Por Carlos Javier Jarquín
Lilia Molina Fernández (n. 9 1960 en Chihuahua, México). Es emprendedora, escritora y poeta. Este año ha tenido la grandiosa oportunidad de publicar su primer poemario y fue impreso en los talleres de Pandero Cultural, Editorial de San Luis Potosí, México, bajo la dirección de Odette Méndez Paz. Lilia, afablemente me concedió el privilegio de escribir el prólogo y con gran entusiasmo se los comparto.
La vida es como un inmenso jardín lleno de fragancia, con sus plantas y espinas, con sus flores de múltiples colores. Lo que se vive hoy queda inscrito, perpetuamente, en nuestra memoria. Cada quien elige cómo disfrutar su nuevo día, puesto que hemos sido creados para vivir el presente con apasionamiento ilimitado, vivir cada instante sin importar su matiz, todo forma parte de nuestra maravillosa historia.
Muchas veces los escritores y poetas hablan de lo que nunca han vivido o de lo que jamás vivirán y dejan a un lado el camino recorrido, el irrepetible pasar de los años. Son pocos los autores que se atreven a expresar, a través del arte, su vida. Como simples mortales, es posible vivir momentos gloriosos e infelices. Algunos autores se destacan por plasmar lo lindo que han vivido, otros, lo triste… y hay quienes son incapaces de narrar lo vivido, porque han olvidado que la vida está llena de matices, de claroscuros, de lo dulce, pero también de lo amargo. Si no, la vida fuera aburrida, simple e insípida y nuestro existir sería absolutamente insignificante. Gracias a los días nublados y radiantes nuestra respiración cobra sentidos nuevos e insuperables.
Mi Luna y mi estrella es un poemario en el que su autora, Lilia Molina Fernández, da énfasis a las vivencias del ayer. En algunos poemas, expresa con añoranza sus recuerdos, su nostálgico pasado; en otros, recuerda y describe con glamour lo que ha vivido en complicidad con la persona amada. El contenido de esta obra se centra en las experiencias vividas durante los días oscuros y claros del pasado y el presente. En síntesis, la autora ha plasmado fragmentos de lo más importante que ha experimentado a lo largo de su vida. Muchos poemas son autobiográficos, especialmente, los poemas dedicados a su mamá: “Mamá amor de mi corazón”, “Algo más de mamá”, “Mi esencia” y “Jugar a ser mamá”.
En estos versos, se presenta la vida misma, la vida en sus múltiples dimensiones, sin importar quién eres o cómo eres, de dónde eres o para dónde vas. Siempre vamos a vivir circunstancias apacibles e infaustas. La vida es un arcoíris y cada despertar tiene tonos desiguales, dejémonos conducir por los colores simpáticos. Molina ha fotografiado sus recuerdos con indescriptible exaltación. Este conjunto de composiciones poéticas es una atractiva invitación a vivir la vida y a ornamentar cada minuto de este glorioso presente.
Molina explica el nombre de este poemario de la siguiente forma: “La luna representa mi esposo y con ello lo enigmático y soñador con sus fases como todo ser humano, me identifico y lo tomé como inspiración y mis estrellas son mis hijos y mis nietos que siempre están circundando a la luna y la hacen brillar porque en ellas se refleja”.
La presencia física de las personas con las que coincidimos en este destino no nos acompañarán para siempre, por tal razón, seamos artistas para deleitarnos plenamente de cada segundo vivido. En un momento inesperado partiremos y si no hemos tenido el arte de saborear esa irrepetible compañía, los recuerdos del mañana serán menudos y descoloridos. Con un lenguaje fácil de entender, esta poeta narra lo que habitualmente se reproduce en la vida de cada uno y son esos recuerdos los que a veces nos hacen vivir instantes felices u otros acentuadamente melancólicos.
El mensaje que nos transmiten estos versos es vivir con intensidad el ahora, es valorar sutilmente la presencia de las personas especiales. Procuremos llenarnos de recuerdos encantadores, apreciemos el tiempo del presente y hagámoslo con insigne delicadeza. Grabemos las preciosas vivencias sin importar su tiempo de duración. Nosotros decidimos el color de los instantes que mañana serán recuerdos, así el contenido de nuestro legado podrá tener un resplandor inagotable.
Estos poemas son para meditar sobre la existencia humana en cualquier momento. Felicidades, poeta, por este ejemplar, porque puede ser luz para todo el que tenga el gusto de leerlo. Con una gran porción de ternura, he leído y disfrutado estos cantos desde el primero hasta el último. Estoy seguro de que tú, querido lector, también lo harás cuando estés bajo el encanto de las vivencias que presenta este libro.
(Corrección y edición por la escritora y poeta puertorriqueña Tania Anaid Ramos González, Azula).
En el siguiente enlace puedes ver la presentación de este poemario: https://youtu.be/doQ9Ha1Sl-c
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