Lo inútil de lo útil

Héctor A. Gil Müller

Un hombre manejaba por la carretera y decidió tomar un descanso, orilló el vehículo, reclinó el asiento y esperando dormitar un poco, ve a lo lejos un tipo armado con pala y pico cavando junto a la carretera, después de varias cansadas brazadas empezó a cubrir el agujero que hizo con la misma tierra que sacó. Caminó unos pasos y volvió a hacer lo mismo, empezó a picar la tierra, sacó dejando un profundo agujero y luego tomar la tierra y cubrirlo. La fuerza aplicada y el ánimo de aquel tipo contrataban con lo inútil de la tarea.

Cada vez mas extrañado el viajero, se olvidó de la dormitada y ahora miraba atento y sorprendido esa faena. Excavaba, cubría y avanzaba 10 pasos. Poco a poco fue avanzando en tan repetitiva e inútil tarea que cuando estuvo junto al vehículo de nuestro curioso viajero lo increpó: – ¿Qué hace usted?, lo he visto y solo entiendo que hace un agujero y lo vuelve a tapar, ¿no le parece inútil lo que está haciendo? – Muy reanimado el tipo, dejó su instrumental, sacó su pañuelo para secar el sudor de su frente y respondió: -Mire, yo trabajo para la compañía de Luz, mi compadre Juan y yo somos los encargados de poner los postes. Yo hago el agujero, Juan pone el poste y yo tapo para afianzar. ¿Y a poco usted cree, que solo porque mi compadre no vino a trabajar, yo no iba a trabajar?…

En muchas ocasiones somos así, actuamos aun sabiendo que falta algo para lograr los objetivos, nos esforzamos haciendo algo que resulta insuficiente. Agujeramos para tapar. En la teoría se expresa con la voluntad política, el potencial político y la legitimidad política. Es responder a las preguntas: ¿quiero?, ¿puedo? Y ¿debo? que el político debe hacerse antes de una acción. No en todos los problemas conviene meternos, lo hemos aprendido. Hay temas que simplemente no se quiere participar, no hay voluntad de hacerlo.

Hay otros que están afuera de la capacidad del Estado, aunque exista la intención de actuar y el marco legal para hacerlo los recursos no existen y solamente se pueden hacer retoques que no cambian el destino de las cosas.

Me parece que el combate a la inseguridad, la pobreza, la desigualdad y muchos otros lastres y dolores que tiene México tienen esos tintes. Algo falta para que podamos sentir ese avance. Sin duda alguna, muchas de las dolencias actuales obedecen a mucho tiempo de reiterar las causas. Organizaciones sociales enteras que han incumplido con su menester, causas ahora que en su momento fueron tareas que la familia ha abandonado, la escuela ha olvidado, el gobierno ha desestimado y el trabajo ha descuidado. El tiempo va dejando una fuerte huella, pero los cambios también deben dejar la sensación de movimiento. La voluntad política se asemeja a esas ganas de hacer los pozos, para después cubrirlos. Detenciones en materia de seguridad, pero al mismo tiempo un mapa enrojecido que cada día parece recrudecer en todo el país. Acciones contra la corrupción, pero escuchamos historias mas dolorosas relacionadas con la impunidad y corrupción. No avanza quien mucho se esfuerza, sino quien se esfuerza con dirección e intensidad haciendo las causas de los objetivos.

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