Tecnología vs corrupción

Por: Alex Siles, CEO de Snap Compliance

Muchas son las instituciones en todo el mundo que han sido afectadas por la corrupción. Aunque se han tomado medidas tradicionales para combatirla, como la aplicación de leyes más rigurosas y la realización de auditorías regulares, estas suelen ser insuficientes debido a la complejidad de las redes corruptas.

Durante el primer semestre de 2024, la Fiscalía de Chile incrementó en un 93% las solicitudes de información a la Unidad de Análisis Financiero (UAF) sobre investigaciones vinculadas al lavado de activos y financiamiento del terrorismo. Este aumento refleja no solo la creciente necesidad de transparencia en el país, sino también la importancia de adoptar herramientas tecnológicas avanzadas para rastrear y prevenir estos delitos.

En la actualidad, hay diversas tecnologías que están mejorando la forma en que se detectan y previenen las malas prácticas. Es así cómo los gobiernos y las empresas han comenzado a utilizar la automatización, el análisis de grandes cantidades de datos y la Inteligencia Artificial (IA) para encontrar comportamientos irregulares. Estas herramientas permiten la detección oportuna de anomalías, permitiendo una intervención rápida antes de que el problema empeore.

La capacidad de proporcionar un seguimiento detallado y accesible de las decisiones tomadas en una organización es uno de los beneficios más significativos de estas plataformas tecnológicas. Esto ayuda a todos los actores a rendir cuentas de manera efectiva porque la información está disponible de manera clara y centralizada en tiempo real, siendo más sencillo y rápido identificar los conflictos de interés, lo que fortalece la transparencia interna.

La creciente necesidad de regulaciones internacionales cada vez más rigurosas ha llevado a muchas organizaciones a utilizar plataformas que no solo garantizan el cumplimiento de las regulaciones, sino que también permiten anticipar problemas potenciales. Estas herramientas han demostrado ser cruciales para evitar sanciones y proteger la reputación de las empresas al mismo tiempo que crean un entorno de control más fuerte.

Cabe señalar que a raíz de los múltiples casos de corrupción en el país y en un momento en el que la credibilidad de las instituciones disminuye cada vez más, es la tecnología la que brinda una oportunidad para recuperarla. No se trata de un sistema de control o vigilancia; sino es una solución que fomenta una cultura organizacional ética y transparente, brindando la posibilidad de avanzar hacia un entorno donde la integridad y la responsabilidad sean la norma.

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