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Centroamérica ha sido golpeada gravemente por una temporada récord de huracanes. El paso consecutivo de los ciclones Eta e Iota afectó a ocho millones de personas, que también sufren el efecto económico y social de la pandemia de COVID-19 en los medios de vida de miles de pequeños productores.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) urgió a la comunidad internacional a reunir 14,4 millones de dólares para ayudar a 333.000 siniestrados por esos meteoros en Nicaragua, Guatemala y Honduras.
Con esos fondos, la FAO busca impulsar los planes de recuperación elaborados por los gobiernos de esos países.
Dichos planes contemplan la rehabilitación de los medios de vida de 333.000 personas, la mayoría pequeños agricultores. Las mujeres y los pueblos indígenas lideran las prioridades de esas estrategias.
“El impacto simultáneo de los huracanes Eta e Iota y del COVID-19, amenaza a los grupos de población más vulnerables, cuyos medios de vida están devastados”, dijo Adoniram Sanches, coordinador subregional de la agencia de la ONU para Mesoamérica.
Sanches explicó que los colectivos en cuestión afrontan limitaciones para acceder a los alimentos, lo que deteriora rápidamente su nutrición. “Por eso, impulsamos planes de respuesta identificando las necesidades inmediatas de la población afectada”, añadió.
Pequeños agricultores y pescadores en Nicaragua
El plan de respuesta propuesto para Nicaragua tiene el propósito de rehabilitar, diversificar y fortalecer la resiliencia de los medios de vida de 25.000 hogares rurales, apoyando a 130.000 damnificados por los huracanes. Para este plan, se requieren 6,4 millones de dólares.
El foco estará puesto en la región autónoma de la Costa Caribe Norte y las comunidades de la zona especial del Alto Wangki-Bocay en el departamento de Jinotega, que se encuentran entre las más perjudicadas y que dependen en gran medida de la agricultura de subsistencia a pequeña escala y de la pesca artesanal.
La asistencia de emergencia proveerá semillas de frijoles, arroz y maíz; recursos y asistencia técnica para la rehabilitación de la infraestructura de procesamiento y almacenamiento de semillas; apoyo para reactivar la producción de animales como cerdos y aves de corral; y la entrega de insumos veterinarios y asistencia técnica para evitar la propagación de enfermedades.
Para los pescadores artesanales se propone suministrar redes, trampas para cangrejos y anzuelos, además de materiales para reparar embarcaciones dañadas y equipos básicos, capacitación y asistencia técnica para el manejo, procesamiento y comercialización de productos pesqueros.
La FAO también dará apoyo técnico a instituciones gubernamentales para la evaluación de las necesidades, pérdidas y daños, y para la recuperación del sector agrícola.
Producción de alimentos en Guatemala
En Guatemala, la FAO aplicará una estrategia de reactivación rápida de la capacidad de producción de alimentos para 22.000 hogares que tienen problemas para conseguir o acceder a los alimentos, con un impacto en 110.000 personas, muchas de las cuales pertenecen a poblaciones indígenas cuyos medios de vida dependen de la agricultura a pequeña escala. Para ello se requerirán cuatro millones de dólares.
El centro de acción estará en once municipios del departamento de Alta Verapaz y siete del departamento de Quiché, que se cuentan entre los más dañados. La intervención incluirá la adquisición de granos básicos (frijol negro y maíz), la provisión de semillas de hortalizas y variedades nutritivas de ciclo corto para la producción inmediata, la entrega de herramientas de labranza, el suministro de gallinas ponedoras y pollos de engorde, la capacitación y la distribución de insumos veterinarios y la construcción y reparación de estanques para la producción de peces.
Estas actividades se llevarán a cabo junto con el apoyo técnico para la implementación de prácticas sostenibles y resilientes en los cultivos y el ganado, la nutrición, el procesamiento y la transformación de alimentos.
Comunidades indígenas en Honduras
En Honduras, la FAO proyecta apoyar la recuperación de 93.000 personas, para lo que precisa cuatro millones de dólares.
Las acciones de respuesta se llevarán a cabo en los doce municipios más vulnerables de los departamentos de Choluteca, Francisco Morazán, El Paraíso, Copán, Lempira, Santa Bárbara y Ocotepeque.
El plan se enfoca en las comunidades más vulnerables y las familias pertenecientes a pueblos indígenas como los Lencas y los Maya Chortí. Los beneficiarios seleccionados incluirán también personas con inseguridad alimentaria aguda que dependan de actividades agrícolas para su subsistencia.
Se entregarán semillas de granos básicos como frijoles, maíz, hortalizas, semillas para la agricultura de traspatio, y sistemas de agua para riego y hogar. Asimismo, se entregarán insumos veterinarios y aves de corral, apoyo al desarrollo de infraestructura rural para la cría de cerdos y aves, monitoreo de los programas de sanidad animal, capacitación de autoridades veterinarias para la prevención, y detección y manejo de emergencias de sanidad animal. En pesca se distribuirán insumos productivos y material de construcción para la rehabilitación de la infraestructura comunitaria.
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