Roberto Desachy Severino

“El que es buen juez por su casa empieza” reza un refrán muy certero y, tal vez, lo tendrían que aplicar el gobernador, Luis Miguel Barbosa Huerta, y su contralora, Karen Berlanga Valdés, porque el director de Obras Públicas, José Enrique Rivero Barroeta, es señalado por -supuestamente- pedir moches de ¡hasta el 25 por ciento por proyecto!.

La cruzada anticorrupción que conlleva la 4T y que el mandatario Miguel Barbosa ha hecho suya debe pasar –necesariamente – por los ayuntamientos gobernados por Morena, donde los presidentes municipales y sus consentidos se sirvieron con la cuchara grande desde octubre pasado, sin que nadie les pusiera límites.

Y uno de los ayuntamientos a los que el gobierno estatal y el Congreso local necesitan revisar con lupa es el de San Martín Texmelucan, donde Norma Layón es un verdadero fiasco, como también lo es su titular de Obras Públicas, José Enrique Rivero Barroeta, que –por principio de cuentas- carece de preparación académica para el cargo por el que cobra.

De acuerdo al Registro Nacional de Profesionistas de la SEP federal, Rivero Barroeta carece de título universitario. Es un secreto a voces que este personaje es apadrinado por el ex director del CAPCEE en el gobierno fallido de Mario Marín Torres, Roberto Chávez Carretero, quien convirtió a este mecánico automotriz en “ingeniero o arquitecto dice él” por arte de magia.

QUE NORMA LAYÓN LE DELEGÓ TODA LA INFRAESTRUCTURA AL FAVORITO DE SU FAVORITO

A pesar de no ser ingeniero civil ni arquitecto, Rivero Barroeta se apoderó del cargo –al parecer- gracias a que es el mejor amigo de un personaje muy cercano, cercanísimo a la presidenta Norma Layón, quien se hace de la vista gorda pese a las insistentes acusaciones de corrupción flagrante contra su colaborador.

Empresarios de la construcción se quejan de que, previa autorización de precios, el director de Obras Públicas de Texmelucan les pide 25 por ciento de moche, aunque “magnánimo” les garantiza que los contratos serán suyos, debido a que –según él- ni siquiera la presidenta municipal se atreve a meterse en su área.

Rivero Barroeta es un mecánico automotriz venido a más, que para explicar su reciente bonanza económica alude a la fortuna de su mujer. Y lo peor es que ni siquiera trabaja, debido a que –de acuerdo a documentos oficiales del propio ayuntamiento de Texmelucan- la inversión pública se desplomó ¡80 por ciento! en la actual gestión.

Información de Transparencia de la administración de Norma Layón –fechada al 30 junio del 2019- detalla que mientras el año pasado hasta ese mismo día y mes el ex edil Rafael Núñez había invertido más de 86 millones 557 mil pesos en construcción y/conservación de obras, proyectos productivos, acciones de fomento y gastos destinados a aumentar, conservar y mejorar el patrimonio, la actual administración apenas ha erogado ¡15 millones 436 mil pesos en ese rubro!.

URGE QUE ALGUIEN PONGA ORDEN EN EL AYUNTAMIENTO DE TEXMELUCAN

También es importante recordar que, un día después de ganar la gubernatura, Miguel Barbosa Huerta se reunió con directores de medios de comunicación y alertó que trabajaría con los alcaldes en 4 rubros muy precisos: seguridad, transparencia, combate a la corrupción e infraestructura, debido a que son áreas estratégicas para concretar la 4T en Puebla.

Por lo mismo, no estaría de más que el gobernador de Puebla, Miguel Barbosa Huerta, y sus colaboradores se dieran una vueltecita por San Martín Texmelucan, para que pongan orden en uno de los ayuntamientos peor dirigidos: Solamente el titular de Seguridad Pública podría no ser poblano: Miguel Barbosa Huerta

La obra pública es un factor importante de desarrollo urbano y de crecimiento económico. Por lo tanto, ni Norma Layón ni ningún otro edil –de cualquier partido- debería ponerla en manos de gente impreparada, improvisada y, sobre todo, corrupta.