Universitat Oberta de Catalunya
La salud digital permite al paciente empoderarse, tener el control en tiempo real y disponer de información, formación y conocimiento.
Diversas aplicaciones o ayudas tecnológicas permiten a pacientes con hipertensión llevar un control riguroso de la enfermedad.
De acuerdo a cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), se estima que en América Latina hay 250 millones de personas con hipertensión, enfermedad cuyo día se conmemora mundialmente el 17 de mayo con el objetivo de generar conciencia en la prevención, el diagnóstico y el control en pacientes. Hoy el panorama para esta población trae consigo mayores riesgos por el nuevo coronavirus.
Ante esta situación, y para evitar colapsos en los sistemas sanitarios, se han desarrollado estrategias de atención médica para este tipo pacientes, tales como teleconsultas, reprogramación de horarios, entrega de medicamentos a través de terceros y demás medidas que buscan poder continuar con la prestación de algunos servicios no vitales; sin embargo, pacientes que no pueden acceder a estos servicios, han optado por el uso de las herramientas tecnológicas, de manera que puedan llevar un control más detallado de su enfermedad mientras termina el aislamiento obligatorio. «La salud digital sin duda nos permite empoderarnos, básicamente nosotros somos quienes tenemos el control en tiempo real, como pacientes, disponemos de la información, formación y conocimientos adquiridos en la interacción continua con el sistema sanitario», explica Manuel Armayones, profesor de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la UOC y director de desarrollo del eHealth Center.
La hipertensión es una patología crónica silenciosa catalogada como una de las principales causas de muerte prematura en el mundo, y ha sido asociada como factor de riesgo si se contrae la COVID-19. Para evitar el aumento de los casos de personas con hipertensión, pacientes pueden acceder a aplicaciones o ayudas tecnológicas, las cuales les permiten llevar un control riguroso de la enfermedad de manera que se realice una retroalimentación de los datos que el usuario va registrando. «La hipertensión es uno de los primeros motivos de consulta médica; sin embargo, en estos tiempos los pacientes tendrán que hacer esfuerzos extra para controlar la enfermedad en casa, pues cuando pase esta crisis, vamos a conocer los resultados y veremos quizás que muchas personas han monitorizado su evolución a través de las aplicaciones», afirma Armayones.
La población hipertensa deberá cuidar su estilo de vida y comportamiento, los cuales, de acuerdo con el docente, se deben monitorear durante y después del confinamiento, registrando en estas aplicaciones móviles datos diarios sobre los hábitos. «No hay soluciones mágicas, esto es puro comportamiento; adicionalmente, hay que recordar que las aplicaciones deben estar validadas, ninguna aplicación móvil que podamos descargar sustituye el criterio y el trabajo de enfermeras y médicos, preferiblemente se deben usar las aplicaciones conocidas y recomendadas en el centro de salud en donde es tratado el paciente, pues se podría crear la falsa sensación de seguridad al usar la aplicación y esto sería un error», concluye el docente.
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