Staff/Rossi
· Ante toda esta disonancia informativa no hay una línea clara de las autoridades, explican promotores de este proyecto
· Gobierno evade su responsabilidad y el periodismo es poco especializado
· El Observatorio de Calidad Informativa forma parte de las propuestas ganadoras de la convocatoria ‘IBERO frente al COVID-19’
Una discusión polarizada, con representaciones pobres más interesadas en exhibir que en informar y unos actores públicos que se contradicen y no terminan de establecer rutas claras ni acciones contundentes, son las conclusiones a las que llegó el Observatorio de Calidad Informativa #COVID-19 después de monitorear la cobertura de una docena de espacios informativos, así como la narrativa del gobierno federal frente a la pandemia.
El Dr. Manuel Alejandro Guerrero, director del Departamento de Comunicación de la IBERO, y responsable del proyecto, comentó que la investigación que ha llevado a cabo el Observatorio ha permitido revisar la cobertura mediática que se está haciendo del COVID-19 y verificar si los medios están cumpliendo con las funciones que de ellos se espera para consolidar una sociedad mejor informada, más democrática, participativa, activa, exigente y justa.
De igual manera, analizar la narrativa gubernamental ante la pandemia a partir de los discursos del presidente Andrés Manuel López Obrador y del subsecretario Hugo López-Gatell para valorar si realmente cumplen con las funciones de informar y de rendición de cuentas.
Manuel Alejandro explicó que para la metodología aplicaron dos tipos de análisis: primero, de calidad periodística a partir de una serie de criterios de cobertura profesional desarrollados ya en muchas investigaciones por parte de UNESCO y de la Sociedad Interamericana de Prensa, que tiene que ver con el papel de los periodistas, la autoría de notas, las fuentes, si hay contrastes o la posición frente a la información; y otro tipo de análisis que tiene que ver con “encuadre”, para determinar la manera en que la narrativa establece un problema, su causa, su valoración y su posible solución.
“Monitoreamos a fondo 12 espacios informativos totales de prensa, radio, televisión digital por su alcance y rating (Milenio, Reforma, La Jornada, El Universal, Animal Político, SDP, Aristegui Online, Sin Embargo, Televisa, TV-Azteca, Milenio TV y Excélsior-TV) y seleccionamos también 21 momentos clave de relevancia informativa entre enero y septiembre para un total de 197 notas y artículos de opinión, y más de 30 discursos”.
Entre los hallazgos de esta investigación se encuentran la evasión de la responsabilidad de los periodistas al no firmar sus notas, responsabilidad que se pasa al medio o a la redacción y es de llamar la atención que los equipos (medios) digitales tienen pocos periodistas especializados en temas de salud.
Este momento, abundó, se hubiera aprovechado para profesionalizar sus cuadros. En algunos casos el periodista que cubre el tema de salud, también cubre la fuente de ciudad o temas económicos.
El también miembro del Sistema Nacional de Investigadores advierte haber detectado un nivel bajísimo de contrates. Es decir, que las fuentes utilizadas son fundamentalmente oficiales, pero “no se contrasta con investigación propia o con opiniones alternativas ni siquiera cuando las notas son críticas. Esto cambia por tipo de medio, pero es una tendencia general”.
La investigación revela que las fuentes principales son las de gobierno en más del 80%. Salvo los medios impresos que utilizan un poco más de expertos, prácticamente todos citan a gobierno y cuando utilizan la fuente de sociedad civil o a ciudadanos es para demostrar que no se está cubriendo la necesidad de información.
“No queremos decir que sea favorable al gobierno, sino que simplemente se replica sin mayor crítica lo que dice la autoridad, como si el periodista fuera miembro de una cadena de transmisión en lugar de un constructor de realidad”.
Para el Observatorio, el encuadre está en que medios como Reforma, Animal Político o Aristegui Online destacan que el problema no sólo es la pandemia sino el manejo de la pandemia, con cuatro causas a destacar: el abandono del sistema de salud que no es óptimo hoy; la falta de acciones congruentes del presidente y su equipo; los recortes presupuestales en salud y los malos hábitos de la población.
La valoración que se hace de esto es que en el primer caso se responsabiliza al pasado, a la corrupción. Esto es básicamente el discurso presidencial y su réplica. La falta de congruencia en los recortes, la incompetencia en los que tienen a su cargo este tema, esto en las notas críticas; y la televisión que saca, sin mucho contexto, las historias de las personas que se siguen reuniendo para hacer fiestas o que siguen teniendo malos hábitos.
La solución que se plantea desde los medios, afirma Manuel Alejandro, es la sana distancia y el pronto acceso a vacunas, sin más; y quienes asumen una posición más crítica reclaman el mal ejemplo y la incongruencia del presidente y del subsecretario por la no promoción del cubrebocas.
Finalmente, en cuanto a los encuadres del presidente y del subsecretario, el coordinador del Observatorio subraya el hecho de que es sorprendente ya ver con cifras la constante minimización de la pandemia y su insistencia a que se trata más bien de una desinformación de los medios, a que hay una exageración mediática, y la causa está en el pasado, en la corrupción, en las condiciones del sistema de salud.
La valoración que hace el presidente es increíble al decir que el pueblo saldrá adelante por su riqueza cultural, por la gran conciencia de las personas y la solución que propone es el tiempo en su narrativa: ya estamos saliendo.
En el caso del subsecretario, continuó Manuel Alejandro, si bien el problema es la pandemia, la causa es que es inevitable, a todo mundo le dio y México no vive en Marte, entonces pues nos va a tocar, no hay que hacer pruebas a gran escala, México es ejemplo internacional; y en cuanto a sus estrategias de solución oscilamos entre el ya tenemos un plan (anunciado en marzo), tenemos una estrategia de acción, pero la única realmente consistente a lo largo del tiempo ha sido la Sana Distancia.
El Observatorio concluyó que se evade mucho la responsabilidad del tema por parte de las autoridades y que lo que se tiene como resultado es que no hay información pública confiable y clara, pero sí una enorme polarización en la forma en que se recibe esta información y por tanto no sorprende que México ya tenga más de cien mil muertes oficiales.
Al Observatorio de Calidad Informativa también lo integran Federico Mastrogiovanni, doctorante y coordinador de Prensa y Democracia; el maestro Eduardo Pérez, doctorante; la maestra Diana Juárez, doctorante; un grupo de estudiantes de maestría; y dos periodistas profesionales en activo, Marilú Roldán, de la fuente de salud de La Silla Rota, y Susana Carrasco, coeditora web de la sección Bienestar y también colaboradora de El Universal.