Maricela Allende

Desde el primer momento que se dio a conocer la destitución del presidente de Perú, Pedro Castillo, el secretario de Relaciones Exteriores (SRE), Marcelo Ebrard, manifestó que la posición de México, en caso de pedir asilo, el gobierno federal se lo concedería.

El ahora expresidente Pedro Castillo, en su intentó por destituir al Congreso y ejecutar un golpe de Estado para mantenerse en el poder, terminó siendo detenido el mismo miércoles 7 de diciembre de 2022.

Por otro lado, el presidente Andrés Manuel López Obrador manifestó que Castillo fue víctima de un “golpe blando”, en que habrían participado medios de comunicación y las “élites económicas y políticas” peruanas.

Tras la destitución de Castillo, la vicepresidenta Dina Boluarte juró el cargo de presidenta esa misma tarde, convirtiéndose en la primera mujer en gobernar Perú.

El jueves pasado el canciller informó mediante redes sociales que el expresidente peruano ratificó la solicitud de asilo, recibida en la embajada de México por la madrugada.

Mientras que el embajador Pablo Monroy reportó desde Lima una reunióncon Castillo en el Centro Penitenciario, al que encontró bien físicamente y en compañía de su abogado.

Es la segunda vez que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador ofrece asilo político, en su momento lo brindó al expresidente Evo Morales, quien llegó a la presidencia de Bolivia en 2006 y se mantuvo en el poder durante 13 años, nueve meses y 18 días, hasta que se vio obligado a renunciar tras hablar con el jefe de las Fuerzas Armadas, Williams Kaliman, quien le pidió que debía abandonar el cargo para desbloquear la crisis política que atravesaba el país y el primer presidente indígena dimitió denunciando un golpe “cívico, político y policial”.

En aquel entonces, el canciller mexicano, Marcelo Ebrard, anunció que había recibido una llamada del presidente Evo Morales en la que respondió a la invitación y solicitó verbal y formalmente asilo político en nuestro país.

“La cancillería mexicana decidió conceder asilo político al señor Evo Morales por razones humanitarias y en virtud de la situación de urgencia que se enfrenta en Bolivia, donde la vida e integridad corren riesgo”.

Así, el 12 de noviembre de 2019 llegó el expresidente Evo Morales a México como asilado en un avión de la Fuerza Aérea Mexicana. Posteriormente expresó que “seguirá la lucha” y que solo tendrá paz  su país cuando haya “justicia social”.

Es sabido que el gobierno federal recibió muchas críticas por apoyar a un personaje señalado por sus detractores de cometer fraude electoral.