Fines del Estado

Héctor A. Gil Müller

Los fines del Estado, como un contrato social, están en el bien público. Nos mantenemos en un Estado porque este nos ofrece y logra lo necesario para transitar a un bien colectivo, sea ese bien económico, social, cultural, y de seguridad, entre muchos otros. Tres aspectos visualizo sobre la relación entre seguridad y el Estado.

La seguridad es un compromiso, necesario para poder construir. Sobre el caos nada puede edificarse, la infraestructura y cualquier escenario de desarrollo comienza con un estado de seguridad. La incertidumbre quiebra cualquier plan. Es menester de un gobierno proveer de ese ecosistema de seguridad, de ahí la dación al estado del monopolio de la fuerza física, de ahí la renuncia que hacemos de la violencia a mano propia, confiando que el estado sea el mediador y coaccione en aras de la seguridad.

La seguridad es percepción, de ahí lo injusto de cualquier acción. Cualquier indicador se viene abajo cuando escuchamos la historia propia o de alguien cercano. Las conversaciones construyen organizaciones, eso significa que lo que platicamos tiene la fuerza de modificar nuestra percepción. Una creencia que se transforma en convicción. Las políticas públicas incluyen siempre la percepción, las preguntas ante un fenómeno son: ¿puedo intervenir?, ¿debo intervenir? Y ¿quiero intervenir? Es política, políticas y voluntad política.

La seguridad es un ambiente, no es una acción. Toma tiempo controlar una situación de violencia y asumir que los efectos del combate con ella son de provecho para nosotros. Lo complejo de un ambiente es que una acción puede destruirlo, pero no una acción solitaria puede construirlo. Los ambientes pueden contenerse sin que ello afirme su erradicación, pero también pueden liberarse sin que eso consiga su reafirmación. Así hemos ido cediendo espacios a la inseguridad, nos hemos encerrado ya no en casa, sino en un cuarto solitario que ahora pensamos inquebrantable.

La presidenta Sheinbaum ha centrado sus esfuerzos de la lucha contra el narcotráfico en el fentanilo, la incautación lograda en fechas recientes y que ha sido clasificada como el más fuerte golpe de México al combate contra el manejo ilegal del fentanilo da cierto respiro ante los dichos de Trump que critican fuertemente los esfuerzos realizados en México.

Sinaloa se ha envuelto en una violencia tremenda como resultado del resquebrajamiento del cartel fundado por Joaquín “El Chapo” Guzmán y se ha convertido en el escenario de la difusión de la estrategia contra la violencia. Dudo que exista una acción implementada en Mexico con la fuerza de reducir los dichos de Trump si es parte de su discurso. El populismo construye un enemigo, una causa, una consecuencia, es un caso de “esque-zofrenia”, seguramente los comentarios seguirán.

La estrategia de combate ha incluso llegado a la Constitución Política, de manera innecesaria ahora menciona al fentanilo e incluso a los cigarrillos electrónicos, esta inserción sigue mostrando el malestar que sufrimos, pensamos que sí podemos desobedecer la ley, pero no la constitución. Creo que el origen de ese mal está en que se nos enseñó en la infancia; “deja que se entere tu madre”.

Pudiendo hacer cumplir la ley, que es responsabilidad del propio Estado su aseguramiento, lo insertamos en el texto constitucional como si eso mostrase una mayor efectividad.

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