Investigadores del INIFAP combinan milpa con frutales

Hipólito Contreras

Investigadores del INIFAP y el Colegio de Postgraduados han desarrollado un sistema denominado Milpa Intercalada en árboles Frutales (MIAF), fundamento del programa Sembrando Vida que impulsa la actual administración, lo que ha demostrado que deja mayores beneficios a los productores, además de que combate la erosión del suelo.

La tecnología ha sido probada en estados como Veracruz, Oaxaca, Puebla y Chiapas, y está diseñada para los pequeños productores que cultivan en 9 millones de hectáreas con pendientes las cuales están expuestas a la erosión hídrica que propicia la perdida de suelo y de fertilidad de la tierra, lo que impacta en la producción de alimentos.

El Agrónomo de la Universidad Autónoma Chapingo e investigador del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), Antonio Turrent Fernández, y el doctor José Isabel Cortés Flores, destacan que el programa es único en el mundo al trabajar en cinco ejes fundamentales: alimentación, ingreso de los campesinos, erosión del suelo, captura de carbono y empleo bien remunerado.

Explicaron que la asociación de milpa con árboles frutales genera un círculo virtuoso ambiental y económico, porque mientras el cultivo de maíz y frijol garantizan la seguridad alimentaria de los agricultores, el árbol frutal es el motor económico de las pequeñas unidades de producción, porque permite obtener un alto valor respecto a los granos.

Por ejemplo un kilo de durazno representa de 30 a 40 veces el valor de uno de maíz.

En el caso de la manzana el kilo cuesta en el mercado 40 o 45 pesos, pero 80 por ciento de esta fruta es agua y su materia seca es el 20 por ciento, un kilo de materia seca cuesta 200 pesos, de los cuales al productor le pagan 100 pesos.

El kilo de maíz se paga en menos de 5 pesos si bien le va al agricultor, pero tiene 85 por ciento de materia seca y el resto es agua.

Otra virtud del sistema es que mientras que el cultivo de maíz demanda 70 jornales por hectárea, desde la preparación del suelo para siembra hasta cosecha, en el programa combinado son 200 jornaleros por año.

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