Ricardo Homs
Es preocupante la tendencia gubernamental de realizar consultas públicas que no reúnen las condiciones metodológicas básicas, para garantizar la representatividad estadística de las opiniones recolectadas y peor aún, que se pretenda tomar decisiones trascendentales para nuestro país sustentadas en las conclusiones de estos sondeos de opinión.
Este modelo de operación política ya fue utilizado para echar abajo el proyecto del nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México que ya se estaba construyendo en Texcoco. También sirvió para legitimar la construcción del que será un proyecto fallido desde la perspectiva económica y un terrible impacto ecológico en el sureste mexicano, como lo es el Tren Maya.
También sirvió para legitimar la decisión de construir lo que será un elefante blanco como lo es la Refinería de Dos Bocas, Tabasco, que hoy, ante la crisis del petróleo provocada por el enfrentamiento entre la OPEP, el organismo que agrupa a los principales productores de petróleo del mundo y Rusia, que ha provocado el derrumbe del precio de los hidrocarburos, parece más un capricho que un proyecto viable, pues en los próximos años veremos descender drásticamente el precio de los automóviles eléctricos para estimular la compra de automóviles eléctricos e híbridos. De este modo, disminuirá el consumo de gasolina para uso automotriz.
Ahora tocó verse afectada por esta práctica de consultas “a modo” a una empresa privada que ha creído y confiado en el futuro de nuestro país y llevaba un alto avance de inversión en una planta productora de cerveza.
Constellation Brands, contando con todos los permisos y licencias locales y federales inició en Mexicali la construcción de una planta que tendrá una inversión de 1,400 millones de dólares.
Para no impactar negativamente al Valle de Mexicali esta empresa invirtió en un modelo piloto innovador, encabezado por el gobierno federal, junto con el distrito de riego, para recuperar y regresar a la comunidad la totalidad del agua que utilizará en su proceso industrial.
Esta empresa recibió del gobierno federal, a través de Semarnat y del gobierno estatal, un resolutivo que aprueba el uso de 5.8 millones de metros cúbicos de agua al año, lo cual representa el 0.2 por ciento del agua de la región. A su vez esta empresa donó a Mexicali una expansión de la red hídrica pública, de la cual a su vez recibirá el agua que consumirá.
Es evidente que la sociedad baja californiana no fue informada de estos datos antes de opinar.
Es más, realizar la consulta en tiempos de contingencia sanitaria puede haber frenado la participación ciudadana en sectores que podrían tener opinión favorable a este proyecto industrial, modificando así el resultado.
¿Dónde queda el estado de derecho?. Si se cumplió la normatividad desde el inicio de la construcción, ya no podría haberse frenado bajo ningún argumento.
Para lograr la representatividad estadística respecto al sentir de una comunidad, es necesario conformar una muestra representativa del “universo a encuestar”, o sea, del total de la población de dicha comunidad, seleccionando aleatoriamente a quienes los encuestadores tendrían que buscar en sus domicilios para aplicar los cuestionarios.
En contraste, dejar abierta la participación en esta consulta a quienes acepten acudir de forma voluntaria a un módulo a dejar su opinión, nos da la visión sólo de una parte de la comunidad. Por
tanto, como consulta puede estar viciada de origen. Esta práctica pone en riesgo el futuro de nuestro país.
Las decisiones importantes para México deben ser tomadas con sustento en estudios técnicos y argumentos presentados por especialistas y no con base en percepciones subjetivas y emocionales de la población, que pueden ser inducidas, e incluso manipuladas hacia lo que se pretende aprobar y legitimar. La ley no puede someterse a consideración de ningún grupo social, sea cual fuere.
Estos sondeos de opinión que son vinculantes, más que pretender conocer el sentir de los mexicanos frente a temas relevantes para el futuro de México, claramente muestran el objetivo de legitimar decisiones previamente tomadas desde el gobierno, lo que significa manipulación.
El impacto de la decisión de impedir la terminación de la planta cervecera de Constellation Brands en Mexicali, escudándose en lo que el gobierno califica como la “voluntad del pueblo”, sin reconocer que es una voluntad manipulada, lanza un mensaje de falta de credibilidad, de certeza jurídica y de respeto a la propiedad privada, lo cual afectará las decisiones de los inversionistas de todo el mundo, que hasta hoy han visto en México un destino confiable y rentable para sus inversione
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