#Investigación: En México hay desigualdad en la distribución de la calidad del entorno

Staff Rossi

El artículo ‘Marginación y percepción del ambiente construido. Un estudio cualitativo en zonas urbanas’ detalla cómo la calidad del entorno impacta en la salud física y mental

· Investigadoras e investigador explican que una ciudad que invita a caminar debe ofrecer distancias caminables cortas, espacios públicos atractivos y una variación de funciones urbanas

El ambiente construido en México -integrado por banquetas, calles, semáforos, alumbrado público, áreas verdes y de esparcimiento- se distribuye desigualmente entre los distintos niveles de marginación, donde las peores condiciones se encuentran en los contextos con mayor vulnerabilidad, destaca el artículo Marginación y percepción del ambiente construido. Un estudio cualitativo en zonas urbanas escrito por las investigadoras Dra. Jimena de Gortari Ludlow y Dra. Laura Elena Gaona Lara, y el investigador Dr. Óscar Martínez Martínez.

Este estudio publicado en Espacialidades, revista electrónica del Departamento de Ciencias Sociales de la Universidad Autónoma Metropolitana-Cuajimalpa, da cuenta sobre las percepciones del ambiente construido por nivel de marginación. Por tal motivo, contar con alguno o ninguno de sus componentes, disminuye el bienestar social en aspectos como la salud física y mental, incrementa la inseguridad pública, y de igual forma disminuye la cohesión social.

El equipo de investigadores invita a repensar qué es el ambiente construido adecuado para el bienestar y la salud. Si bien el presente estudio no tuvo esa finalidad, muestra diversas dimensiones que deben tomarse en cuenta en esta dicotomía tan estrecha. Pues una ciudad que invita a andar debe ofrecer distancias caminables cortas, espacios públicos atractivos y una variación de funciones urbanas en el entendido de que el ser humano requiere de distintos espacios para desarrollarse: un lugar para vivir, abastecerse, educarse, trabajar y divertirse.

El Dr. Óscar Martínez, académico del Departamento de Ciencias Sociales y Políticas, explicó que el ambiente construido tiene que ver con el hecho de que las personas puedan caminar adecuadamente por sus barrios y calles. Es decir, el que haya banquetas, calles pavimentadas, semáforos y puentes peatonales que, además, sean accesibles para personas con alguna discapacidad, ayudan a mejorar las condiciones de bienestar de las personas.

El investigador de la IBERO detalló que para la realización del estudio se estratificó por niveles de marginación, es decir, analizaron la percepción personas con menores y mayores ingresos. Y cómo les afectaba el bienestar.

Los hallazgos muestran similitudes en las percepciones e implicaciones en dos bloques: las personas en contextos con muy baja y baja marginación, así como aquellos en muy alta y alta marginación. En cuanto a los primeros, y a diferencia de los demás niveles, 95% de los entrevistados vive en colonias en las que hay banquetas en casi todas las calles, sin embargo, mencionaron que no se puede caminar en éstas, debido a que son muy angostas o se encuentran en malas condiciones.

Independientemente del nivel de marginación, uno de los problemas que mencionaron de forma constante es que las banquetas y accesos para transitar de una calle a otra tienen muchos problemas en época de lluvia, porque se inundan o se llenan de lodo, debido a que el drenaje en las calles es deficiente, o se tapa por la cantidad de basura en las calles.

En cuanto a los semáforos y pasos peatonales, si bien las respuestas fueron similares en cada grado de marginación, existen diferencias en sus implicaciones inmediatas. Por una parte, 75% de los que viven en contextos de muy baja marginación señala que sí hay pasos y semáforos peatonales, pero únicamente en las avenidas principales, pues el diseño de las calles está pensado más para los automovilistas. Por tanto, los peatones tienen dificultades para caminar; aunado a lo anterior, en algunas colonias, los semáforos no sirven, por lo que consideraron que es como si no existieran.

Docentes recomiendan:

La Dra. Jimena de Gortari Ludlow, la Dra. Laura Elena Gaona Lara y el Dr. Óscar Martínez Martínez recomiendan buscar nuevas herramientas y la construcción de indicadores medibles y evaluables que contemplen la imagen urbana; para lo cual, habría que estudiar mejor el impacto que tiene ésta en la calidad de vida, en el bienestar y, por tanto, en la salud.

Señalaron que es indudable que existe un vínculo estrecho entre la apreciación de elementos urbano-arquitectónicos y la percepción, y que éstos juegan un papel preponderante en la apropiación y las posibles interacciones en los espacios urbanos.

Asimismo, promueven el desarrollo de políticas públicas que garanticen el derecho a la ciudad y la disminución de la desigualdad entre los contextos urbanos, garantizando infraestructura para la amigabilidad, así como una adecuada imagen del entorno que genere seguridad en las personas. De esta forma, se materializa el derecho que tienen las personas al disfrute equitativo de las ciudades con sustentabilidad y justicia social, entendiendo que la forma como estamos construyendo la ciudad repercute, de forma irreversible, en la salud y, por ende, en el bienestar de sus habitantes.

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