¿Manzanilla se va o se queda?

Inframundo político

Por Rodolfo Herrera Charolet

Uno de los personajes morenovallistas con mayor fuerza dentro del gobierno de Miguel Barbosa Huerta, es el aún secretario de gobernación Fernando Manzanilla Prieto, quien inició en el mismo cargo en la administración que encabezó su cuñado Rafael Moreno Valle Rosas, para luego informarse que había roto con su proyecto político y sumarse a la causa lopezobradorista que lo llevó a ocupar una curul federal y luego regresar nuevamente como Secretario General de Gobierno, ahora nuevamente llamada Secretaría de Gobernación.

Enfrentado con el senador Alejandro Armenta Mier y sosteniendo reuniones (confidenciales) con José Juan Espinosa Torres y Eukid Castañón Herrera, sería una de las razones del golpeteo interno en el gobierno barbosista, con resultados paupérrimos en cuanto a la operación política, como lo fue el aumento de la tarifa del transporte público, cuya bandera fue retomada por el legislador petista.

La instrucción, al menos la disposición política de Barbosa Huerta era de que deberían de cancelarse las 29 patentes notariales entregadas presuntamente de manera irregular a los morenovallistas. Lo cual, tras la muerte del ex director de notarías, Mauricio García León, se ha informado que únicamente van 14 (información extraoficial) faltando otras 15.

En cuanto a la nómina de la Secretaría de Gobernación la instrucción es adelgazarla, reduciendo cargos y limpiar de priístas y panistas la administración. En especial aquellos que operaron para el morenovallismo y galicismo. Manzanilla prieto ha mantenido y recomendando a sus más allegados operadores que se entregaron hace más de seis años al morenovallismo, por lo que no resulta extraño un priísta como José Luis Marqués dentro de la dependencia, entre otros.

No involucrarse en asuntos internos de los partidos políticos y tras las elecciones de consejeros de Morena en la entidad, las manos de Manzanilla fueron parcialmente descubiertas. Como también los operadores panistas y priístas que promueven un linchamiento mediático y operativo en contra de los gobiernos de Morena en los municipios.

Otro de los asuntos a cargo del cuñado del gobernador extinto es consolidar el gobierno barbosista antes que el propio proyecto (Manzanilla a gobernador), así que fiel a su costumbre al igual que al inicio del morenovallismo, inició la articulación política de su propio proyecto.

En cuanto a las denuncias por espionaje morenovallista y actos de corrupción, incluido el propio Manzanilla Prieto con sus organizaciones fachada como Imagina México, entre otras, son elementos de juicio que el gobernador conoce y en su caso debe ponderar.

La operación política ha quedado al descubierto y si Manzanilla se le considera un hombre inteligente, estable y articulado, los resultados están a la vista. La consolidación en pies de barro o cartas de papel, están llevando al traste las intenciones del gobernador Miguel Barbosa Huerta quien ha ordenado a otros actores políticos hacer los pronunciamientos que quiere, tal es el caso del subsecretario David Méndez y y el consejero jurídico Ricardo Velázquez, quienes reportan directamente al gobernador.

Sin embargo en el negocio de las complicidades habrá que saber qué tanto sabe Manzanilla que fuera perjudicial para el barbosismo o que tanto el gobernador del Estado quiere avanzar en la limpieza hacia adentro de su propio gobierno.

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