbano, mientras que GIZ ha propuesto proyectos de infraestructura ecológica a gran escala en todo México para hacer frente a las amenazas como las islas de calor urbanas.

Para la elaboración de este informe, solo se examinó un subconjunto de las formas en que el calor extremo puede afectar la economía y la sociedad de una ciudad y se evaluaron los impactos en años “normales” en comparación con años inusualmente cálidos, lo que significa que se proporciona una visión conservadora de los costos sociales y económicos del calor. No se analizaron los impactos ni los costos para la infraestructura, los sistemas de salud, la reducción del aprendizaje y la educación, ni las pérdidas resultantes de la interrupción comercial.

El informe completo y la metodología se pueden encontrar en https://onebillionresilient.org/hot-cities-chilled-economies-monterrey/

El Centro de Resiliencia de la Fundación Adrienne-Arsht Rockefeller desarrolla resiliencia individual y comunitaria frente a los impactos climáticos. Nos comprometemos a llegar a mil millones de personas a nivel mundial con soluciones de resiliencia al cambio climático para 2030.

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