¿Vamos al trabajo juntos?

Por María Luz Díaz

Docente y consultora ambiental de Cerem International Business School

Los asuntos que más preocupan a los ciudadanos y a los poderes públicos se relacionan entre sí y se deben abordar desde una perspectiva holística. Es el caso de la calidad ambiental y la salud; la Economía y sociedad; la energía. No se puede entender cada una de ellas sin tener en cuenta las otras. El precio de las energías limpias, por poner un claro ejemplo, afecta a la Economía.

En este sentido, desarrollar la economía colaborativa es esencial para conseguir una buena calidad en el aire y una movilidad sin humos que no repercuta negativamente en la salud. El cuidado del medio ambiente es cosa de todos y no se puede dejar en manos de las instituciones públicas. Todos los ciudadanos deben aportar su granito de arena, manifestó María Luz Díaz, docente y consultora ambiental Cerem International Business School.

La economía colaborativa (también llamada consumo colaborativo) es una interacción entre una o varias personas en la que se obtiene un beneficio que no tiene que ser necesariamente monetario. Se ha relacionado este tipo de economía con los medios digitales, ya que estos facilitan, o en ocasiones son imprescindibles, que la economía colaborativa se pueda llevar a cabo, pero la tecnología no es indispensable.

La economía colaborativa puede convertirse en una gran ayuda para atajar este grave problema. En las grandes ciudades, en sus horas puntas, se forman kilométricos atascos que generan este tipo de gases. Hay que reducir el número de vehículos que circulan cada día por calles y carreteras.

Desafortunadamente, no todo el mundo puede acudir al trabajo caminando o en transporte público. Sin embargo, un conductor por coche (como ocurre a menudo en la actualidad) no es eficiente ni desde el punto de vista ambiental ni desde la perspectiva económica. Aquí es donde entran las iniciativas para compartir coche de la economía colaborativa.

Si se lleva a cabo con éxito un plan de movilidad, no solo se conseguirá ahorrar tiempo a los empleados, reducir la emisión de gases contaminantes y el tráfico, sino que también se conseguirá una disminución de los accidentes que se producen camino al trabajo. La economía colaborativa, de nuevo, presenta beneficios secundarios.

Con este plan no son solo los trabajadores son los que se benefician de estas medidas, sino toda la sociedad.

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