Muchas de las personas pierden definitivamente lo empeñado.

René R. Coca.

Tapachula, Chis; ENE. 08 (interMEDIOS).- Luego del periodo decembrino y a ocho días de iniciado el año, las casas de empeño registran mayor número de pignorantes en la llamada cuesta de enero, donde electrodomésticos, alhajas, celulares y computadoras, son los artículos que las personas dan a cambio de préstamos devaluados y que en muchas ocasiones nunca son recuperados ante las altas tasas de interés que los establecimientos fijan ante la necesidad de la gente.

Al realizar un sondeo por las diferentes casas de empeño de esta ciudad, las personas entrevistadas coincidieron en que los pagos de impuestos de inicio de año como predial y refrendo automotriz; el pago de servicios básicos y las deudas adquiridas en diciembre por navidad, año nuevo y Día de Reyes, son la principal causa por lo que acuden a dejar empeñadas sus pertenencias.

Don Apolinar “N” argumentó que es padre de familia de tres hijos que ya están en nivel medio y superior, por lo que la compra de libros y colegiaturas, aunado al pago del impuesto predial y los gastos normales de los servicios de su hogar, hicieron que tuviera que empeñar una motoneta semi-nueva cuyo valor en el mercado es de 17 mil pesos, pero ante sus necesidades solo le dieran ocho mil pesos, con la esperanza de que su situación económica mejore y logre recuperarla en tres o cuatro meses con su respectivo interés mensual.

En contraparte, el responsable de conocida cadena de Casas de Empeño que tiene presencia nacional y que prefirió se omitiera su nombre, informó que efectivamente, enero significa para estos establecimientos, un repunte en el número de pignorantes, pero que desde su perspectiva, la importancia de la “cultura del préstamo” le permite a la gente obtener dinero para cubrir sus necesidades y que de acuerdo a sus posibilidades pueda recuperar sus pertenencias.

Sin embargo, los pignorantes subrayaron que las casas de empeño son el último recurso para tener circulante pero están conscientes de que no les dan el dinero justo por lo que dejan, y que los avalúos son ventajosos para la empresa; mientras que las tasas de interés hacen que se pague mucho por el préstamo o que ocasione que pierdan sus pertenencias, sin que ninguna autoridad pueda intervenir.