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Líderes mundiales del pasado y actuales se reunieron en Kigali, Ruanda, para recordar a las víctimas del Genocidio de 1994 contra los tutsis. Más de una docena de jefes de estado y de gobierno estuvieron presentes. Se unieron al Presidente Paul Kagame para depositar coronas de flores y encender la llama conmemorativa en el Monumento al Genocidio de Kigali, y posteriormente participaron en la ceremonia nacional en el BK Arena, que marcó el inicio oficial de Kwibuka30. Kwibuka significa “recordar” en kinyarwanda (la lengua nacional de Ruanda).

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El 7 de abril de 1994 se desencadenó un genocidio contra la minoría tutsi de Ruanda que dejó más de un millón de fallecidos en sólo 100 días, a la vista de todo el mundo. Tras la decisión del Consejo de Seguridad de retirar a la mayoría de las fuerzas de mantenimiento de la paz, una fuerza mínima de las Naciones Unidas observó el desarrollo del genocidio.

Cuatro monumentos conmemorativos del genocidio ruandés, recientemente inscritos en el patrimonio mundial de la UNESCO, se iluminarán cada noche durante la semana de conmemoración. En señal de solidaridad internacional, monumentos emblemáticos de ciudades de todo el mundo se iluminarán con los colores de la bandera ruandesa, en el marco de una iniciativa conjunta de Ruanda y la UNESCO.

El histórico aniversario de este año es una oportunidad para que los ruandeses y el resto del mundo honren a las víctimas, consuelen a los supervivientes y reflexionen sobre el camino de recuperación, reconciliación y resiliencia de Ruanda, con la unidad nacional en el centro de la estabilidad y el progreso del país.

Las palabras del Presidente Kagame, hablando de la experiencia de Ruanda, fueron: “Hemos dado un giro en Ruanda, pero la misma ideología que justificó el genocidio contra los tutsis sigue viva en nuestra región. Y vemos la misma indiferencia por parte del resto del mundo que en 1994. Es como si esas costosas lecciones siempre se olvidaran, y miráramos sin comprender mientras se repite una y otra vez el mismo tipo de situación”.

La semana de conmemoración concluirá con una ceremonia en el Rebero Genocide Memorial, que rinde homenaje a los valientes funcionarios y políticos ruandeses que fueron asesinados por oponerse al plan de su gobierno de exterminar a la población tutsi.