Staff/RG

Desde un inicio el genocidio en curso en Gaza ha supuesto el riesgo de desencadenar una guerra regional. El gobierno de Israel ha provocado desde octubre 2023 a diferentes actores regionales; ha bombardeado Líbano y Siria, mientras sigue atacando  objetivos civiles en Gaza y mantiene a su población en un estado de hambruna forzada, sin mencionar que permite a los colonos en Cisjordania que ataquen impunemente aldeas palestinas.

Para Netanyahu escalar la violencia a un nivel regional significa perpetuarse en el poder a pesar de su cada vez menor aceptación interna entre los israelíes por sus actos de corrupción y por no haber logrado rescatar a todos los rehenes de Gaza.

Es ese contexto el
que explica la creciente tensión bélica hoy entre Irán e Israel.

Sin embargo, ha quedado en evidencia la deslegitimación gradual del gobierno israelí y el aumento de su crisis interna a causa de la presión nacional e internacional, sobre todo por los actos genocidas que no ha dejado de cometer en Gaza y el aumento de la violencia de los colonos israelíes en Cisjordania.

Es claro que escalar regionalmente el conflicto solo beneficia la industria de la guerra y las posturas extremistas, alejándonos de las verdaderas soluciones. Un escenario así, favorece las ambiciones de los regímenes involucrados, perjudicando a sus poblaciones al aumentar la represión hacia sus minorías y opositores. Además, distrae la atención de lo que sigue sucediendo en Gaza y Cisjordania: la muerte diaria de civiles, el desplazamiento forzado, la tortura, las ejecuciones extrajudiciales, la violencia de los colonos, la ocupación de tierras, la hambruna, el impedimento de que la ayuda humanitaria llegue y circule en Gaza.

Se ha mostrado también que los gobiernos y los medios de comunicación hegemónicos utilizan un doble rasero. Se resisten a caracterizar de genocidio el asesinato de los más de 33,000 civiles por bombas o balas en Gaza y los más de 400 muertos en Cisjordania a manos de los colonos israelíes, mientras se apresuran a defender el discurso victimizante  del Estado israelí.

Igualmente, se niegan a señalar las continuas violaciones al derecho internacional por parte del Estado de Israel que parecen no causarles la misma indignación que las violaciones perpetradas a este mismo derecho por otros estados o actores del sistema internacional.

En países como Alemania, Francia, Estados Unidos e Italia se ha recrudecido la censura, la represión y la criminalización de quienes denuncian el genocidio en curso en Palestina.

Escandalosa es la postura del gobierno alemán que justo en estos días acudió a la policía para impedir que se celebrara un evento académico, el “Palästina Kongress”, en Berlín, el pasado 12 de abril, cortando la luz para que no se pudiese realizar, amenazando a los
organizadores, infringiendo terror en la población.

“Los derechos humanos son universales o no son nada”, en palabras de Yanis Varoufakis, uno de los ponentes censurados en Alemania.

Condenamos cualquier acción que resulte en una escalada de violencia o en el estallido de una guerra regional en el Medio Oriente.

Estamos a favor de la defensa de la vida de los pueblos y hacemos un llamado a evitar la invisibilización de las acciones inhumanas del
Estado de Israel en Palestina, así como a continuar por la vía pacífica que marca la campaña BDS (Boicot, Desinversión, sanción) para mantener la presión sobre el estado de Israel.

Demandamos el cese al fuego inmediato en Gaza, el cese de la ocupación y la violencia en Cisjordania, la urgente entrada y distribución de ayuda humanitaria (alimento, material médico y sanitario) para 2.3 millones de personas que hoy se encuentran en refugios en la franja de Gaza. ¡ALTO AL GENOCIDIO!

Finalmente, reiteramos nuestra condena a cualquier discurso de odio y deshumanizante; nos manifestamos claramente contra el antisemitismo, la islamofobia, la arabofobia y cualquier otro tipo de narrativa racista o discriminatoria.

¡No dejemos de hablar de Palestina!

Académicos con Palestina contra el Genocidio