Enemigos Invisibles: Rodolfo Herrera Charolet

  • El virus que salió de China

Por Rodolfo Herrera Charolet

Dieciocho meses después de que un nuevo coronavirus fue detectado inicialmente en la ciudad de Wuhan, provincia de Hubei en China, causante de una enfermedad respiratoria aguda y del contagio de más de 185 millones de habitantes en el planeta y que acumula más de 4 millones de muertos al 15 de julio de 2021.

El South China Morning Post publicó que los reportes confidenciales chinos a los que tuvo acceso, relacionados con la pandemia, confirmaron que dicha enfermedad inició en China, desde que se reportó el primer caso el 17 de noviembre de 2019, de un hombre de 55 años, portador de dicho virus. Cuarenta días después fueron confirmados 60 casos, anticipando que el mundo se enfrentaba a una pandemia con crecimiento geométrico.

Aun cuando las autoridades chinas se resistieron a confirmar el inicio de la enfermedad en su país y se opuso a una investigación internacional solicitada por los gobiernos de Estados Unidos, Reino Unido o Alemania. En enero de 2021 los científicos chinos informaron que intentaron delinear un patrón de la transmisión de la enfermedad, sin que pudieran identificar al paciente cero y si el contagio fue de animal a humano y sin que hasta ese momento los médicos supieran que estaban enfrentándose a una nueva enfermedad.

En enero de 2020 se informó oficialmente del brote del virus, designado con el nombre de “SARS-CoV2”[1], y la enfermedad que causa “Coronavirus de 2019”, Covid-19.

En febrero de 2020, fuera del territorio chino con tres muertos confirmados y aún con la esperanza de que la enfermedad pudiera ser contenida; el director de emergencias, Michael Ryan y expertos sanitarios de la OMS, viajaron a Pekín para estudiar el origen del brote y conocer la fuente animal, porque de no conocerla, la humanidad sería igualmente vulnerable a cualquier brote similar en el futuro. (Ryan, 2019)

Sin embargo dicha misión de expertos no investigaron el origen de la enfermedad, tras acordar que no la examinarían. Tampoco visitaron los mercados húmedos de Wuhan en donde se comercializan animales vivos, ni visitaron el hospital en donde se encontraban pacientes infectados.

La comisión internacional justificó su asistencia a China, al informar que conocieron el brote y que los países se prepararán y protegieran a su población.

El director de la OMS, Dr. Tedros Adhanom, acordó en enero de 2020 con el gobierno chino que sus investigadores compartieran muestras biológicas, algo que nunca ocurrió. En el mes de julio de 2020 una nueva delegación de la OMS regresó a Pekín, para encontrarse nuevamente con el hermetismo chino. Tras permanecer dos semanas en cuarentena, los integrantes de la delegación entrevistaron a expertos telefónicamente, pero nunca fueron a Wuhan. Situación que provocó severos cuestionamientos en contra de la OMS, cuyos directivos fueron acusados de haber realizado concesiones silenciosas al régimen chino y que presuntamente encubrieron fallas en el manejo de la crisis.

Cuando el virus ya se había propagando y sumaban más de 200 millones de contagios en el mundo, según documentos obtenidos por The New York Times, Pekín dio el visto bueno a un grupo de expertos de la OMS para investigar en un tercer intento el origen real del Covid-19.

El informe preliminar de la OMS, con la colaboración china, admitió que el SARS-CoV-2, encontrado en Wuhan, posiblemente inició en otro lugar. No se sabe cómo inició realmente el brote y se cree que el virus se originó en los murciélagos. Tampoco se tiene certeza científica de cómo pasó a las personas. La OMS apunta a que existen más de 500 especies susceptibles de actuar como organismos intermediarios, desde gatos hasta pangolines. Sin embargo, la rápida propagación del virus se debe a los casos no detectados, llamados asintomáticos.

En dicho informe que fue publicado por la revista Science, el 23 de enero de 2020, afirma que el 86% de todas las infecciones no se habían descubierto antes de cerrar los vuelos a Wuhan. A más de un año de haberse confirmado la letalidad y el comportamiento del virus, cuando la enfermedad ha cobrado la vida a más de 4 millones de seres humanos, no existe aún investigación transparente e independiente sobre el origen y motivo del virus.

El SARS-CoV-2 ha demostrado su capacidad de propagación y su multiplicación geométrica, que causa un impacto significativo en los sistemas de atención médica y el aumento de preocupaciones sociales, además del daño que causa a las economías de las naciones.

Para nadie es ajeno que su vida fue trastocada por un virus que salió de China.

¿O no lo cree usted?

Nota: Capítulo del libro “Enemigos Invisibles”

Autor: Rodolfo Herrera Charolet.

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